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miércoles, 10 de abril de 2013

Dramma Queen - Capítulo 34


Dramma Queen
Capítulo 34

El Castillo de Windsor estaba lleno hasta el tope. Miembros selectos de la prensa mundial, de diarios, revistas, radio y televisión se encontraban allí, ansiosos, por reportar lo que iba a suceder en minutos en el Castillo. Miembros de los comité de educación de las universidades más importantes, y algunas no tan prestijiosas, de Reino Unido, y el consejo estudiantil de cada escuela universitaria, todos ellos presentes, esperando anciosos el discurso de la princesa.
Ella se encontraba tras las puertas del salón conferencial, vestida con un vestido gris topo corto, un saco de hilo color rosa pastel, zapatos de tacón oscuros y un gorro inglés a composé. { http://www.polyvore.com/lookbook/set?id=49103702 }
Buenos días a todos, Soy Emma Ana Sicilia Isabel Habsbrgo-Lorena, Princesa imperial de Austria, Princesa Real de Hungría, Bohemia, Croacia, Eslovenia, Dalmacia, Galicia y Lodomedia. Princesa Consorte de Gales, Duquesa de Rothsay, baronesa de Carrickfergus y condesa de Belfast. Muchísimas gracias por venir. A los miembros de la prensa, al comité de educación de las escuelas universitarias y al concejo estudiantil. Los he convocados a todos ustedes para contarles los avances que en este mes hemos tenído con el departamento de educación británico. Como la mayoría sabe, y se han hecho notar más que nada en las calles de Londres, el problema de los estudiantes universitarios para con el presupuesto de asistir a la universidad.
Con el departamento de educación y el apoyo completo de Su Majestad Real, la Reina Elizabeth II de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, hemos llegado a una conclución lo más lógica posible, donde queremos que tanto las universidades privadas, como los alumnos, puedan estar satisfechos ante esto. Lo que hemos decidido es la creación de una universidad pública con el completo subencimiento del Reino de Reino Unido, y el pago de estadía garantizada de las universidades privadas. Donde los alumnos van a poder asistir a la ensañanza de una carrera de grado, y también de posgrado, con una infraestructura moderna y equipada, material de estudio actualizado y profesores capacitados. —finalizó la princesa, mientras los gritos de los estudiantes se escuchaban festejando el logro de una escuela completamente gratis, gritando y chillando alhagos para la princesa.


