Blinking Cute Box Panda

domingo, 17 de marzo de 2013

Dramma Queen - Capitulo 14


Dramma Queen

Capitulo 14

— Está hermosa, su alteza.
—Gracias. —le contestó Emma a Allison, luego de salir de su cuarto.
Vestida con el vestido de novia, blanco y largo hasta los pies, el corsé, cortado en dos en la parte del busto, con delicada piedrería casi invisible, una pollera larga con mucho tul, popmposa, pero no exagerada, y delicada ante todo. El corte princesa era el propio para una novia tan joven. Los zapatos blancos de tacón a composé con una cola larga de más de seis metros. El velo, hasta la barbilla, sostenido por una hermosa tiara de diamantes, propia de las joyas de la familia real británica. El peinado, era fino y a la vez natural, suelto, con bucles cayendo lentamente en cascada, y el maquillaje era suave y fresco, enmarcando los bellos ojos de la novia. Y como toque final, una gargantilla de diamantes plateada, adornando su cuello de cisne. { http://tinypic.com/r/2uxq9/5 }
Caminaron, acompañadas por la seguridad del palacio, hasta una limusina blanca, que las llevaría a ambas a la iglesia. Al llegar, repleta de personas y gente de la prensa, pudieron llegar sin ser vistas a la catedral. En uno de las habitaciones de los pisos superiores, se encontraban Carolina y su madre, Sofía.
— ¡Mi princesa! ¡Estás preciosa!
—Gracias, mamá. —respondió con una sonrisa.
—De verdad... Eres toda una princesa. —le dijo Carolina, sonriéndole.
—Gracias, Car. —contestó, con su sonrisa política.
—Piensa que esto es algo que te va a cambiar la vida para siempre, es un momento mágico, único, especial, memorable... El más feliz de tu vida. Bueno, primero tener hijos, y luego este. —comentó Sofía, riéndo.
—Si, mamá. —respondió Emma, con lágrimas amenazando en salir.
— ¿Estás llorando?
—Es que... Estoy emocionada, Carolina. —le contestó ella, mintiendo.
—No te preocupes, va a estar todo bien, tontita.
Y así, entre retoque de maquillaje, y charlas de dónde sería la luna de miel, pasó una hora, donde Emma trató con todo su ser de tranquilizarse y no romper a llorar o salir corriendo en ese mismo momento.
—Disculpe, su alteza real.—interrumpió Allison.
— ¿Si?
—En quince minutos tiene que salir. Su padre la espera en la entrada de la iglesia.
—De acuerdo, ahora voy.
—Bueno, nosotras también nos vamos.
—Suerte, todo va a ir bien. —le animó Carolina, sonriendo.
Así que, cuando su madre y su mejor amiga salieron de allí, soltó un suspiro largo y cansado. Tocó su vestido una y otra vez, luego su tiara, el velo, la cola, y sintiendo la realidad golpéandola duramente, caminó a paso lento y dubitativo hasta la entrada de la iglesia donde su padre la esperaba, con una sonrisa de oreja a oreja.
—Estás hermosa. —la halagó Gustavo, sonriendo.
—Gracias, papá.
— ¿Lista? —preguntó, y el nudo en su estómago se incrementó. Ella, solo atinó a asentir, y la música comenzó, segundos después, las puertas de doble hoja de madera se abrieron de par en par, y las cabezas de todos los presentes se giraron para observar a la novia, la cual, caminaba asustada por el pasillo del altar, junto al hombre mayor. Y, al otro lado del pasillo, se encontraba Harry, vestido con un traje azul perteneciente a su rango de coronel del Regimiento Real de Gales, con una fila de botones e hilos de oro en la parte delantera y una espada colgada en su cintura. El muchacho, serio, se quedó allí parado, hasta que Emma llegó a su lado, donde, el padre de ella depositó la mano de la chica, en la mano con guantes blancos del joven príncipe.
La ceremonia comenzó y luego, de las típicas palabras del reverendo, llegaron a la parte en donde Emma debía responder.
— ¿Princesa? ¿Princesa Emma? —preguntó el religioso una vez más, cuando la chica se quedó callada sin contestar.
— Emma... Responde ahora. —le dijo cortante, el príncipe.
— ¿Qué?
— ¿Acepta por esposo a Harry Arthur David Alexander Príncipe de Gales, Duque de Rothesay, Barón de Carrickfergus y Caballero de la Orden de la Jarretera?
—A... Acepto. —dijo por fin la princesa, con lágrimas en sus ojos. Mientras el príncipe colocaba un anillo de oro blanco, con una piedra enorme de diamante en el dedo anular, de la mano derecha de la princesa, y luego, tomó una alianza de oro, y la colocó en el dedo anular, pero esta vez de la mano izquierda de ella.
—Y usted, príncipe Harry. ¿Acepta por esposa a Emma Ana Sicilia Isabel Habsburgo-Lorena, Princesa imperial de Austria, princesa Real de Hungría, Bohemia, Croacia, Eslovenia, Dalmacia, Galicia y Lodomeria?
—Acepto. —dijo sin dudar. Mientras que Emma le colocaba la banda de oro en el dedo anular de la mano izquierda del príncipe.
—Entonces, por el poder que me confiere este sagrado recinto, bajo el resguardo de Su Majestad Real, uno al Príncipe Harry de Gales y a la princesa Emma de Austro-Hungría en sagrado matrimonio. Príncipe, puede besar a la princesa. —dijo, con una sonrisa, el reverendo. Y así fue como el muchacho, levantó con sutileza el velo, y con delicadeza se acercó al rostro de ella, para besar su mejilla derecha. Emma ante el contacto cerró los ojos, y al abrirlos, se hayó con los enormes ojos esmeralda del príncipe, que la observaba serio, y al separarse y enfrentarse a todos los invitados, sonrio de una manera centellante.
