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viernes, 31 de enero de 2014

Retos 2014! - By: believeinromance.blogspot.com

Retos 2014
by: believeinromance


Reto: El Señor de los anillos
Consiste en completar en este año lectivo, los seis libros correspondientes de esta saga.

•El Hobbit
•El Señor de los Anillos: La comunidad del anillo
•El Señor de los Anillos: Las dos torres
•El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey
•El Samarillón
•Los hijos de Húrin



Reto: Leer 150 libros en un año
Consiste en leer, sea de cualquier autor, país o género, un total de 150 libros en el año
Link del reto :)


Reto: Las Crónicas de Narnia
Consiste en leer los siete libros de la saga en el año vigente

•Las Crónicas de Narnia: El Sobrino del mago
•Las Crónicas de Narnia: El león, la bruja y el ropero
•Las Crónicas de Narnia: El caballo y el muchacho
•Las Crónicas de Narnia: El príncipe Caspian
•Las Crónicas de Narnia: La Travesía del viajero del Alba
•Las Crónicas de Narnia: La Silla de Plata
•Las Crónicas de Narnia: La Última Batalla



Reto: 10 Autores Latinoamericanos
Consiste en leer, en el año lectivo, diez libros de diez autores diferentes que sean nacidos en latinoamérica

1) Crónicas de una muerte anunciada - Gabriel García Márquez
2) El vencedor no está solo - Paulo Coelho
4)
5)
6)
7)
8)
9)
10)
Reto: Ver 10 Doramas
Consiste en ver, de cualquier país, diez dramas distintos en el año 2014

3)
4)
5)
6)
7)
8)
9)
10)

Reto: Ver 20 Animes
Consiste en ver, de cualquier género, veinte animes distintos en el año 2014

3) Brothers Conflict 
6) Junjou Romantica
7) Arakawa Under The Bridge
8)
9)
10)
11)
12)
13)
14)
15)
16)
17)
18)
19)
20)


Reto: Leer 10 libros en inglés
Consiste en leer 10 libros enteros (del género que sea) en inglés, si es poible, su idioma original.

1) Shatter Me - Tahereh Mafi
2)
3)
4)
5)
6)
7)
8)
9)
10)

viernes, 24 de enero de 2014

Tren de Medianoche - Capítulo 18


Tren de Medianoche
Capítulo 18

Helena Shaldan

—¡Esto tiene que ser una broma! —grité asqueada, dirigiendo mi mirada de furia a Hugh.
—No, claro que no Helena.
—¡Ésta! —grité, nuevamente, señalándola. — ¿La subcapitana? ¿Es una broma?
—No, no es una broma. —replica Hugh, cansinamente. —Rebecca está completamente capacitada, la vi y como te descubrí a ti, la descubrí a ella... Soy un caza talentos. —contestó con una sonrisa de suficiencia.
—Si ella está yo no. —dije mirándola con odio. 
—Ay, por favor, no vamos a hacer de esto un drama. 
—No, no. ¡No es ningún drama! —grité, mientras caminaba de un lado a otro.
— ¿No te das cuenta Hugh? Tiene miedo que la rubia le robe a Nick, ¿o ya lo hizo? —empezó a decir con malicia la perra de India, yo me acerqué a ella, y la tomé del cabello para arrancárcelos de raíz, pero todos me detuvieron.
— ¡Tú, cállate! ¡Ella no me robó nada!
—Claro, hace cuanto se conocen, ¿un mes? No creo que sea tan rápida como tú y ya se lo haya llevado a la cama. —repuso Mirge, con astucia. Esta vez, entre las gemelas perversas, no me detuve ante nadie, y me lacé contra ella. Le tenía asco, de eso estaba segura. 
— Mira Helena, yo no quiero nada de lo que es tuyo. Tampoco esoy acá porque me guste. —dijo la cordera desgoyada.... Rebecca.
— ¿Y por que estás acá? —pregunté, viéndola de arriba a bajo.
—Porque el entrenador Kilmer me prometió que si me unía como subcapitana conceguía gente para el club de comedia, y para presentarnos ante las estatales, tenémos que ser un mínimo de diez. —dijo, con esa voz dulce y melosa, que me empalagaba.
—No me interesa si está aquí porque quieres salvar a tu mediocre club, o para conceguir otras migas de pan para Handsel y Gretel, solo quiero que te vayas.
—Lo lamento, pero mi respuesta es no. —contestó ella, acercándose desafiante a mi. —Necesito esto, y no lo hago por los mismos fundamentos básicos y frívolos que tú, lo hago por algo que amo, por una pasión que tengo. Y no porque viene "la reina de nada" a decirme dónde debo estar y qué debo hacer.
—Reed, te vas a arrepentir de esto. —contesté, acercándome a ella, estando a menos de un metro de distancia. —Juro que te voy a hacer salir del colegio llorando y deseando volver a Illiois.
—Vaya, cuanto sabes de mi... Cuidado, con tanta información, voy a creer que eres una fan o algo por el estilo.—cometó con una sonrisa. La cual pronto le voy a borrar. No sabe donde se mete, no me conoce, pero ya me va a conocer.
—Voy a hacer que tu vida acá sea un sufrimiento, conciderate mi enemiga número uno.
—Ay, que honor. —dijo luego de un minuto, estaba asustada, podía oler el miedo. —Así que ya eres mi enemiga, vaya... Parece que no te soy tan insignificante como decías. Eso quiere decir que me das más atención, de la que supuestamente tu, merezco. Gracias por tu tiempo.
—Te voy a matar. — y luego de esto me avalancé hasta ella, logré golpearla en el labio inferior, cortándolo con mi uña haciendo que sangrara, para luego dejar dos arrañazos en el cuello, con dos marcar profundas. Y logré jalarle del pelo, antes de que nos separaran.
— ¡Basta! —gritó el entrenador, algo raro en él. Nunca grita. — ¡Vete del entrenamiento Helena! ¡Esto fue todo por hoy para ti! 
Tomé mis cosas y salí del gimnacio. Lo único bueno es que a la monja del convento logré hacerle algo.

