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viernes, 29 de marzo de 2013

Dramma Queen - Capítulo 28


Dramma Queen
Capítulo 28


— ¡¿Cómo se te ocurre irte del palacio?! ¡¿Cómo se te ocurre no asistir a la universidad?! —preguntó a los gritos el príncipe, en la estancia mayor, donde se encontraba Milfroyd, Castell y Fabell, los empleados reales del príncipe, y en la otra esquina, Allison, la institutríz de Emma, y acompañada de Fémina y Eva. Todos los empleados se encontraban callados, al igual que la princesa, la cual estaba parada frente al castaño, con la mirada en el piso.
—Lo siento... —dijo en un susurro casi inaudible.
— ¿Lo siento? ¿Es eso lo único que vas a decir?
—Es que...
— ¿En qué demonios estabas pensando cuando saliste del palacio sin seguridad? ¿Sin mi? Y peor aún... ¡Con Zayn!
— ¡Deja de gritarme! —le pidió Emma, levantando la voz por vez primera.
— ¡Eres increible! —soltó enfadado. —¡Eres increible! —volvió a repetir, mirándola de arriba a bajo.
— ¿Qué traes puesto? —preguntó Harry, mirando el vestido rojo un tanto atrevido para alguien de su nivel.
—Es...
—Traías otra cosa hoy en la mañana. —la cortó Harry, mirándola detenidamente.
—Es que...
— ¿De dónde los has obtenido?
—Con Zay fuimos de compras y bueno...
— ¿Zay? —preguntó el príncipe, mirando a Emma detenidamente.
—El príncipe Zayn. —corrigió la castaña rápidamente.
—Es tu hermano político... No seas tan irrespetuosa y mal hablada para con él. —comentó frío el castaño. —Señorita Allison Hollycon, ¿usted no educa a la princesa?
—Así es, Su Majestad.
—Parece que sus clases no están dando resultado. La princesa está más maleducada que cuando entró al castillo. —dijo el muchacho, mirando a la rubia, la cual, se quedó callada. — Milfroyd... Consigue otra institutríz para Emma.
— ¡Harry!
—Tu... Quédate callada, que tenemos que hablar por un largo rato. —le dijo él, mirándola fríamente a la castaña. —Y tú... Empaca tus cosas para salir del palacio, dos horas para dejar la residencia real. —advirtió mirando a la mujer.
— ¡Harry! ¡No puedes echar a Alli!
—Entiende... Cuando tu marido habla, tú te callas. —musitó Harry, mientras Allison se daba vuelta para ir a empacar sus cosas.
—Alli... No, no. Tu no te vas a ningún lado.
—Mis órdenes están por encima de las tuyas, princesa. —le recordó con ironía el real, y era verdad, ella era princesa por ser su consorte, en Gran Bretaña ella era la tercera en línea más poderosa del palacio...
—Si, pero no por encima de las de Su Majestad, La Reina. Así que... Si ella dice que Alli se queda, tu no puedes objetar nada.
— ¿Vas a involucrar en esto a la Reina?
— ¡Deja que Allison se quede! ¡No seas tan malo!
— ¿Malo? ¿Yo? —preguntó con incredulidad el muchacho. —Aquí la única malvada, vil y ruín eres tu.
— ¿Yo? ¿Yo, por qué?
—Lo de la empleada lo veremos después, Emma. —le dijo, mirando de refilón a la rubia. —Ahora, vete a tu recámara y no quiero que salgas de allí.
—Pero...
—Por ningún motivo, solo para la cena. —dijo este, mirándola con frialdad, para que la chica hiciera un mohín y sin reprochar se dió media vuelta lléndose a su cuarto.
—Príncipe...
—Haz que solo sus tres empleadas puedan entrar a su cuarto.
—Si, Majestad.
—Quiero hablar con la Reina. Pide una cita con ella.
—Príncipe, si me permite, no creo que sea lo más conveniente decirle a la reina acerca de este inconveniente con la Princesa Emma y el príncipe Zayn.
—Tu solo haz la cita, Milfroyd.
—Si, Su Majestad.

