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viernes, 26 de abril de 2013

El precio de la elegancia - Capítulo 9


El precio de la elegancia
Capítulo 9

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Salió de la carpa cuando todo el mundo estaba haciendo los preparativos de la cena. Unos cocinando, otros prendiendo el fuego y otros más, haciendo las mesas de troncos. Ella, con una pollera entubada blanca con detalles cítricos, una blusa sin mangas amarilla, al igual que el bolso que colgaba de su mano con sus utensillos básicos de "supervivencia", y un blazer descansando pasivamente en sus hombros. { http://www.polyvore.com/067_celebrity_inspired_leighton_meester/set?id=46599451 }
¿Se encuentra bien? —pregunta Jason, mirándola desde su costado, esta solamente asiente en silencio. —Entonces... tome. —dice, entregándole un cuchillo y una cebolla.
¿Perdón?
Debe ayudar a la cocina si quiere comer.
Deje, mejor paso.
¿No va a comer nada, Srta. Rockefeller?
¿Cuánto dura el campamento? —le pregunta, sentándose en el baúl en el que estuvo anteriormente.
Una semana.
He pasado más tiempo sin comer, no se preocupe. —le contesta, con una sonrisa ladeada.
¿Más de una semana? —pregunta horrorizado el muchacho.
Si, y no se preocupe... Si siento que me desmayo, me como un quesito enlatado. —le dice ella, mostrándole una de las latas.
Pele las cebollas y puede comer.
Comida de plebeyo... Prefiero mi queso enlatado, importado de Francia.
Es tan... —dice este, dejando el cuchillo con la cebolla sobre el baúl, y dándose la vuelta para ir a la cocina.
Todos los preparativos de la cena, y también de la noche, donde las carpas fueron bien instaladas y la leña para que el fogón dure toda la noche, terminaron alrededor de las nueve de la noche, dónde el gran tablón de la mesa se extendía dejando a los diecinueve alumnos sentados, mientras que Elizabeth se encontraba sentada en un montículo de tierra, mirando hacia el paisaje, donde se podía ver el Río Hudson bajo el brillo centellante de la luna.
Tome. —musita una voz a su lado, entregándole untazón con una cuchara, con estofado de arroz.
Gracias... Pero paso.
¿Va a morirse de hambre?
Ya le dije que he estado más tiempo que una semana sin comer, puedo recistirlo.
Si, pero no con la actividad física que vamos a realizar todos estos días, y no voy a cargarla en mi espalda cada vez que caminemos. —le dice este, dejando el plato de comida a su lado. —Coma. —le dice, para luego salir de allí, en camino a las mesas.
El toque de queda es en una hora, pero ya terminamos todo así que el que quiera, puede irse a dormir. —dice Jason, a todos los alumnos, algunos, unos cuatro se fueron a sus carpas, mientras que los otros se dispersaron en grupitos. Elizabeth, cansada de la tediosidad de ese campamento, y el no tener a Holly no ayudaba para nada, se dirigió a su carpa, donde explícitamente pidió estar sola, cosa que, gracias a dios, aceptaron.
Se quitó la ropa y se colocó un camisón rosado, se ató el pelo con un moño y se colocó unas pantuflas en los pies, junto con una bata del mismo color cayendo por sus hombros. Tenía que ir al baño, así que, muy a su pesar, volvió a salir de su carpa. { http://www.polyvore.com/fabulous_night/set?id=54103760 }
Obviamente, el sexo masculino no tardó en hacer contacto visual con sus largas, esveltas y desnudas piernas, ya que se encontraba en camisón, y esta, más ligero, se encaminó hasta dónde estaba Jason.
¿Dónde está el tocador? —pregunta ella, mirándolo solo a él, e ignorando las babosas miradas de todos.
¿Tocador? —pregunta con una sonrisa ladeada, tentándose a escaparse una risa.
Si, ¿dónde está?
La letrina querrá decir. —le corrije él, haciendo que el rostro de ella quede más blanco que él papel. —Por acá. —le dice él, poniéndose de pie y caminando hacia por adentro del bosque.
Oh por dios, ¿por qué mis padres me odian tanto? ¿Para qué tuvieron una hija si la iban a tratar así? —preguntaba ella, al borde del llanto.
No me diga que la todopoderosa Elizabeth Rockefeller, va a llorar porque tiene que ir al baño en una letrina.
Cierra la boca, plebeyo. Tu estás acostumbrado, en cambio yo...
Aquí es. —dice, y allí, atada con una soga entre dos árboles, había una sábana negra.
¿Perdón?
No habrá creído que trajimos un sanitario entre nuestras cosas, ¿verdad?
Annus horribilis. Sin duda alguna. —dice ella, caminando hasta pasar al otro lado de la sábana. —Si me dejas aquí, voy a matarte. —le dice ella, haciendo reír al muchacho. —Aléjate.
Dijiste que si te dejaba me matabas.
No te vayas muy lejos, pero vete un poco. —le dijo esta, y mientras reía por lo bajo, el muchacho seguía sus indicaciones.
¿Listo?
Si. —contestó de mala gana, mientras se acomodaba la bata en los hombros.
¿Quiere revolucionar a toda mi tropa vestida así? —le pregunta, viendo el escote de su pijama, el cual, se corrió cuando fue al baño, y estaba más abajo de lo que en realidad era. Esta, se mira el busto, y rápidamente se acomoda.
Pervertido. —musita, caminando más rápido.
Hasta mañana, Srta. Rockefeller. —la saluda, y esta, ignorándolo se mete dentro de la carpa, haciendole a él, soltar una risotada.

2 comentarios:

  1. jajajajajaj siguelaaaaa me encanta la trama!!!! sos muy especial!!! jajajaj Dann me encanta como escribes... comparado con otras novelas sos un lujo... siguela plisss y DRAMMA QUENN tambien, no te olvides de esa que me encanta y harry y zayn DIOS!!!! ESTOY EN EL CIELO. besososososo TE KERO MUSHOSAMENTE!!!! ♥ BYE!

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    1. jajajjaa muchisimas gracias soffi c: si ahora subo dramma queen, es que no pude actualizar las dos & salí corriendo & we :p AH!!! te sigo en twitter, sabes que no lo uso & si lo uso soy muy mala ? entonces nunca entro a las menciones & ayer se me dio xd & lei tu comentaario! gracias & te sigo, obvio c:

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