Dramma Queen
Capítulo 36
Con
un vestido rosa oscuro largo hasta los pies con corsé, de fiesta, el
cabello suelto y zapatos de tacón, Emma bajó las escaleras del
Castillo de Windsor. {
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}
— ¿Dónde
piensas ir así vestida?
— ¿No
que era la fiesta de un presidente o algo así?
—Es
un Emperador, justamente... Ve a cambiarte ahora de ropa.
— ¿Por
qué? Es lindo. —dijo Emma, con una sonrisa.
— ¡Ve!
—le ordenó Harry, mientras esta, como una niña pequeña, frunció
el ceño y caminó escalera arriba golpeando el suelo fuertemente con
sus zapatos. Luego de unos cuentos minutos, luciendo una pollera amarilla,
una remera sencilla amarronada, mientras que arriba de sus delicados
hombros caía una chaqueta negra, que iba a composé con los zapatos
de tacón, Emma bajó las escaleras con una sonrisa en el rostro {
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}
— ¿Ahora?
—Pasable.
—dijo sin mucho interés el muchacho, haciendo molestar a la chica,
pero sin más preámbulos, ambos fueron a la limusina que los dejaría
en el salón de fiestas. Allí, con su típica decoración clasisita,
elegante y poblado de las personas más importantes de Londres, y
otras más de Europa y Asia, los príncipes entraron al salón,
siendo anunciados por el pregonero del lugar. Todos, dieron sus
formales saludos a la pareja real, los cuales fueron a saludar al
anfitrión de la noche.
—Su
Majestad Imperial, Emperador Akihito. Es un honor por fin conocerlo.
—Su
Majestad, Príncipe Harry de Gales. Muchísimas gracias por venir.
—Gracias
a usted, Majestad, por invitarnos. Felicidades. —contestó el
castaño, con una sonrisa educada. —Ella es Emma de Gales, mi
esposa, princesa del Reino Británico y el Imperio Austro-Húngaro.
—Es
un placer conocerla princesa, el mundo entero habla de usted.
—Ay
que vergüenza. —dijo ella, con una sonrisa tímida. —Mucho gusto
en conocerlo, señor. —dijo, lo más educado que pudo.
—El
gusto es mío, Majestad.
—Ah,
se me olvidaba decirle, Señor Emperador. —musitó ella, mirándo
al hombre de edad avanzada. — ¡Feliz Cumpleaños!
—Muchas
gracias, Su Alteza. —dijo el hombre, riendo ante las palabras tan
sueltas de la joven. —Es bueno ver un espíritu alegre, entre
tantas personas viejas, ¿sabe, princesa? Es la primera que me ha
dicho feliz cumpleaños.
— ¿La
primera? Pero si es su cumpleaños, es obvio que todo el mundo debe
decirselo.
—Todos
me dicen: Felicidades, le deseo lo mejor, muchísima prosperidad, le
deseo mucha fortuna. Pero nadie, hasta usted, me lo ha dicho.
Gracias, Alteza.
—No,
de nada, Emperador.
— ¿Le
puedo pedir un favor, joven princesa?
— Por
supuesto, lo que quiera.
—Voy
a estar toda la cena rodeado de viejos, la verdad, sería bueno tener
un alma joven entre nosotros. ¿No me acompañaría a cenar esta
noche? Y por supuesto, acompañada de su marido, si no le molesta.
— ¡Ay,
muchas gracias! Claro que si, sería un honor.
—Entonces,
adelante, príncipes. —dijo este, mientras la muchacha, y el joven
príncipe, junto con el anciano de ojos pequeños, caminaban hacia la
mesa central. Allí, se encontraban su Esposa, la Emperatríz
Michiko, sus dos hijos los príncipes Naruhito y Fumihito y su hija
la princesa Sayako, junto con sus nietos, la princesa Toshi, Mako,
Kako y el príncipe Hisashito. Todos le dieron la bienvenida,
mientras Emma se sentaba al lado de la princesa Mako, y junto a ella,
el príncipe Harry.
— ¿Cómo
te llamas? —le preguntó Emma, mientras las conversaciones entre
todos se iban dando a corde a la celebración, y los grandes
charlaban con los grandes (Harry en ese grupo) y los chicos con los
chicos (los príncipes y princesas del Japón junto con Emma)
—Mako,
y usted es la princesa Emma de Gales. ¿Verdad?
—Así
es, y ustedes, ¿cómo se llaman?
—Soy
Kako, la hermana de Mako, y el es Hisahito, mi hermano, y ella mi
prima la princesa Toshi.