Narrador

— ¿Se enteraron? Pelea salvaje en el gimnacio. —dijo Brandom, con una sonrisa. —Parece que a Helena no le gustó nada que mi linda sexy rubia sea nueva porrista.
— ¿Pelea? —preguntó Farrah, acercándose al sequito de chicos. Los cuales la miraron extrañados, ella no pertenecía a su "grupo de amigos". — ¿Rebecca se peleo con Helena?
—Así es... Como te llames, y parece que salió perdiendo.
—Pobrecita mi rubiecita hermosa, díganle si la ven, que yo puedo ser su doctor cuando ella quiera. —comentó el muchacho a lo que sus amigos riéron, y Farrah, la chica de piel morena, negó con la cabeza. Fue a informarle a su amiga, Fionna, lo que se había enterado de Rebecca, y ambas chicas, fueron en busca de la rubia. 
Buscaron, en primera instancia en la enfermería, pero allí no estaba, siguieron buscando en todos los salones habídos y por haber, disculpádose con los docentes cuando entraban e interrumpían la clase. Fueron hasta el teatro, donde suponían que su amiga estuviese, pero las puertas estaban cerradas con llave. Dieron vueltas por toda la enorme mansión, sin rastros de la chica agredida. Cuando tocó el timbre, se escuchó unos ensordecedores gritos, provenientes del pasillo del ala este, y allí estaban discutiendo, la capitana de las porristas junto con el capitán del equipo de football, Nick, a los gritos. 
El chico parecía que en su interior se estaba debatiendo entre irse o golpear a la muchacha, pero claro, era eso, una muchacha, una chica... Nunca se le pega a una mujer, más allá de lo que halla hecho. Y la chica, hermosa por demás, le explicaba una y mil veces a él lo que había pasado. En su rostro, el arrepentimiento no estaba grabado, si no la furia y perplegidad, porque el chico la estaba culpando de todo, defendiendola a ella, a la rubia. A la que quería todo lo que una vez fue suyo.
— ¡No puedo creer que la sigas defendiendo! —gritó con asco, la morena.
— ¿No lo puedes creer? ¡Le pegaste! ¡Solo porque es la subcapitana de tu equipo!
—No seas sínico, tú le pegaste a Brandom, que es el subcapitan de tu equipo, si vamos al caso. —refutó con veneno, la porrista.
—Eso es distinto, fue por otro motivo.
— ¡Claro! ¡El motivo fue ella! —gritó nuevamente Helena, con odio palpable en la voz.— Desde que esa monjita llegó a esta escuela, tú vives en un mundo de "caramelo", te crees que la vida es así de dulce como ella te la planta en todos esos musicales ridículos que canta.
— ¡Deja de decir idioteces, Helena! Estoy así, porque es la primera vez que alguien se preocupa, por verme feliz, aunque sea un poco, sin esperar algo a cambio. 
— ¿Algo a cambio? ¿Quieres decir que yo si esperaba algo a cambio? —indagó incrédula la acusada.
—No entremos en esa conversación, no te hagas la víctima. ¡Tú fuiste la que le pegó! ¡Tú fuiste la agresora!
—Ella quiere todo lo que es mío. —vociferó la aludida, con recelo.
— ¿Y supuestamente que es tuyo? —indagó el chico de ojos miel.
—El club de porristas es mío, yo lo he llevado a la victoria por cuatro años concecutivos y...
— ¿Y? —preguntó el chico, insistiendo en que la acusada prociguiera.
—Tu, tu eres mío, y ella quiere sacarme tu amor, tu cariño. —dijo con lágrimas en los ojos.
—No, Helena, no. Ella no te saco mi cariño, tu solita hiciste eso.—contestó Nick, negando con la cabeza, para luego darse vuelta y alejarse de ella. 
Las miradas de todo el instituto iban y venían en torno a ella, al espectáculo que acababan de montar ellos dos. El rey y reina de la escuela. Las voces se oían, las críticas se alzaban entre todos los presentes, y sin más, Helena, con su espíritu en alto, sin inmutarse ante este hecho de vergüenza que el propio Nick la estaba haciendo pasar, colocó sus manos en la cintura, levantó la cabeza, y se abrió paso entre la multitud, con sobervia y gracia, como solo ella podía hacerlo, para salir de la escuela.

miércoles, 22 de enero de 2014

Tren de Medianoche - Capítulo 17


Tren de Medianoche
Capítulo 17

Rebecca Reed

—Claro... ¿Y eso sería?
— ¡Ay dios! Por supuesto, linda. El grupo de las porristas de la escuela. —contestó como si fuera lo más obvio del mundo.
—Está bien, mucho gusto, soy Rebecca Reed.—dije acercando mi mano, pero él me besó la mejilla de los dos lados.
—Ya lo sé, bonita. Para eso estoy acá.
— ¿Para... qué?
—Bueno, hoy te vi en el teatro, hace años que no pisaba ese lugar, pero... La música me llamó. —contestó, con su mirada perdida en la nada, hasta que de un momento a otro volvió a enfocar la vista en mí. —Así que, mi querida Britney Spears, ay por favor, eres una luz bailando, gracia, agilidad... Y eso es lo que necesito.
—A ver, espere. No lo sigo. ¿Qué necesita?
—Fran... mi subcapitana se fue de la escuela, al colegio de al lado, la competencia... El colegio Buena Vista, así que ahora, me falta ella. Era la que llevaba la parte "práctica" de los entranmientos, ya que era, como tu, bailarina. Sin contar que Jessica, se fue a vivir a... No se dónde, con su hermana Grece, así que perdí tres de mis chicas, y las que me quedaron, la mitad son... Medias torpecitas con los pies.
—Claro, y a eso...
—Ay linda, como tardas en atar cabos. —dijo reboleando los ojos. —Te estoy pidiendo, sin hacer pruebas ni nada, que seas parte, o mejor dicho, mi nueva subcapitana de las "Fire Vegas", ¿aceptas?
—Emm, no gracias. Estoy muy ocupada.
— ¿Qué? —preguntó shokeado. — ¿Es un chiste, verdad?
—No, en verdad lo lamento, pero tengo el colegio, y mis notas tienen que ser de ocho para arriba, también... Esta el trabajo de Relaciones Internacionales, donde si o si tengo que ganar, sin contar que estoy sola como un perro cantando en el club de comedia musical y no se como voy a hacer si quiera para presentarme.
—Espera... ¿Tú sola? No puede presentarse un club, con solo un miembro.
—Lo sé, ¿por qué cree que estoy tan mal?
—O sea, que tu problema es la falta de personas en el club.
—Así es. —contesté, sin comprender por qué tanta insistencia.
—Hagamos una cosa... Yo necesito una subcapitana que sepa moverse, que tenga agilidad, flexibilidad y que se mueva con la delicadez y la gracia que tu lo haces. —empezó a decir, y yo solo sonreí. —Y tu, necesitas gente para el club de comedia. Así que que tal, ¿un intercambio?
— ¿Cómo sería eso? —indagué, algo interesada.
—Tu te conviertes en mi nueva subcapitana, y yo, te concigo más de diez personas para tu club, ¿está bien?
—Pero esas personas tienen que saber cantar por lo menos, o bailar.
—Claro que si, gente capacitada, por supuesto. —respondió colocando una mano en su cintura. —Así que... ¿hacemos el trato? —preguntó, estirando la otra mano, dejándola en el aire para que yo la tomara. 
—Trato. —contesté aprentando esta. 
Se que de esto me voy a arrepentir, pero necesito personas para el club, necesito ganar las regionales, como mínimo, para tener aunque sea la posibilidad de mandar, mínimamente, la solicitud a Jouliard.
***
—Tengo grandes noticias. —dije, entrando al salón de comedia musical, dejando mi bolso sobre alguna butaca, con una carpeta en mano.
—Vaya, te veo muy emocionada, Becks. —dijo con una sonrisa, dejando entrever sus blanquecinos dientes. —Hola ¿no? —Dijo irónicamente.
—Si, perdón, hola. —musité, acercándome hasta él para besar su meijilla. Y otra vez, esa corriente eléctrica recorrió todo mi cuerpo. Pero, traté de ignorarla y enfocarme nuevamente a lo que le quería contar.
—Bueno, ¿qué era lo que te traía tan emocionada?
—Esto. —dije entregándole la carpeta llena de papeles.
— ¿Y esto es...?
—Solicitudes. —contesté antes de que terminara la pregunta. —Solcitudes de chicos y chicas que quieren entrar al club. —contesté de manera rápida y automática.