*        *        *

—No llores, Alli.
—Lo lamento princesa. Lamento perder la compostura delante de usted, lamento no haberla educado de manera correcta, lamento que el príncipe haya descargado su enojo con usted por mi incompetencia, y...
—Para, para... —musitó Emma, parándose de la cama y acercándose a ella. —Alli, no es tu culpa, fue la mía. Tu eres una maestra genial. He aprendido más cosas contigo, que lo que he aprendido en toda la escuela secundaria. —comentó riendo la castaña, contagiándole la risa a la rubia. —Además, Harry está enojado conmigo y se descargó contigo, y lo lamento. Pero te prometo que tu de aquí no te vas, a si, si tengo que darle unos buenos golpes a ese príncipe fanfarrón y gritón.
—Por favor, no discuta con Su Alteza, por mi impertinencia, princesa.
—No es tu culpa, Alli. Son cosas de él y mías. Vas a ver, después se calma y se le pasa un poco.
—Gracias, princesa. Por ser tan amable y bondadosa.
—Ven aquí. —dijo Emma, abrazándola suavemente, reconfortándola.

*           *          *

— ¿Te vas a ir a quejar con la abuela? Que poco hombre. —dijo Zayn, lo último en un susurro, en la estancia principal conectora de alas, en el primer piso.
— ¿Poco hombre? —inquirió el muchacho, riéndo irónicamente. —Discúlpame, pero yo no soy el que quiere robarle la mujer a su hermano.
— ¿Robarte? —preguntó con incredulidad el pelinegro. —Más bien es... Recuperar lo que me pertenece.
— ¿Te pertenece?
—Conocí a Emma antes que tu, fui su amigo antes. Tu eres el que me robó a Emma, no yo.
—Eso quedó en el pasado, ella está casada ahora conmigo. —Dijo Harry, mientras Milfroyd y Morris, miraban la escena entre ambos príncipes. —Aléjate de Emma.
—Eres tan egoísta querido hermano. Solo la quieres como un trofeo, como una medalla más que colgar en tu traje. Emma es única, especial, bella... Como una flor, y dulce como una brisa de primavera. Es un ángel que habita en la luz y tu... Vives en la oscuridad, y la arrastras a ella a ese mundo lleno de egoísmo, rencor y odio.
—Eso no es verdad.
— ¿Te recuerdo como fue el primer día de clases de Emma?
—Eso... —comenzó Harry, pensando un argumento para defenderse.
—Piensa, príncipe... ¿Quién crees que le hizo algo tan horrible a la princesa? ¿Quién en toda la universidad de Queens' pudo hacerle algo así a ella? —preguntó Zayn, mirándolo con bronca a los ojos, iracundo, frío y apacible, como si de una presa se tratara, mientras que los ojos verde-azulados del príncipe se posaban en él, pero esto, no hizo que el muchacho se acobardase, y prosiguió. —Lo que le pasó a Emma, algo tan horrible que aunque finja que todo está bien, ella no lo está. ¿No te das cuenta, Harry? Más allá de querer estar con ella toda la tarde lo hice porque estaba mal, destruida. Siente vergüenza.
—Lo sé, pero no por eso es mi culpa. Jamás hubiera deseado que le sucediera algo así.
—Sé que tu no lo hiciste, pero, indirectamente es tu culpa. —luego de aquello, siguió caminando seguido de Morris, dejando atrás al príncipe y a Milfroyd.
—Milfroyd.
— ¿Si, Majestad?
—Averíguame ya, quien demonios fue el que le hizo eso a Emma.
—Tratamos de averiguarlo, señor, pero... La única que puede saberlo es la princesa Emma.
—Ella no va a hablar así que busca... Busca personas en Queens' que esté vinculada conmigo, sea cual fuese la relación. Ahora.
—Si, Su Majestad.