—Un
gusto, princesa Emma de Gales. —dijo la niña de unos diez años.
—El
gusto es mío, Toshi. Pero dime Emma, diciéndome así me haces
sentir más vieja. —comentó riéndo, haciendo que los demás rian
con cautela y sobriedad.
— Adoro
eso que lleva puesto, princesa. —dijo Kako, mirando las ropas de
Emma.
—Muchas
gracias, es el segundo "look" que me puse, ya que había
elegido un vestido precioso rosa, pero Harry me dijo que no. Ese era
más bonito.
— ¿Usted
elige su propia ropa?
— ¡Claro!
Tengo a Fémina, Eva y Allison, las chicas que están conmigo
siempre, que me ayudan, pero la ropa vamos a comprarlas todas juntas.
Además, adoro ir de compras.
—Vaya,
usted si que tiene suerte.
— ¿Por
qué? ¿Tu no eliges tu propia ropa?
—No,
claro que no. Debemos usar la vestimenta acorde a las tradiciones, y
mayormente, es la Emperatríz o la Princesa Madre quien elige
nuestras ropas, o, nuestras criadas.
— Oh
pero... Es tan lindo comprar ropa. —dijo Emma, con melancolía. —
Que tal, si un día vamos juntas de compras.
—No
lo sé, princesa Emma. No creo que nos dejen.
—Pero,
sería una salida de chicas.
— ¿Salida
de chicas? —indagó Mako, la muchacha de tez pálida, ojos razgados
y cabello corto negro, la mayor de los hermanos, con la clásica
corona de princesa sobre su cabeza, y un anticuado vestido blanco
largo hasta los pies, habló.
— ¿Nunca
fuiste a una salida de chicas? —preguntó estupefcta la castaña,
al ver el rostro de desconcierto de Mako, Kako y también de la
pequeña Toshi, mientras estas negaban con la cabeza. —Una salida
de chicas, es solo eso, solo chicas. Entonces, salimos, vamos de
compras, a comer, tomamos un helado, charlamos de cosas...
— ¿Cosas?
—Claro. Ropa, maquillajes, perfumes, de la farándula, de chicos, y esas
cosas.
—Vaya,
suena bastante divertido, Su Majestad.
—Así
es, es supermega divertido. Entonces, que tal si, si se quedan más
tiempo en Londres, podríamos hacer una salida de chicas.
—Lo
lamento, princesa Emma, no creo que nuestro padre, el príncipe
Fumihito, nos deje hacer ese paseo.
— ¿Por
qué no? Seríamos solo nosotras, nadie más.
—Es
que el es bastante... Estricto, ante las salidas fuera del palacio o
fuera de la restricción de la Casa Imperial.
—Bueno,
hagamos una cosa. Luego de la fiesta de tu abuelo, yo le preguntó a
el y a tu madre, si las dejan. ¿Si?
—Princesa
Emma, no creo que usted logre...
—Tonterías,
vas a ver que me deja. —dijo ella, con una sonrisa. —Y deja de
llamarme por usted, solo Emma. ¿De acuerdo?
—De
acuerdo prince... Emma. —se corrigió Mako, con una sonrisa.
—
¿Princesa
Emma? —indagó el Emperador, obserbando a la joven. —Cuéntenos,
a que se dedica en estos momentos.
—Bueno,
Su Majestad, voy a la Universidad de Cambridge, allí estudio
Historia.
—
¿Historia?
Vaya, algo bastante extraño que una princesa estudie. Y dígame,
¿qué rama de la historia es su preferida? —preguntó el hombre,
mientras las princesas hablaban con su madre, el príncipe Harry con
los príncipes herederos, la princesa consorte (esposa de Naruhito)
con la princesa imperial (hija del emperador) y su madre, hablaban en
cuchicheos, y los más pequeños hablaban, o mejor dicho, reían, de
quien sabe que disparatés de pequeñuelos.
—Lo
que más me gusta es la historia Europea y la Asiática.
— ¿De
verdad? ¿No me está mintiendo, princesa?
—Por
supuesto que no, Emperador. Sería incapaz de una cosa así.
—Y
dígame, de nuestra historia, que es lo que más le gusta.
—Lo
que más me gusta, es sin duda, la familia real.
— ¿En
verdad, Princesa de Gales?
—Así
es, es que... Amo todo lo que tenga que ver con las casas reales o
imperiales de los diferentes países. Y la de Japón me encanta, es
que, adoro la cultura japonesa.
—Pero
usted, no es ni europea, ni japonesa... ¿O me equivoco?