—Sonríe, princesa. —le dijo en un susurro, sin siquiera mover los labios. —El show acaba de comenzar. —siguió, dejando a una sorprendida Emma, parada al lado suyo. La chica, sonrió falsamente ante todos, mientras Harry colocaba su mano izquierda en la cintura de ella.
Subidos al carruaje real, el príncipe y la princesa, pasearon por las calles londinenses, saludando con una ficticia sonrisa, a todos los aquellos extaciados que veían con ilusión y respeto a los recién casados. Con banderas inglesas y austrohúngaras, los novios fueron bien recividos por el pueblo inglés. Así, llegaron al Palacio de Kensington, donde los más de novecientos invitados se encontraban para recibir a los recién casados. Ambos, con una sonrisa centellante en el rostro, bajaron del carruaje real, y saludaron, primero, a la Reina Elizabeth, y luego Al Emperador de Austro-Hungría, el cual, abrazó afectuosamente a Emma, quien casi se desarma en llanto en los brazos de su abuelo.
Entraron al salón principal donde diesciocho salones estaban abiertos y dispuestos a albergar a los casi mil invitados. La comida era fina y costosa, perfecta para el paladar exigente de los comensales, la música, clásica en la mayoría de las veces, y las luces naturales del día, se asomaban por los enormes ventanales del palacio, junto con las luces artificiales.
—Ahora, el hermano menor de la novia, Juan Ignacio Di Vella, va a dar su discurso. Silencio, por favor. —pidió el mayordomo de Harry.
—Hola... Me llamo Juan Ignacio Di Vella, y soy el hermano de Emma. No puedo creer que mi hermana sea una princesa y se haya casado con un príncipe, cuando creí que se iba a casar con Matías, el chico nerd de la escuela. —dijo el muchacho, mientras Sofía lo regañaba, haciendo reír a los presentes. —Pero, por suerte, Emmita se casó con un príncipe apuesto, rico y bueno, todo lo opuesto a lo que yo esperaba. —continuó diciendo, siendo nuevamente regañado por su madre. —Bueno, más allá de eso, deseo que, lejos de casa, seas feliz Emma. Porque, a pesar de lo molesta que puedes llegar a ser, y lo tonta que eres, te quiero mucho.
—Yo también te quiero, mucho. —le dijo Emma, abrazando al niño, el cual correspondió a su abrazo.
—Muchísimas gracias por sus palabras, joven Di Vella... Y ahora, unas palabras del príncipe Zayn de Edimburgo, hermano del novio.
—Buenas tardes, soy Zayn el hermano menor de Harry. Sinceramente, aunque tendría que haber escrito esto con anterioridad no supe que escribir, porque, al pasar los años, me doy cuenta que no importa lo que lo intente, los dieciocho años de mi vida, tú has sido el mismo, y yo también, y sigo sin saber como hablarte, Harry. No voy a desearte la felicidad eterna, y esas cosas que se hacen generalmente en estas ocaciones, solamente... Te felicito, por conceguir una novia como la princesa Emma, por tener un padre como el nuestro, por tener el apoyo infinito de los abuelos, y... Por tu ganancia terrenal que hoy has obtenido. El trono Británico-Austro-Húngaro. Ese si que es un premio gordo. Felicidades, Príncipe Harry. Hermano.
Luego de las palabras de Zayn, el cual bajó con la mirada de reproche del Príncipe Felipe y la Reina Elizabeth, todos los invitados quedaron descolocados ante las palabras del joven, haciendo que la gente comenzara a murmurar y hablar sobre los entredichos del príncipe. Y, antes que las voces se comiencen a dispersar del todo, la Reina Elizabeth, tomó partido en el asunto. Se colocó en el pequeño escenario, y tomó la palabra.
—Buenas tardes a todos ustedes. Estoy tan feliz, que soy capaz de olvidarme el protocolo real en estos momentos. —comentó riendo. —Quiero felicitar, a mi nieto, el príncipe Harry de Gales, y ahora mi nieta, la princesa de Austro-Hungría. Espero que toda la felicidad de esta humilde nación se pose en sus corazones, y los días de gloria y regocijo lleguen para ambos. El amor, no es un sentimiento que nace de un día para el otro, es uno que se va cosechando a lo largo de los años. Ahora, quiero hacer un anuncio. Por favor, Príncipe Harry, Princesa Emma. Acérquence. —pidió la reina, mientras marido y mujer se acercaban a ella.
—Harry Arthur David Alexander, príncipe de Gales , duque de Rothsay, Barón de Carrickfergus y Caballero de la Orden de la Jarretera. Yo, Elizabeth Alexandra Mery Reina del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte. Lo declaro, bajo el poder que como monarca constitucional tengo, Conde de Belfast. —dijo la mujer, mientras el príncipe se agachaba ante ella.
—Y a usted, Emma Ana Sicilia Isabel Habsburgo-Lorena, princesa imperial de Austria, princesa Real de Hungría, Bohemia, Croacia, Eslovenia, Dalmacia, Galicia y Lodomina. Yo, Elizabeth Alexandra Mery, Reina del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte. La declaro, bajo el poder que como monarca constitucional tengo, Condesa de Belfast. Como así también Princesa de Harry Arthur David Aexander, duquesa de Rothsay y baronesa de Carrickfergus. —prosiguió la mujer, a lo que Emma se inclinó ante ella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario