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martes, 26 de marzo de 2013

Dramma Queen - Capítulo 25


Dramma Queen
Capítulo 25


— ¿Lista princesa?
— ¡Ya casi! —gritó Emma, detrás de la puerta de su dormitorio, para luego de cinco minutos, salir ya cambiada, con una blusa de seda rosa con volados metida dentro de una pollera entubada floreada larga hasta por arriba de la rodilla y zapatos amarronados de tacón cerrados, para su primer día de clases. { http://www.polyvore.com/asian_inspiration/set?id=34081304 } Así, bajó las escaleras de mármol con barandales de hierro forjado, hasta el salón principal, donde se encontró con la Reina, el príncipe Zayn, el príncipe Harry y la servidumbre detrás de ellos, como siempre, ella llegaba después de todos.
—Está muy bonita, Alteza. ¿Está preparada para su primer día?
—Así es, Su majestad. Estoy un poco nerviosa.
—No se preocupe, todo va a ir bien. —dijo con una sonrisa la mujer.
— ¿A qué Collage de Cambidge va a asisitir, Alteza?
— Al Queens' Collage, ¿y usted príncipe?
—Al St. Johns Collage, lamentablemente. —contestó Zayn.
—Es bueno que le príncipe Harry vaya al mismo Collage que usted, princesa. —musitó la reina, con una sonrisa.
El desayuno continuó de igual manera, las charlas finalizaban y terminaban luego de que la reina lo dictaba, ya que era ella la que unía las conversaciones entre los miembros de su familia, a excepción de cuando Zayn y Emma hablaban animadamente, hasta que eran cortados por la reina o el príncipe. Luego del desayuno, el príncipe Zayn, subió a un helicóptero, mientras que el príncipe Harry y la princesa Emma, subieron a otro, el cual los dejaría en sus respectivos colegios. Luego de unos cuentos minutos, el helicóptero aterrizó en los jardines del Queens' Collage, donde todos los alumnos miraban expectantes la llegada de los príncipes. La seguridad no tardó en aparecer para alejar a la muchedumbre que se avalanzaba sobre el príncipe y la princesa, mientras estos caminaban hasta la secretaría, donde le darían sus programas y sus horarios.
— ¡Príncipe Harry!
— ¿Chrystalle?
—Buenos días, es tan bueno verte. —comentó la chica, sonriendo suavemente.
—Lo mismo digo, Chrystalle.
—Solo, Chrys. No seas tan formal conmigo. —le pidió la rubia, con educación.
—Emma, ¿te llevo hasta tu salón? —preguntó con educación Harry.
—Está bien, puedo ir sola. No te molestes. —comentó Emma, mientras le entregaba la sonrisa más falsa que podía a Harry, e ignoraba olímpicamente a la rubia, como ella lo había hecho con anterioridad.
— ¿Puedes ser más respetuosa con ella?
— ¿Yo? ¿Qué he hecho?
—Hacerla sentir incómoda. —respondió el chico, mirando a la rubia fijamente. —Recuerda que merece respeto ante todo, es la princesa de este país.
—Si, lo sé... Tiene un título que no le pertenece, y tu lo sabes Harry.
—Chrystalle... ¿Podríamos no hablar de esto? —le pidió el chico, mientras caminaba al lado de la chica, para entrar a su clase.
—Sabes que tengo razón, Harry. —dijo ella, colgándose de su brazo, y caminando junto a el. —Tú ibas a pedirme casamiento, ¿lo recuerdas?
—Si, pero no lo hice, porque tú te fuiste a Sidney. ¿Lo recuerdas?
— ¿Ahora es mi culpa?
—Te vas dos años del país, y vuelves y reclamas... ¿Qué? ¿Con qué derecho reclamas algo, Chrystalle?
—Eres muy importante para mi, lo fuiste, y lo eres y sé que lo vas a seguir siendo. Siempre pienso en ti, desde que me levanto hasta que me acuesto. Eres muy especial, Harry.
—Permiso, Chrystalle, debo ir a mi clase. —contestó el muchacho, ignorando a la rubia, y dirigiéndose hacia su primera clase: Teoría Microeconómica.
Por otro lado Emma se encontraba entrando al salón donde su primera clase comenzaba, y lamentablemente, el docente ya se encontraba dando clases.
—Buenos días, profesor. Lamento el retraso, es que me perdí. —dijo Emma, avergonzada.
— ¿Se perdió?
—Soy nueva en la universidad. —explicó la castaña.
— ¿Nombre?
—Emma Habsburgo-Lorena.
— ¿Princesa? —indagó el hombre con una sonrisa.
—Así es, lamento el retraso.
—Pase, por favor. —comentó el hombre, haciendo una reverencia ante la muchacha. —Es un honor que asista a mi clase.
—Muchas gracias, profesor.
—Pase, tome asiento. —dijo el hombre, mientras Emma se sentaba en el quinto banco, de la segunda fila, a lo que todas las miradas del alumnado se posaron en ella.