*           *          *

—Príncipe... Es un gusto verlo.
—Su Majestad, el gusto es mío. Gracias por atenderme.
—Siempre que lo solicite, Su Majestad. —contestó la anciana, sonriéndole dulcemente.
— ¿Puedo hablar de un asunto con usted, Majestad?
—Por supuesto, príncipe. Tome asiento.
—Gracias. —contestó, mientras se sentaba frente a ella.
— ¿Puedo preguntarle algo Alteza, antes de que me diga lo que sea que tiene que decieme? Eso claro, si no le molesta.
—No, por favor. Adelante, Su Majestad.
— ¿Cómo se encuentra su esposa? Me han contado de un pequeño infortunio hoy en la mañana.
—Sucedió algo, que se vincula con lo que le vengo a hablar, Alteza. Así que, primero le digo el porqué estoy acá y luego le contesto a su pregunta, si no le moleta.
—Digame, príncipe.
—Quiero pedirle, si me dejaría el Castillo Windsor.
— ¿El castillo? ¿Para qué, príncipe?
—Quiero ir a vivir allí con la princesa Emma, ya que esta deshabitado, me gustaría que vayásemos juntos allí.
—Que cambio tan radical, su majestad. No esperaba que quisiera irse de Buckingham dejando a su pobre abuela, y hermano menor.
—Además de querer pasar tiempo con mi adorada esposa, ese es uno de los objetivos, Reina.
— ¿Cómo, Alteza?
—No por usted, por supuesto, Su Majestad. Sabe que mi amor y respeto hacia usted es incondicional, pero, en otra mano. El príncipe Zayn me ha dado varios dolores de cabeza, y creo que el no convivir va a hacer que nuestra relación sea mucho más llevadera.
—Si usted lo cree así, príncipe. Y la princesa Emma quiere alejarse del palacio, me parece bien. Doy mi entero consentimiento.
—Gracias, Su Majestad. —contestó Harry, con una sonrisa, correspondida.
—Ahora, quisiera saber que ha pasado con la princesa.
—Nada grave, Su Majestad. No malgaste su tiempo en cosas tan insignificantes. Zayn solo quiso levantarle un poco el ánimo a Emma, luego del acontecimiento del día de ayer.
—Oh, Zayn... Que considerado. —dijo la Reina, con una sonrisa dulce, mientras Harry se mordía la lengua y trataba de acallar su fuego interno que reventaba ante las palabras armoniosas de la reina. Así, luego del té, Harry salió de la residencia de la Reina, para caminar por las enormes estancias del palacio de Buckingham, y llegar, acompañado siempre de Milfroyd, hasta la recámara de Emma.
—Buenas tardes, Su Majestad. —dijieron Eva y Fémina al unisono, mientras el príncipe movía su cabeza en una simple respuesta.
—Emma... ¿Estás allí?
— ¡Vete! ¡No quiero verte!
— ¡No te pongas difícil niña tonta! ¡Abre la puerta!
— ¡Cállate, príncipe de pacotilla!
— ¿Qué has dicho? —preguntó irritado, Harry. — ¡Abre la puerta en este mismo instante!
— ¡No quiero! ¡Vete!
— ¡Abre la puerta, Emma! —le gritó el príncipe mientras Emma gritaba del otro lado.
— ¡No, Alli! ¡No le abras! —pero ya era demasiado tarde, la rubia se encontraba parada frente la puerta, haciendo una reverencia ante el príncipe, el cual, la miró menos tiempo del que debió, y luego, posó sus ojos sobre los de Emma.
—Abre la puerta cuando tu marido esté parado detrás de ella. No seas maleducada.
—Tu eres el maleducado, que viene a mi cuarto como pancho por su casa.
— ¿Qué? ¿Pancho?
—Déjalo allí... ¿Qué quieres?
—Que tus empleadas recojan tus cosas, y en dos horas estate lista. Nos vamos.
— ¿Mis cosas? ¿A dónde? —preguntó Emma, sorprendida. — ¿Vamos a Argentina? ¿O a Viena de vuelta?
—Claro que no, tonta.
— ¿Entonces?
—Nos vamos a mudar al Castillo de Windsor.
— ¿Qué? ¿Mudarnos? —preguntó Emma, sorprendida.
—Así es, asi que qué tus empleadas estén listas, con tus cosas. En dos horas nos vamos.
— ¿Por qué nos mudamos? ¿Y la Reina? ¿Ella lo sabe?
— ¿La reina? Creo que estarás preguntando por otra persona.
— ¿Zayn lo sabe?
—No, pero se va a enterar cuando no te vea pululando por el palacio, y con respecto a la Reina, así es, ya se lo informé, y me dio su aprobación.
— ¿Por qué nos vamos?
—Creo que vivir solos va a ser mejor, que estar rodeado de gente indeseable.
—Eres un idiota. —dijo Emma, molesta, ya que sabía que se refería a Zayn, así que sin más, le cerró la puerta en la cara. —Vete, en dos horas voy a estar abajo.
—Si tardas un minuto, te llevo hasta la limusina arrastras.
— ¡No sería la primera vez! ¡Idiota! —le gritó Emma, mientras que Harry se contuvo para no continuar una pelea donde no se sabía como se podía terminar.


2 comentarios:

  1. si, sigo teniendo razon el otro harry es mejor que este... jajaja idiota, como la va a alejar de zayn... pero que le pasa? T.T siguelaaaaaaaa me encanta.... y espero con ansias el primero de abril... me encanta la novela... besos!!!!!!!!

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    1. muchisimas gracias lindda! si, voy a subir las dos, dos capitulos por dia [uno de cada novela] muchas gracias me alegro que te guste c: besito ♥

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