—Vaya, esto es increible, esto es maravilloso... —Dijo con alegría, mirando todas las hojas. —Esto es... Muy extraño. —dejó la sonrisa de lado, y miró con gesto pensativo las fichas de los chicos. — ¿Por qué ahora todo el mundo se quiere unir al club?
—Porque se dieron cuenta que el profesor más lindo, talentoso y sexy está acá. —dije con una sonrisa, a la que él correspndió, mirándome con sarcasmo,
—Eso ya lo sé, muchas gracias. Ahora, dime la verdad. —exigió, mirándome con sus ojos azul cielo.
—Esa es la verdad. —Contesté, tomando la carpeta y llendo al escenario, y con las rueditas qe tenía, arrastré el piano hasta el tablado.
—Rebecca, no evadas el tema. ¿Cómo has logrado esto?
—Yo no hice nada. —contesté, con nerviosismo, mordiéndome el labio inferior.
—Estas mintiendo, cada vez que te pones nerviosa y mientes, te muerdes el labio inferior o te comes las uñas... ¡Como ahora! —dijo, señalando precisamente lo que estaba haciendo.
—De acuerdo, de acuerdo... Tal vez si hice algo, pero algo chiquitito. —contesté sentándome en el escenario y él se acercó hasta mí.
— ¿Qué has hecho?
—Un trato.
— ¿Un trato? ¿Qué clase de trato?
—Un trato con Hugh Kilmer, el entrenador de las porristas de la escuela, el me dijo que si yo me convertía en su nueva subcapitana, el me conceguía gente para el club. ¡Y ah cumplido! ¡Mira todas estas solicitudes! —dije, mostrandole la carpeta.
— ¿Por qué has hecho eso? Me has dicho de todos los adjetivos calificativos negativos posibles, para hablar de lo huecas, insensibles, maleducadas, irrespetuosas, egocéntricas, malhabladas, y demás, que son las porristas. ¿Y ahora tú te haces una?
—No lo hago por gusto, y es verdad, no las quiero. Pero piensa, sin gente no nos podemos presentar, leíste las reglas, mínimo diez personas para que un club, "sea un club" y, si tu no cuentas, solo es... ¡Una persona!
—De acuerdo, de acuerdo, pero... ¿Cómo vas a hacer con todo? El club de comedia, la escuela, el trabajo de relaciones internacionales, ahora las porristas... Es mucho para una persona, ¿tu vida social dónde queda?
—Si, es mucho, pero... ¿Vida social? ¿De qué vida social hablas? Lo siento pero... Vida social, es algo que no tengo.
—Muy graciosa.
—Es la verdad, acá tengo cuatro personas con las que hablo. Fionna y Farrah, y tampoco somos uña y carne, con Nick la relación está rara... Va, en realidad, él es raro. Y contigo, y eres mi profesor. Esas son mis escasas relaciones.
—Eso no quita, que te ates a todo.
—Las porristas, además de traer gente al club, va a hacer que gane puntos extra, si gano con ellas y además el trabajo de RRII, tengo asegurada mi beca en Yale, o quisás en... 
— ¿En?
—Mira, te he dicho que me encantaría ser Ingenira Aeronáutica, pero lo que más amo en toda esta tierra, además del helado de chocolate, es cantar. Y Julliard es algo impensable para mi presupuesto, solo con un beca podría llegar. 
—Rebecca, te escuchan cantar, y te rugan que entres.
—Tú lo dices porque me quieres.
—Es verdad, te quiero. —contestó, mirándome a los ojos y yo creí desfallecer. —Pero además de eso, lo digo porque en verdad cantas increíble.
—Da igual... La decisión ya la tomé, Jeannot, voy a participar en ambos clubs, así que nada, elige de todas esas personas, con las fichas y sus cuentas en Twitter, que tienen videos bailando y cantando, y bueno... Selecciona a diez que valgan la pena.
—Está bien, ¿tú a donde vas?
—Tengo que ir a entrenar con las "Miss Estados Unidos".
El rió tocándose con dos dedos el entrecejo.
—De acuerdo, suerte.
—Gracias.
Contesté, y en menos de un segundo, lo tuve a mi lado, mientras él besaba mi mejilla y luego, cuando me giré, besó la barte de mi nuca, porvocando que una corriente de frio circulara por todo mi cuerpo. No dije nada, y seguí caminando hasta el gimnacio.

domingo, 19 de enero de 2014

Tren de Medianoche - Capítulo 16


Tren de Medianoche
Capítulo 16

Rebecca Reed

Dos semanas ya habían pasado desde que me había mudado con mi padre, y mi madre solo llamó una vez ¿Lo pueden creer? Si me muero, ella se iba a enterar cuando ya me hallan sepultado. Pero cambiando de tema, esto del colegio San José me gusta. Mis amigas ahora son Fionna y Farrah, a pesar de que somos muy distintas entre las tres, nos llevamos bien y nos reímos mucho juntas y más que nada en clase, aunque atención obviamente sigo prestando, ya que para mí la escuela es fundamental.
Con Nick las cosas siguen su rumbo, hablamos muchísimo en la cafetería a la hora del almuerzo, y ahora, para mi sorpresa, el primer viernes de la primer semana de clases, se sentó con las chicas y yo, y otra cosa más sorprendente fue que empezaron a hablar animadamente y desde entonces nos sentamos juntos. 
El es muy "compañero", si esa es la palabra que puedo utilizar. Es muy atento conmigo y siempre tiene algún detalle para mi. Todos los días vamos juntos al colegio y volvemos juntos cada cual a su casa. El jueves, a la mañana, trató nuevamente de pagarme el boleto, pero me negué. Pobre chico, iba a gastar una fortuna conmigo.
En el tema de "los-que-miran-mal-y-ya-estan-en-mi-lista-negra", siguen con sus miradas petulantes y sobradoras, claro sin contar la de Brandom, que más que petulante está llena de deseo carnal, y aunque suene loco, es la que más nerviosa me pone, y parece que el se da cuenta de esto, y lo disfruta. 
Aunque esto que voy a decir a continuación parezca de lo más loco, el lunes de la segunda semana de clase, se me acercó Helena y me dijo: —Yo que tú, me mantendría al margen, claro... si sabes lo que te conviene. —luego de eso la chica, de una perfección sin igual, salió con su séquito de "perras-sin-vida", por las puertas de la cafetería, dejándome perpleja por su comentario, no solo a mi, si no también a F&F (Fionnah & Farrah).
—Luego de esta clase aburridisima, ¿tienes clase con el señor sexy de New York? —preguntó Fionna, hablando de Jeannot.
—Si, como cambiaron los horarios, las clases terminan luego de las clases extracurriculares. Gracias a dios, porque luego de relajarme con la comedia, voy a geografía o matemática, y la verdad, es irritante.
—Claro, entiendo... Y con ese "coso" sexy, lo de "relajarse", está asegurado, ¿no, Fa? —dijo, dirigiéndole una mirada pícara a la otra chica.
—Claro, ¿tu has visto si quiera, que hasta cuando camina es perfecto?
—Si, lo he visto, de todas las formas posible. A mi me llega a cantar al oído como te ha cantado a ti el miercoles pasado, y yo me muero de un ataque al corazón.
—En primera. —comenté, defendiéndome de estas dos. —No me cantó en el oído, solo me mostró una canción que el mismo había compuesto, y después, dejen de tomar a mi profesor como objeto sexual.
—Vamos, Rebecca. Comparte. —dijo entre risas Fionna, y Farrah y yo la seguimos.
Antes de que pueda decir algo el profesor de geografía comenzó su "divertida" clase. Pero como era obvio, con ese profesor lo que reinaba por sobre todo, era el silencio. 
—Espero que hallas preparado lo que te pedí. —dijo una voz dulce y a la vez profunda, muy masculina, detrás de mi. Allí se encontraba Jeannot sentado en la séptima fila mirádome divertido, debido supongo, a mi cara de sorpresa.
—Así es, así que espérame tan solo diez minutos.
—De acuerdo, no me voy a mover de acá. —contestó guiñándome un ojo. 
Fui hasta uno de lo camarines, son cuatro, y me vestí para hacer el número que me pidió hacer como tarea. Cuando terminé de arreglarme, y en realidad tardé un poco más que diez minutos, salí, y me paré en el medio del escenario que solo estaba iluminado con un foco que unicamente iluminaba un pedazo del escenario, donde yo estaba parada. Pude escuchar varios cuchicheos, alcé la mirada y pude ver a todas las porristas al lado de la puerta, con algunos de los chicos de football americano, y entre ellos Nick, que tenía cara de ¿pena? No entendí el porque de todo, ¿qué hacian allí? Traté de buscar con la mirada a Jeannot, pero cuando lo encontré estaba al lado mío.
— ¿Qué hacen acá? —pregunté, mirando de refilón a todos los chicos de allí, y pude ver a F&F.
—No lo sé, pero no puedo prohibirles que esten tampoco.
—Pero...
—Solo has lo que ensayaste, y no les prestes atención. Eres increible. — comentó sonriendo.—De un artista a otro. —luego de eso bajó del escenario y la música comenzó a sonar. { I'm a Slave 4U -Britney Sperars http://www.youtube.com/watch?v=Mzybwwf2HoQ} 
Cuando la música finalizó y mi respiración quedó totalmente agitada, se escuchó el claro aplauso de Jeannot acompañado de otros, y no me atreví a levantar la vista para ver de quienes. El docente se acercó hasta el escenario y me ayudó a bajar de este.
—Increible, lo único que puedo decir. —dijo con una sonrisa. —Aunque me gusta más cuando cantas algo como Burlesque o Chicago, pero aún así, eres inceible. —comentó con una sonrisa. 
Me guió hasta el medio de las butacas, donde había una separación y allí se encontraba su escritorio y me mostró una canción, con partitutas en piano y guitarra. 
—Quisiera que la cantes para mañana o pasado, o algún día pronto, acuérdate que en solamente dos meses tenemos que presentarnos, solos tu y yo, va a ser complicado, pero no imposible.
Luego de la verguenza que pasé, todos se quedaron clavados alli, esperaba que luego de mi "gran" presentación, hallan obtenido la fuente de sus burlas y se vallan, pero parece que fue todo lo contrario, ¡hasta algunos estaban sentados!
— ¿Qué tal... Only hope, de Mandy Moore?
—De acuerdo. —dije con una sonrisa, amaba esa canción.
Ambos subimos al escenario, y el cantaba debajo de mí, aunque eso era un insulto, su voz tendría que ser la primera, por lo maravillosa, artística, clara, concisa, dulce, potente, masculina, viríl y demás adjetivos que no me cansaría de pronunciar. {http://www.youtube.com/watch?v=M3YXZ7_rJ_8}
— ¿Solo dos meses? —indagué sentandome en el escritorio mientras el estaba en la silla.
—Así es, es muy poco tiempo, así que va a costar, de eso seguro. Pero bueno, vamos a ver como nos va. Tengo un diamante en bruto en mis filas.
—Gracias, pero creí que las filas se hacían con más de una persona. —musité riendo a lo que él me secundó.
—Vamos a ver que hacemos con eso, pero no te preocupes, vamos a ganar de ello no hay ninguna duda, además... Creo que no va a haber tanta competencia salvo...
— ¿Salvo? —pregunté para que continuara.
—El colegio Bella Vista, conozco a la entrenadora de ese grupo, y la verdad que son buenos, pero tu eres mejor lo aseguro. Nuestro problema es el número, con una sola persona se me hace realmente dificil llegar a algo. 
—Claro... Creo que Fionna & Farrah, dos amigas mías, saben cantar algo aunque sea, y se que Fionna es una muy buena bailarina, así que voy a hacer mis más grandes esfuerzos para traelas.
—Tres, me gusta más ese número.
Seguimos hablando de cómo íbamos a hacer para ganar, hasta que sonó el timbre que daba por finalizadas las horas de clase. Me despedí de Jeannot, y me fui a cambiar para luego salir por la puerta del teatro, buscando con la mirada a Nick para irme a mi casa, aunque luego de la linda visita en el salón de comedia, preferiría no encontrarlo. 
Sentí una mano tirarme del antebrazo y girarme sobre mi mismo eje, pensé que era Ian pero me encontré con un hombre de unos treinta años, el pelo castaño hecho un "hopo", unos pantalones estilizados en la parte de abajo negros, pegados a su anatomía, una remera blanca con letras doradas, con una frase escrita "I'm Glam". 
—Hola, soy Hugh Kilmer, el entrenador de "Fire Vegas".