—No,
Emperador, no lo hace. —contestó Emma, sonriendo. —Nací en
Buenos Aires, Argentina, pero, al mi abuelo haber nacido en Austria,
y el haber sido el último decendiente real, yo tengo la nacionalidad
Austríaca, y por casarme con el Príncipe Harry, también la
ciudadanía inglesa.
—Comprendo,
comprendo...
—Pero,
debo ser sincera, más que la europea, me gusta la asiática. Adoro
todo de su cultura. Me acuerdo que cuando vivía en Buenos Aires, iba
bastante seguido al Jardín Japonés. Amaba ver los enormes parques,
las plantas, los pecesitos de colores.—dijo ella, recordando que la
última vez que estuvo allí, fue con Zayn, y esto, la hizo sonreír.
— ¿Le
gustan los peces?
—Claro
que si, adoro a todos los animales. Pero los pecesitos allí, son
distintos. Son, especiales. No lo sé, adoraba pasar horas
alimentandolos. ¿A usted, Emperador, le gustan los peces?
— Por
supuesto, joven princesa. He estudiado de ellos toda mi vida, es mi
gran pasión.
— ¿De
verdad?
—Así
es, es algo que me apasiona realmente. Y los peces que seguramente
usted vio en ese Jardín fue un pez Koi. Realmente bonitos.
—Es
muy lindo, son animalitos hermosos. Sus colores, sus formas, son muy
bonitos.
—Y
complejos, si usted supiera lo especiales y complicados que esos
animales son.
— ¿De
verdad?
—Así
es, mire, los peces Koi... —y así el emperador estuvo hablando de peces con Emma por más o menos una hora, y cuando el
emperador se calló, la princesa, recordó a las princesas japonesas.
—
¿Emperador?
¿Puedo pedirle algo si no es muy mal educado de mi parte?
—Dígamelo,
Joven princesa de Gales, y trataré de ayudarla en lo que pueda.
—Mire,
Emperador, lo que pasa es que estuve hablando con Mako y Kako hace un
rato, y me han dicho que jamás hicieron una "salida de chicas",
entonces, le quería preguntar, si usted las dejaría hacer esa
salida conmigo.
— ¿Salida
de chicas? —preguntó el hombre, un tanto confundido.
—Claro,
salir a comprar ropa, comer algo, charlas sobre cosas de chicas, esas
cosas... Usted sabe, adolescentes charlando. —comentó la princesa
con una sonrisa.
— ¿Solo
usted princesa, con mis dos mayores nietas?
—Así
es, sería algo sano, lo prometo. Solo comprar ropa, comer algo y
volver de nuevo, si quiere, al Palacio de Kensington, donde ustedes
actualmente se alojan, o si no, al Castillo de Windsor, donde el
principe Harry y yo vivimos.
—De
acuerdo, princesa Emma. Si usted me promete que va a ser cuidadosa y
recatada con ambas princesas, yo no tendría ningún problema en
aceptar. Deje que hable con mi hijo, el príncipe Fumihito, padre de
ambas princesas.
—Claro,
muchisimas gracias. Emperador.
—De
nada, joven princesa.
—Lamento
interrumpirlos. —dijo la Reina, con su típica sonrisa educada y
fina, con sus ropas elegantes haciendo que el emperador, observara a
la mujer, y se parara de su asiento (como todos los demás), para
saludarla como una Soberana se lo merecía.
—Es
un placer tenerlo aquí, y felicidades. Su Majestad Imperial,
Emperador Akihito.
—Muchísimas
gracias, Su Majestad Real.
—Es
un placer ver a toda la familia imperial del Japón en un día
memorable como este. —musitó la mujer, saludando con un gesto, a
todos los allí presentes. —Espero que mi nieto, el príncipe Harry
de Gales, y su consorte, la Princesa Emma de Gales, hayan sido
cordiales y respetuosos con ustedes.
—Por
supuesto que si, Su Majestad. La cálidez de esta joven pareja es
extraordinaria, y la princesa Emma muy grata en la charla. —dijo el
anciano, haciendo sonreír a la castaña.
La
velada, o mejor dicho, la "fiestamásaburridadelahistoria",
para Emma, llegó a su fin, tras la positiva del Emperador Akihito,
de que al día siguiente, la princesa Mako y Kako iban a estar al
medio día en el Castillo de Windsor para "la salida de chicas",
como el emperador prometió.
Nunca habian tenido una salida de chicas?? Auc!!! En definitiva el cap estubo buenisimo, amo la nove, siguela, esperare el prox cap kisis!!!! Jajajaja bye!!!!
ResponderEliminargracias soffi, me alegro muchisimo que te haya gustado c:
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