* * *


Fue todo un éxito, Princesa.
Lo sé, Allison. Los chicos estaban tan felices. —dijo sonriendo la castaña.
Hay alguien que no está muy feliz, Su Alteza.
¿Quién?
Su Majestad Real, La reina.
¿Qué?
Dicen que ella no sabía de esto y... No está para nada contenta con los planes de inaguración de una escuela pública.
¿Quiere echarse para atrás? —indagó Emma, asustada.
No creo que lo haga, Majestad. Usted dijo que la Reina apoyaba el proyecto, ahora no va a poder hecharse para atrás.
¿Qué pasó?inquiere, mirando asustada a Harry.
Te quiere matar, la Reina. ¿Cómo es posible que no se lo hayas dicho? —indagó Harry, tomándola del brazo y arrastrándola hasta la limusina.
Ella dijo que haga lo que crea conveniente.
Si, pero debias decirle que eso "conveniente" era la pérdida de miles y miles de libras.
Es un bien social... Trabajamos para la sociedad, no para llenar nuestras satisfacciones.
Perfecto. Eso, dícelo a ella.
Harry...
Tenemos una hora de viaje hasta Buckingham. Piensa en lo que vas a decirle.
Luego de aquella conversación, subió a Emma a la limusina, y, en menos de una hora legaron a Londres, para así, hacer frente al Palacio de Buckingham. Los esposos fueron anunciados, y la Reina, los atendió a ambos, su semblante era serio, distante y frío, nada comparado a la jovialidad con la que siempre los recibía en los almuerzos. Ambos jóvenes presentaron sus respetos ante ella, y, mediante una leve indicación de la anciana, tomaron asiento en sus respectivos lugares. Antes de que ellos digan nada, en señal de respeto, guardaron silencio para que la primera en hablar sea su majestad.
En todos mis años en este trono, jamás nadie ha ido tan lejos para con mi persona. Y mucho menos, un miembro de la familia real. —musitó la Reina, observando a la castaña, la cual, inmediatamente bajó la mirada. —No puedo creer que haya tomado una medida tan drástica, tan delicada, sin mi aprobación. —prosiguió, mirando a la muchacha con la misma frialdad de antes. —Quiero que deje el puesto que obtuvo en el Departamento de Educación, y diga que todas las desiciones que tomó están bajo análisis del parlamento. Quiero que diga, princesa, que se tomó un atrevimiento en las condiciones legislativas que todavía usted no posee. La Soberana de Reino Unido, todavía soy yo, y hasta que yo no muera, y su marido obtenga el trono, sigo siendo yo la soberana de esta nación.
Lo lamento, Su Majestad. —dijo Emma, al borde de las lágrimas. Jamás la habían tratado de manera tan distante, tan despectiva y humillante en toda su vida. Pero, como sabía que tenía que hacer, se tragó todo su orgullo y tristeza, y calló.
Cite una conferencia de prensa, y anuncie la cancelación del plan universitario público.
No puedo, Su Majestad. —contestó la castaña en un susurro, casi inaudible.
¿Qué ha dicho, princesa? —inquirió la mujer, con dagas en los ojos.
Les prometí algo a esos chicos, no puedo simplemente echarme para atrás.
¿Está desafiandome, joven princesa? —indagó la anciana, sorprendida y rabiosa ante las palabras tan liberales de la joven.
No, no es eso, Su Majestad... Es que... Yo...
Su Alteza, si me permite.
Usted no tiene nada que ver en este asunto, Príncipe Harry.
¿Va a ponerse tan brusca y hosca con la princesa cuando ella solo trató de brindar una solución para el sector universitario?
Esa no es la manera, joven príncipe.
¿Y cuál es? ¿Que migren? ¿Qué Inglaterra se quede sin profecionales? ¿Qué solo las personas de clase alta puedan acceder a la educación?
En todos los países sucede esto, Príncipe Harry. Por favor, no defienda a la princesa Emma en una cuestión indefendible. Quiero que deje su cargo y se disculpe ante todo el reino por sus injurias. dijo la anciana, y tras unos momentos de silencio, Harry habló.
Lo lamento, Su Alteza. Pero eso, la princesa Emma, no va a hacerlo.
¿Príncipe Harry? ¿Está desafiandome?
No, Su Alteza. Solo defiendo a la princesa en un acto injusto de su parte, usted que es tan bondadosa, sabia y correcta, debería saber que el accionar que está tomando para con la princesa es precipitado e injusto.
Tan liberal como tu padre, Harry. Y tu esposa, tan ferviente en los servicios sociales como tu madre... Eres la viva imagen del difunto príncipe, y ella, de la difunta princesa. —dijo la Reina, como si de un insulto se tratase. — ¿Sabe como termina la historia, príncipe Harry? Tal vez, la princesa, en esta historia, sea la que repita la historia de su padre.
No le permito que hable así de mi esposa. —dijo al instante, Harry. Mirando a su abuela fría y calculadoramente, donde la mujer repetía su mirada con la misma intensidad que el príncipe.
¿No va a retractarse, princesa Emma?
No, no va a retractarse. —contestó Harry, levantándose de la silla en la que estaba, y de un tirón, levantando a Emma de su sitio. Hizo una reverencia ante la mujer, y salió de la sala, ingnorando a cada empleado que veía absorto la escena.
¿Te volviste completamente loco? —preguntó Emma, una vez que se encontraban en la limusina rumbo al castillo.
Encima que te defiendo y me pongo en contra de la mismísima Reina, ¿tu te enojas? El que debería estar enojado soy yo. ¿Eres tonta? —preguntó, mirándola a los ojos. — ¿Cómo se te ocurre sacar un plan social como la creación de una universidad sin mostrarle ni siquiera un mísero papel a la Reina?
Es que... Ella, me había dicho...
No importa lo que sea que te haya dicho, tu le tendrías que haber mandado aunque sea por correo, o un mensajero, lo que planeabas hacer.
Lo siento. —comentó Emma, bajando la mirada, y por sus ojos marrones, cayeron delicadamente pequeñas gotas de agua salada, las cuales morían en sus labios y cuello.
¿Estás llorando? —preguntó Harry, observando el rostro poblado de tristeza de la soberana.
Déjame. —dijo esta, girándose y colocando su rostro hacia la ventana.
No llores, niña tonta. —dijo este, con más ternura que antes. —Tu eres nueva en todo esto, nadie te lo dijo, solo no lo sabías.
Eso no es excusa... Arruiné todo con la Reina.
Ella siempre fue así, siempre tuvo ese caracter un poco podrido. —comentó este, haciendo reír a la chica. — ¿Dejaste de llorar?
¡No!
¿Ves qué eres histérica?
Tu eres histérico, pervertido. —contestó ella, diciendo lo último en un susurro.
¿Qué me has dicho?
Histérico.
No, después. —dijo este, haciendo callar a la muchacha. — ¿Me has dicho pervertido? —inquirió, mirando malévolamente a la muchacha.
No... ¿Cómo se te ocurre?
Con que pervertido, ¿no? —dijo este, mirando fijamente a la muchacha, y segundos más tarde comenzó a hacerle cosquillas, apretando sus costados, para que esta chillara de dolor y de risa a la vez, Harry estaba encantado ante esto, amaba jugar así con Emma, ella era tan infantil, y hacía que él, por unos momentos tenga esa infancia que jamás tuvo. Pero, mientras ambos jugaban, y las risas de ambos se escuchaban en todo el vehículo, el teléfono del príncipe sonó, y al ver el número, se separó un poco de Emma un tanto disgustado. Le hizo una seña a la castaña, la cual de inmediato se calló.
Tenemos que vernos.
¿Qué quiere? —inquirió con frialdad.
Necesito verte.
Le vuelvo a preguntar. ¿Qué quiere?
A ti, Harry. Y lo sabes.
Por favor, le pido que analice sus palabras.
Mañana en la cafetería de la otra vez, a las tres. Voy a esperarte.
No se si pueda lograrlo.
Te voy a estar esperando.

1 comentario:

  1. Te voy a estar esperando- bla bla bla, jjustog cuando harry y emma se llevan bien esta tenia q aparecer.... siguela, esta novela es tan atrapante como no se que peero tiene mucha potencia, hay veces q no subes caps y me leo los ultimos tres caps para engancharme mas... si soy loca. Pero q se le va a hacer... te espero con muchas ansias... me alegras el dia... besos

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