sábado, 18 de enero de 2014

Tren de Medianoche - Capítulo 15


Tren de Medianoche
Capítulo 15

Rebecca Reed

Salí del salón de comedia musical y fui hacia la clase de Matemática, donde me quedaba solamente una hora. Pero al ver desde afuera vi que no se encontraba Nick, así que me dirigí a buscarlo, sin imporme si me saltaba o no una clase. 
Cuando había buscado por cada rincón del establecimiento, salí de este y empecé a caminar hasta que pensé lo obvio, si no está en el edificio... Es un deportista ¿no? ¡En el patio! Caminé una cuadra más o menos hasta acercarme al aro de bascketball donde estaba Nick practicando, con la mirada ausente.
— En la cafetería Brandom me acaba de mirar, no me habló ni nada, solo me miró... Digo, tal vez te importe, y quieras ir a pegarle por mi. —dije con todo el veneno posible. Lo sé, golpe bajo, pero se lo merecía.
— ¿Cómo...?
— ¿Cómo me enteré? —terminé su pregunta. —Toda la escuela me está titulando de "la zorra", así que sí, me enteré, la gente habla... Sin contar que son muy poco cautos al mirarte directamente mientras pasan su escaner por todo mi ser.
—Rebecca, yo...
—Me mentiste, diciéndome que te caiste y todo eso. —comencé un tanto dolida, la mentira me hacía mal. Más que nada. —Sin contar que le pegaste a alguien por ... ¿decir algo de mi?
—Tú no lo entiendes, me enferma que hable así. —contestó con los dientes apretados.
—A ver, ¿qué dijo tan grave de mi como para que le pegues de esa forma, y qué el te devuelva de tal manera? —indagué, cruzándome de brazos.
—No te voy a decir lo que dijo.
—Ya veo, una mentira más, una menos, ¿no cambia, no?
—No es eso, es algo... No te lo puedo repetir.
—Si queres que haya algo de confianza entre nosotros, quiero que me digas que fue ese "algo" tan grave como para que se pegaran.
—De acuerdo... —comenzó e hizo una pausa, tragando saliva. —Llegué al entrenamiento y lo primero que me dijo por haber llegado tarde fue... "Te estas encamando con la nueva", y me molesté mucho, pero un amigo, impidió que lo golpeara, así que fuimos al campo, obviamente es Brandom, no se iba a callar, y me dijo: —Me imagino cómo será en la cama, se le ve ardiente... Sexy, inteligente... Solo tengo que corroborar esa faceta de ella. 
La sorpresa que tenía era tal que quedé con la boca abierta, jamás un chico había hablado de una forma tan explícita el tema sexual conmigo, y mucho menos que ese tema sexual, que esa relación, vaya a ser conmigo. Siempre fue un: hermosa, sexy, y eso, lo he escuchado antes, pero algo así. Jamás. 
—Y bueno, me enfadé y me lancé contra el y le pegué... Luego, cuando nos separamos, le dije que si volvía hablar así lo mataba y me dijo:  la nueva va a estar encima mío, gritando. Lo juro. ¿Cómo quieres que reaccione? ¡Lo tenía que matar! —dijo, todavía molesto.
—Vaya... Nunca en la vida habían hablado de mi... Tan vulgarmente. Creo que te debo una disculpa, porque me defendiste, no de la mejor manera, no le tendrías que haber pegado, mira como te dejo.
—Estoy bien, el está peor. —No se si eso era verdad, pero lo vi también magulldo como una pera a Brandom.
—Por favor, no quiero que te peguen, solo porque ese chico diga cosas... obsenas de mi.
—Lo voy a matar. —comentó y sin más lo abracé: —Gracias. —le dije en el oído y sentí sus brazos enrroscarse en mi cintura. —No por lo de "matar", claro está, si no por defenderme. 
—Siempre. —dijo, besando mi frente.
Luego de eso, tomandos de la mano, caminamos hasta las gradas, donde nos quedaba prácticamente cuarenta minutos antes de que toque el timbre que daban finalizadas las clases. Empezamos a hablar de como nos habia ido en nuestras respectivas clases de interes personal, en su caso el equipo de fútbol, y en el mío el de comedia musical.
—El año pasado la escuela Bella Vista, fue la que ganó las estatales de Nevada y creo que fueron a Chicago, pero no sé... Este año seguro que es en NYC o en algún lugar así.
—Claro... pero las posibilidades de que yo solita gane las estatales son tantas como que gane la lotería, jamás voy a ir a competir, tengo más esperanza en la competencia de la ONU, en la clase de relaciones internacionales.
—No digas eso, te he escuchado cantar, y no necesito ser una estrella de Broadway, para darme cuenta de cuanto talento tienes. —dijo con dulzura, refiriendose claramente, a Jeannott.
—Gracias. —respondí, mirando mis pies. —pero el estudio es lo mío, así que voy aseguir enfocándome en lo de la ONU, ese premio va a aparecer en mi expediente escolar, y es un punto más para la universidad.
— ¿Y a cúal quieres ir?
—A Yale, pero... Mi sueño es Jouliard o Tish, pero claro allí no me dan ni el saludo.
—Si a ese francesito lo aceptaron, a ti obvio que también. 
—Gracias.
La conversación prosiguió hasta descostillarme de la risa por las ocurrencias del chico, hasta que de un momento a otro la campana interrumpió nuestra conversación y el me tomó de la mano y se paró de la grada.
—Vamosnos señorita, su carruaje a unas dos cuadras la espera. —dijo con tono dramático, refiriéndose al colectivo.
—Ay, cállate. —contesté, caminando delante de el, mientras el me seguía riendo. 
En la entrada me encontré con las miradas inquientantes y llenas de preguntas de Farrah y Fionna, pero sin decir nada, besé sus mejillas y me despedí llendo de la mano con Nick hasta la parada del colectivo. 
— ¿Cómo te está llendo en el club de solo un miembro, de comedia? —indagó con una sonrisa.
—Bien, Jeannott es increible, ha hecho que me encanten cosas que no creí posible que me gustaran. Además, estuvimos practicando distintas formas de respiración, tácticas que le enseñó la mismísima Barbra Streisand.
— Vaya... ¿Y esa quién es?
—Ay dios mío, no puedes no saber quien es Barbra.
—Bueno, eso de la música y musicales no es lo mío, si queres pregúntame jugadores de cualquier deporte lo sé, pero eso... No, no me va. 
Y así seguimos hablando, y lo clásico... Me hacía reír tanto este chico, es que con cada ocurrencia. Una de ellas fue: —No es por criticar, pero viste que Margot tiene ojos de vaca, ¿no? —indagó, refiriendose a una de nuestras compañeras de clase, una de las tantas "amigas" de Helena.
— ¿Ojos de vaca? —le había preguntado, sin comprender.
—Claro son muy grandotes, como los de una vaca, y miran para lados distintos. Se parece a... Perry el ornitorrinco.
— ¿Cómo un chico de diesciséis años conoce a Perry el Ornitorrinco? . —entré a reirme otra vez y el al instante me acompañó.
Luego de eso, llegué a mi casa, y comencé a hacer la cena como el día anterior a que mi padre entrara al departamento luego del trabajo. Creo que me estaba acostumbrando a esto de vivir en Las Vegas, aunque, a pesar de Jeannot y Nick, siempre voy a extrañar a mi hermoso Chicago.

jueves, 16 de enero de 2014

Tren de Medianoche - Capítulo 14


Tren de Medianoche
Capítulo 14

Rebecca Reed

—Hola chicos, soy Max Galmer, su profesor de Relaciones Internacionales, y hoy lo que vamos a hacer es dividirnos entre los... —tomó la lista y vio todos los nombres. —Veintitres que somos, países de la ONU. O sea, en esta materia vamos a representar los intereses políticos, sociales y económicos del país en cuestión y vamos a debatir entre nosotros. Obviamente, al ser países, cada país tiene sus aliados o grupos económicos, como por ejemplo la OTAN, que involucra a los países del Norte, como USA, Canadá, España, etcétera, o también el Mercosur, países miembro Brasil, Argentina y demás. 
—Los países yo ya los seleccioné les puse un número del uno al veintitrés y esos números van acorde al número que les tocó en la lista. Empecemos.
—Deball Farrah, el país es Brasil. —ella asintió
Y así, el docente comenzó a nombrar los países que nos tocarían hasta que llegó a la G.
—Reed Rebecca, el país es Inglaterra. —yo solo asentí y le sonreí tímidamente. 
Siguió nombrando más alumnos  luego dijo: —Shaldan Helena, el país es Argentina. —ella asintió.
Continuó nombrando a las personas de la lista hasta que mencionó, por último: Holland Nicholas, país: Estados Unidos. —El asintió y me miró a mi, lo que yo no comprendí. 
El docente dijo que como primer trabajo, para la semana que viene, teníamos que traer un informe del país que nos había tocado: Cultura, Idioma, Religión, Clima, Relieve, Población, Economía, Política, etc. Así que, luego de eso, empezamos a hablar de cosas triviales. Max, como quería que lo llamemos, fue el profesor que mejor me cayó... Luego de Jeannot, obviamente. Tenía alrededor de treinta años aunque parecía de menos, era de estatura baja, pelo rubio y ojos café. Era muy simpático y no era el típico "modelo-de-pasarela", pero su forma de ser lo hacía ver más "lindo".
Continuamos hablando hasta que mencionó que luego del trabajo de la ONU, el país "ganador", o sea, el que mejor halla explicado el porqué su país es "mejor", el porqué de todas las cuestiones políticas, sociales y económicas que se planteen en el aula, va a ir a Nueva York, a representar a Nevada en las escuelas privadas, en la "ONU-estadounidense", donde los cincuenta y un estados, van a representar un país asignado por los representantes del concurso.
Al decir todo aquello, todos los alumnos se entuciasmaron, ya que tendrían cinco días pagos por el concurso para ir a Nueva York, y si ganaban en las nacionales irían a las Internacionales que se llevarían a cabo en Roma, Italia. Todos estaban, va estábamos, muy entuciasmados. Max si que había logrado captar nuestra atención por completo.
Luego de tres largas horas en el salón de RRII, salí del aula rumbo a la cafetería hasta que siento una voz llamándome, me di vuelta y vi a Farrah con Fionna, detrás de mi.
—Rebecca, ¿quieres comer con nosotras? —preguntó, un tanto tímida, Farrah.
—Claro, me encantaría. —dije, en verdad muy contenta, ya que eso quería decir que no les disgustaba mi compañía. Las tres fuimos hacia el enorme salón que revalsaba de alumnos adolescentes, donde el ruido ya era música repetida de todos los días. Nos sentamos en una mesa algo apartada, donde nadie, y vuelvo a decir nadie, se volteo ni siquiera a mirarnos, hasta que una chica puso su vista en mi, le comtentó algo a la chica de al lado y así sucesivamente, hasta que todas las miradas se encontraban posadas en nosotras tres... ¿O solo en mi? No, ese era un pensamiento totalmente narcicista.
— ¿Por qué todos nos miran? —pregunté una vez que no sentamos en la mesa con nuestras vandejas de comida.
—A nosotras no, a ti. —contestó Fionna, y yo la miré sin comprender.
—Tienes levante. —dijo Farrah riendo, a lo que Fiona la secundó.
— ¿Cómo? ¿De qué hablas?
—Ay Rebecca, ¿eres lenta o no escuchas en los pasillos? Ayer los dos chicos más lindos del cole se pelearon por ti. 
— ¿Qué? ¿Quienes? —indagué sin tener idea de qué hablaba.
—Brandom Urich, el co-capitan del equipo de football, y presidente del club de esgrima, y Nick Holland, capitan del equipo de football, baseball y bascketball. O sea, eres una perra. No pueden andar esos dos atrás tuyo, te envidio. —contestó Fiona riendo, demostrando que lo que decía era en chiste.
—Espera, Nick si se quien es, obvio pero... ¿Brandom? No tengo idea ¿Quién es?
—Es un dios griego, está esculpido en hielo, te juro. —Dijo Fionna, con las mejillas sonrosadas. —Su cabello es de pelo castaño muy claro y de ojos miel verdoso, te juro que es una versión mejorada de Justin Bieber, pero es más... Rudo, es más... Sexy, si, sexy es la palabra. —finalizó riendo.
—Si, si, me acuerdo de el, ayer me habló antes de la clase de Sociología, es muy... Directo, se me tiró a la primera. 
— ¿Y qué pasó? —indagó Farrah con los ojos abiertos, antenta.
—Nada, llegó Nick y nos fuimos a la clase juntos. 
—Bueno, yo te cuento. Después de las clases, en el entrenamiento, Brandom y Nick empezaron de decirse cosas, respecto a "la nueva", así decian, y parece que de lo que hablaban no era de ositos y corazones ya que, se dice, que Brandom dijo algo que le molestó mucho a Nick y se le lanzó. El campo de football fue un verdadero campo de batalla.
—Sabes lo que daría, por que esos dos caños, se peleen por mi.
Yo no dije nada, estaba muda de la impresión. ¿Peleandose? ¿Por mi? ¡Me mintio! Sin decir nada, tomé mi bolso y dejé la comida como estaba y me dirigí en busca de Nick. Ya me iba a escuchar. Pasé por toda la cafetería en su búsqueda, captando las miradas de cuantos pude, y una en particular me llamo la atención, ya que parecía que era el lobo y yo la caperucita roja, su mirada me causaba algo de estupor. Para ser sincera.
Y allí estaba, "la-versión-mejorada-de-Justin-Bieber", mirándome como si fuera un pedazo de carne con patas. Ay dios, ese chico, me enferma. Así que aparté la mirada de él, y proseguí mi búsqueda. Cuando no lo encontré por ningun lado, el timbre sonó, dando por finalizada la hora del almuerzo, y la llega de las dos nuevas horas de clase.
Fui hasta mi casillero y saqué mis libros de Teología, dos horas. Ay dios, ¿por qué me haces esto? Esto, si que iba a ser tedioso.
Al llegar al saló, vi a Nick sentado con un chico de pelo castaño y cuando posó la vista en mi, al intante la cambió de dirección, así que, me fui a sentar al tercer banco, detrás de Fionna y Farrah. Luego de que la profesora Olga Marén se presentara, una mujer de unos sesenta y tantos años, pelo castaño con hebras plateadas y las claras arrugas de la edad, comenzó la clase con "los diez mandamientos", y allí empezó el purgatorio.
Al tocar el timbre me fui hasta el auditorio, donde las únicas luces prendidas eran las del escenario y de un momento a otro apareció Jeannott y la música comenzó. Lenta y pausada con un suave repiqueteo de un tambor para luego que su voz acompañara la melodía, dulce y suave, con su voz de soprano. {http://www.youtube.com/watch?v=GICs-mEFuuM&feature=related "Mirror Blue Night" - Musical Spring Awakening}
Al terminar la canción aplaudí con ímpetu a lo que el sonrió e hizo la típica reverencia al finalizar un espectaculo.
—Sigo diciendo que qué hace un talento como tú, dándole clases a alguien como yo.
—Bueno, cuando seas famosa y seas protagonista de un musical, voy a tener el orgullo y honor de decir que yo te entrené. —contestó, bajándose del escenario y caminando hasta mi.
—Claro, ahora entiendo todo. —dije sonriendo a lo que el rió con una risa cantarína y melodiosa.
— ¿Perdiste algo?
— ¿Cómo? No. —contesté, sin entender mucho su pregunta.
—Es que te vi buscando algo o a alguien con mucho énfacis en la cafetería.
—Ah, bueno, en realidad buscaba a alguien.
— ¿A quién? Si se puede saber. —contestó con su típico comportamiento de señorito francés.
—A Nick, quería preguntarle algo. —contesté fruciendo el ceño.
—Parece que no es nada bueno, para que estes así de enojada.—comentó pasando dos dedos por mi entrecejo y riendo, a lo que yo lo secundé.
— ¿Tu eres un adulto? ¿No?
—Si, creo que si. —respondió riendo y yo lo imité. —Claro, ¿a qué va eso?
— ¿Y sabes de temas de chicos&chicas?
—Bueno, no soy el Dr.Corazón, pero si, puedo ayudarte.
Me sentía un poco avergonzada, pero igual dije: —A ver, si un chico le pega a otro chico por que ese otro chico dijo algo de la chica que supuestamente el chico gusta, pero la chica no sabe si ese chico gusta de ella, o si el otro chico también gusta de ella, entonces la chica no sabe si el chico gusta realmente de la chica, ¿entiendes?
—No, la verdad que no, me has mariado mucho, con lo del chico-chica-chico-chica. 
—Claro.
— ¿Quieres ponerle nombre a los chicos y a la chica?
—De acuerdo. —afirmé corriendo un mechó de mi pelo detrás de mi oreja. — Pongamole nombres. Pancho, le pegó a Paco porque, supuestamente, él dijo algo de Juanita, la chica, y parece que no fue nada bonito, porque Pancho se enojó y le pegó. Pero según lo que comentan, Paco no insultó a Juanita con lo que dijo, si no que fue algo "hot". —le expliqué poniéndome colorada.
—Claro. —dijo frunciendo el ceño. —En primera, un caballero jamás debe recurrir a la violencia, sin importar que halla pasado.—explicó refiriéndose a Pancho, alias Nick. —Y en segundo lugar, tampoco, un chico puede hablar de una dama como si fuera un objeto... Un objeto, de cualquier forma, eso es denigrarla como dama. Así que, esos dos chicos, no son dignos de "Juanita". —finalizó haciendo comillas en el aire.
— ¿Entonces?
—Creo que ambos se equivocaron, pero el que tiene el temita sexual en la cabeza, es del primero que "Juanita", se tendría que alejar.
—Está bien, gracias.
—Cuando quieras. —contestó sonriendo.—Ahora, parate sobre el escenario y canta esto. — me ordenó dandome unos paples y al leer el título ya sabía de que se trataba. — ¿La conoces?
—Por supuesto. 
Subí al escenario acompañada de él y la música un tanto tétrica comenzó { http://www.youtube.com/watch?v=88xfHeDGtaE el fantasma de la opera es increible escuchenla} 

Nota de la Autora: Gracias a todos por leer, comentar (cuendo pueden) & seguirme desde el inicio del blog. ¡Saludos!