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jueves, 21 de marzo de 2013

Dramma Queen - Capitulo 20



Dramma Queen
Capitulo 20

—Su Alteza Real, Harry Arthur David Alexander, príncipe de Gales, duque de Rothsay, Barón de Carrickfergus, Caballero de la Orden de la Jarretera y Conde de Belfast.
—Adelante, príncipe. —dijo la Reina, mientras el muchacho pasaba por las puertas de la recidencia real de su alteza, la Reina.
—Su majestad. —contestó el muchacho, haciendo una reverencia.
—Príncipe, estoy muy emocionada de verlo... ¿Cómo la pasó en su luna de miel? ¿Y su esposa, la princesa Emma?
—La princesa se encuentra en el salón comedor, junto al Conde Fredderich. Y, su señoría, nuestra luna de miel fue bastante... Educativa y llevadera.
— ¿Eso se toma como algo positivo, alteza?
—Tomelo así, Señoría.
— ¿Dónde piensas quedarte, Harry? ¿Dónde piensan vivir?
—Todavía no lo sé, alteza. No lo hemos decidido con la princesa. Pero, estaba pensando en quedarnos en el palacio, por un tiempo, y luego mudarnos al palacio Hofburg, en Viena.
—Oh, príncipe... Que se valla así de su tierra natal, no me parece lo más conveniente. Lo que opino, si me permite...
—Por supuesto, alteza.
—Es que vivan aquí en el palacio, o si no, como regalo de bodas, podría a mandar a contruír un palacio para ustedes dos, pero claro, tardaría unos años en su finalización.
—Muchas gracias ante tal gesto de bondad de parte de su alteza, pero creo que Buckingham va a ser un buen lugar por el momento para vivir con la princesa.
—Me parece perfecto, príncipe. No quiero perder la compañía de mi adorado nieto mayor, de un día para el otro.
—Gracias, Reina. Yo tampoco quisiera perder su afable compañía.
—Esto hay que celebrar, la vuelta, sana y salva, de los príncipes reales.
— ¿Quiere que llame a Emma?
—No hace falta, no la molestes. Total, esperemos el almuerzo, la vuelta de los tres príncipes de Gran Bretaña.
— ¿Los tres?
—Zayn ha vuelto de Munich ayer por la noche, muy tarde, y no llegué ni siquiera a saludarlo correctamente. Así que ahora, voy a festejar el regreso de mis adorados nietos, y mi querida nieta política.
— La cena, ¿a la misma hora de siempre?
—A la una de la tarde, lo espero.
—Gracias, señora. —luego de ello, besó la mano de la anciana mujer, y se retiró del lugar. Más allá de la habitación real, se encontraba el Conde de Bristol, solo en la gran sala. Harry, buscó con la mirada a la castaña, pero ella no apareció por ningún lugar. Le preguntó al Conde, pero no supo qué contestarle.
Pero, a las afueras del palacio, en el jardín real, se encontraban caminando tranquilamente Zayn y Emma, el primero, con un gesto serio, meditando las palabras decididamente que iba a soltar en unos momentos, mientras que la mujer, se encontraba distraída, mirando el cielo claro, mientras la luz del sol iluminaba fugazmente el cielo celeste.
— ¿Vas a hablar? Me pediste que venga aquí para hablar, y llevamos caminando más de cinco minutos y no has dicho palabra.
—Es que... No sé como decirlo.
—Solo dilo.
—Sé que un lo siento no es suficiente para enmendar mis palabras efímeras y lastimeras que solté unos días antes de tu unión con mi hermano, y que, en la ceremonia, mis palabras hacia los novios no fueron las más convenientes. Así que, lo lamento, princesa Emma. Lamento haber sido tan torpe y descuidado para con usted.
—Me lastimaste mucho, Zayn.
—Lo sé, y estoy completamente arrepentido por haberle causado algún dolor. Pero, mis más sinceras disculpas no vienen solas, si no, que vienen con un presente de mi viaje a Munich, allí, encontré una feria donde estaba lleno de artesanos celtas, y te compré esto.
— ¿Qué es?
—Un anillo, es un símbolo Celta muy común. La corona significa la realeza, las manos simbolizan la unión y el corazón el amor por la otra persona.
—Oh... Es muy bonito. —comentó Emma, tomando el anillo con suavidad.
—Me alegro que te guste. —dijo el chico, agarrando el anillo de las manos de la muchacha, y colocándoselo con suavidad en el dedo índice de su mano izquierda.
—Gracias, es precioso. { http://tinypic.com/r/2rpqhxs/5 }
—De nada, y... ¿Me perdonas?
—Claro que si, tontito. —musitó riéndo la castaña, mientras Zayn la abrazaba por la cintura, y colocaba su mentón en el hombro de ella, y ella, colocaba sus manos alrededor de su cuello.
— ¿Y cómo te ha ido en Viena?
—Bien, fuimos a restaurantes, al palacio, al teatro, también a un par de museos y al paque de diversiones.
— ¿Al parque? ¿Con Harry?
—Así es... Fue lo más divertido de todo. Además el hotel era precioso, y Viena... Oh, Viena. Era tan hermosa la ciudad, un encanto. La gente, tan amable y dulce, y Harry, dentro de todo, se portó muy bien conmigo.
—Es algo extraño de parte de él, siempre tan antipático.
—Lo sé, pero...
— ¡Jovenes príncipes! ¡Jovenes príncipes! —gritó una empleada real, corriendo hacia ellos.
—La Reina, el príncipe Harry y el conde y la condesa de Bristol los esperan en el salón comedor para almorzar.
—De acuerdo, Fémina. Ahora vamos.
El salón comedor es una sala del ala este del Palacio de Buckingham de más de treinta metros de ancho y unos cinco o seis metros de alto. La decoración es neobarroca y en el recinto predominan los colores rojos y oscuros. La mesa de roble, de más de diez metros, estaba poblada de sillas elegantes igual que todo el amoblado del palacio. Sentada en la silla principal, se encontraba la Reina, a su costado, el príncipe Harry y frente a él, el Conde de Brsitol y a su lado su mujer, la condesa de Bristol. Emma saludó con una reverencia, mientras se sentaba al lado de su marido, y Zayn, al lado de la condesa.
—Es un placer verlos, príncipes.
—Es todo nuestro, alteza. —contestó Emma, con una sonrisa.
— ¿Cómo ha sido su luna de miel?
—Muy bien, gracias. —contestó Harry, callando a Emma, mientras le apretaba la mano por debajo de la mesa para que callara.
— ¿Y el suyo, príncipe Zayn?
—Duquesa, fue todo maravilloso. Munich es una ciudad preciosa, y por los senderos por los que voy, llenos de naturaleza y de arte callejero. Es muy agradable volver a recorrer esas rutas.
—Me alegro de ecuchar eso, príncipe. —dijo el conde, mientras todos bebían la sopa de cangrejo que servían los empledos.
— ¿Qué es esto? —le preguntó Harry a Emma, mientras tomaba su mano izquierda y observaba el anillo que tenía en su dedo índice.
—Es un obsequio. Muy bonito. —le contestó Emma, sonriéndole. Sin comentar de quien era el obsequio. Zayn sonrió de costado, y el príncipe Harry lo miró fijamente, comprendiendo que el regalo provenía del muchacho.

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