La clase comenzó, el profesor Liary impartía la materia de Historia Medieval. El profesor explicó en general a lo que se llama "edad media" para luego centrarse en la raíz de la materia y comenzar a explicar la división del imperio romano y sus factores históricos. Las dos horas de clase pasaron, para que luego el timbre tocara y todos los alumnos salían a un receso. Emma tomó sus cosas y se dirigió al campus de la Universidad, donde caminó tranquilamente hasta llegar a un rincón de este, y comenzó a pasar en limpio algunas de sus anotaciones en clase. Pasó el primer receso de clase, completamente sola, hasta que la nueva clase comenzó y así, pasó el primer día, entre clase y clase, sin socializar con nadie. En el último receso, donde ya se hacían las cuatro y media de la tarde, y el sol se encontraba en el último peldaño del cielo, Emma se fue hacia el rincón del campus donde pasó el tiempo en los últimos recreos.
— Princesa...
— ¿Si? —preguntó la muchacha, levantando la mirada y encontrándose con siete u ocho chicas, paradas frente a ella.
—Somos la asociación estudiantil de Queens' Collage.
—Un gusto. —dijo Emma, parándose del piso, y colocándose frente a ellas.
—Un gusto, nuevamente, princesa. —la saludó Chrystalle, con una sonrisa burlona en el rostro. —Soy Chrystalle Lawrece, pero... Ya me conoce, soy una amiga íntima de Harry. —dijo esta, con gracia, mientras todas las muchachas detrás de ella, reían sin más. —Soy la presidenta del cuerpo estudiantil del Collage.
—Un gusto, tu... Ya me conoces, así que... Para qué presentarme.
—Por supuesto, princesa. ¿Quién en este país no la conoce? —dijo con ironía. —Queríamos invitarla a una reunión del comité de la escuela, ya que usted es una persona tan importante.
—Me encantaría, pero... Tengo que ir a la biblioteca.
—Por favor, alteza. Sería un honor para la escuela que usted sea miembro de nosotros.
—Emm... —soltó Emma, pensando un segundo. —De acuerdo, me encantaría. —contestó con una sonrisa inocente la chica, mientras las demás muchachas la guiaban hasta donde iba a ser la reunión. Dentro del Collage, en una habitación pequeña, donde anteriormente era un salón, ahora en desuso, se colocaron las chicas, mientras las luces se encontraban tenues, y la visibilidad era casi nula.
— ¿Señorita Chrystalle? ¿Está allí? —inquirió Emma, cuando no sintió más la presencia de las otras muchachas. — ¿Chicas? ¿Están allí? —volvió a preguntar, pero, no hubo respuesta. Y antes de que pueda volver a preguntar, sintió como algo húmedo y frío caía sobre ella, cubríendola de cuerpo entero, mientras que unas manos se posaban sobre ella, y quitaban rápidamente todo lo que tenía puesto, colocándole una venda en los ojos y atándola fuertemente de los brazos.
— ¡Ayuda! ¡Ayuda! —gritaba insesantemente Emma, pero nadie venía a su auxilio. Las chicas del comité, guiadas por Chrystalle, la llevaron hasta el centro del campus de la universidad, mientras todos los alumnos se encontraban en clase, atándola al busto de la primera fundadora de la Universidad. Emma se encontraba en ropa interior, bañada en pintura roja, verde y azul, con los ojos vendados y sus manos y pies atados, completamente despojada en plena universidad, con un cartel sobre sus piernas.
Luego de pasados quince minutos, las clases finalizaron, haciendo que todos los alumnos de la facultad salieran de sus respectivos salones, para encontrarse con un espectáculo en el medio del patio.
Llegando al centro de la facultad, el príncipe Harry se chocó con toda la muchedumbre amontonada en el campus, y sorprendido ante esto, trató de pasar entre la masa de personas para llegar al helicóptero y así, llegar lo más pronto posible al palacio, pero allí escuchó los murmullos de los estudiantes de Cambridge.
— ¿Es la princesa?
— ¿La princesa de Austro-Hungría? —preguntó otra chica, mientras Harry comenzó a exasperarse, abriéndose paso hasta llegar al centro del embrollo, y la vio a Emma, la cual se encontraba atada y gritando, pidiendo ayuda. El muchacho, desesperado, corrió hacia ella, quitándole el cartel que tenía encima el cual decía "Bienvenida a Cambridge, Su Alteza". Le destapó los ojos y la desató del busto en el que estaba, mientras se quitaba el saco y con delicadeza se lo ponía encima para cubrir su cuerpo. La muchacha, con los ojos rojos, y llorando a más no poder, se aferró del castaño con fuerza, mientras el la alzaba y la apretaba contra su pecho.
—Shh... No llores. —susurró Harry, caminando entre la muchedumbre, la cual seguía filmando y tomando fotos. —Por favor, no llores. —le pidió con dulzura, conteniendo la rabia ante los hechos. —Todo va a estar bien. —le aseguró, pasando por el puente que conducía hacia el patio lateral donde el helicóptero se encontraba. La seguridad cubrió a los príncipes, los cuales subieron al transporte aéreo, rumbo al palacio.

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