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viernes, 5 de abril de 2013

Dramma Queen - Capítulo 31


Dramma Queen
Capítulo 31

Con el cabello castaño cayendo en ondas más marcadas de lo habitual, el maquillaje negro mucho más intenso y un vestido color pálido de tiritas, con un sobretodo del mismo tono largo hasta por debajo de la rodilla, zapatos de tacón a composé y un bolso haciendo juego. { http://www.polyvore.com/emma_lt/set?id=47621779 }Emma bajó las escaleras principales del Castillo de Windsor, para encontrarse con Harry, el cual la miraba con cara de pocos amigos.
¿Te estabas cambiando el rostro? ¿O solo de ropa?
Lo lamento, pero ya estoy.
Eres una lerda. —dijo el muchacho, agarrándola del antebrazo y tirando de ella hasta la entraba donde la misma limusina de siempre los esperaba.
¿Crees que es fácil conceguir una entrevista con la reina? Es una de las mujeres más ocupadas del mundo, y tiene que esperarte a ti. Eso es de locos.
Lo lamento, no me di cuenta que era tan tarde. —se disculpó la muchacha, viendo por la ventanilla.
¿Me vas a contar que es lo que pensas decirle a la reina?
¿De qué hablas?
Cabeza hueca, me dijiste ayer que querías tomar partido de algunas instancias del reino. Bueno, dime cuales.
Emm...
¿No las has decidido? ¿Pensabas dudar frente a ella?
Es que...
Eres más tonta a cada minuto. —dijo el muchacho, largando un suspiro de cansancio. —Tengo miedo de que estar contigo puede llegar a contagiarme tu idotez crónica.
Si, es contagiosa, así que vete. ¿Por qué no te tiras del auto?
Cállate, tonta. Y dime, ¿qué quieres hacer?
No lo sé, dimelo tu.
¿Yo? Es algo en lo que tu debes trabajar, y te tiene que mínimo interesar. Debes dar todo de ti, la reina debe ver que sirves para algo.
Bueno, deja de gritarme.
¿No lo entiendes, no? Mi abuela tiene ochenta y seis años. ¿Cuánto más crees que va a poder seguir en el trono? Y quiero que esté allí muchísimos años más, por supuesto, pero si le muestro a quién va a ser la futura reina, se va a morir de un ataque al corazón.
Deja de decir aquello, es horrible.
Entiende, le debes demostrar que estas capacitada para tomar el control del reino, y también, del imperio Austro-Húngaro. Así que, princesa de pacotilla, ¿qué quieres hacer?
Ey no me llames así. Y... —empezó Emma, tomando su teléfono y entrando a internet.
¿Qué haces?
Estoy buscando quienes son los que más necesidades tienen.
No, Emma. Tienes que buscar que es lo que está mejor, así no haces tanto y la reina piensa que todo lo hiciste bien. Si buscas un campo muy complicado, puede que te enrriedes y te salga todo mal.
¿Cuánto cuesta la colegiatura?
¿Qué?
Si, ¿cuánto cuesta la colegiatura en la universidad?
Y eso a ti que te importa.
Que, aquí hay escuelas públicas hasta el secundario, pero todas las universidades son pagas.
¿Qué pasa con ello?
En Argentina, si no puedes pagar la facultad, el Estado tiene la universidad pública, donde podés estudiar la carrera que quieras.
Emma, son diferentes políticas educacionales.
¿Entonces no hay ninguna, verdad?
¿En qué estás pensando niña tonta?
En que, debe haber una univeridad pública aquí también.
Emma... Eso es muy difícil, es algo que el ministro de educación y...
No, aguarda. Mira. —dijo Emma, mostrándole a Harry su teléfono, donde un grupo de jóvenes universitarios armaba revuelos porque la colegiatura terciara había aumentado un cincuenta por ciento.
Emma.
¿Te das cuenta? Hay muchos chicos que quisieran estudiar y no pueden por causas económicas.
Emma, tu no debes ocuparte de eso. Es un convenio con todas las universidades del país, y el parlamento junto con la familia real. Es algo sumamente complicádo. Métete en el subsidio de un comedor, de un hogar de niños o algo más sencillo.
¿Qué querías ser cuando eras pequeño?
¿Eso qué tiene que ver?
Cuando era pequeña, soñaba con ser maestra. Y, antes de que descubriera que era una princesa, iba a la universidad. Era privada, porque tenía media beca, pero, si no hubiera podido pagar más la facultad, estaba la UBA, en Buenos Aires donde me podía haber recibido gratis. —le explicó Emma, con una sonrisa. —Dime, cuando eras pequeño ¿qué soñabas ser cuando crecieras?
Emma, nací príncipe. Mis sueños siempre han sido ser un buen soberano, convertirme en rey y... Ser completamente distinto a mi padre.
¿Solo eso? ¿No has soñado otra cosa?
Quería ser neurólogo, pero sabía que tenía que estudiar algo que ayudara a mi país, y siendo médico no podía. Así que, vuelve a la realidad, Emma. No todos podemos ser lo que soñamos.
En tu sueño y el mío, intervinieron las familias reales, pero, en el de esos chicos, intervino el dinero. Y ahí es más injusto que nuestros sueños fallidos.
Entiendo todo lo que me dices, Emma. Y sé que sale tu costado soñador, puro y feliz, pero, vuelve los pies a la tierra. Es algo muy complicado, y no estás capacitada para resolver algo que el ministro debería resolver así que no te metas. ¿De acuerdo? —preguntó, pero Emma no contestó, solamente se giró y miró por la ventana hasta que pasó la hora de viaje hasta Londres, donde en el palacio de Buckingham los esperaba la reina.
Buenas tardes, príncipe Harry. Princesa Emma. —dijo la mujer, mientras estos le brindaban sus respetos a la mujer, y luego se sentaban en la mesa principal del gran salón de visitas, donde el almuerzo estaba siendo servido.
Es un placer verla, Su Majestad.
Es todo mío, princesa Emma. No tienen idea como se siente la falta de su presencia. —comentó la mujer, con una cálida sonrisa.
Nosotros también la echamos mucho de menos, Alteza. —contestó Emma.
Princesa Emma. ¿Cómo ha estado luego de la conferencia de prensa?
Muy bien, gracias por preguntar Su Majestad. Traté de dar lo mejor, aunque...
Fue maravilloso, a medida que sus clases vayan evolucionando va a ver el cambio en su manera de hablar, de dirigirse a la gente y hasta su voz. Pero, lo ha hecho muy bien. La felicito, Su Alteza.
Muchísimas gracias, Su Majestad. —le contestó Emma. —Alteza, ¿podría decirle algo que tiene que ver con la conferencia de prensa? Por supuesto, si no le molesta.
Adelante, princesa.
Emma. —la llamó Harry, mirándola fijamente, advirtiéndole que mantuviera la boca cerrada, pero esta, ignoró al muchacho y prosiguió.
Lo que he dicho en la conferencia fue puramente la verdad, y como tal, quiero ser fiel a mis palabras y llevarlas a cabo con total presición, Su Alteza.
Por supuesto, un monarca debe ser leal a sus palabras.
Y como eso, quería preguntarle si usted me daba su concentimiento.
¿Sobre que tema, Alteza?
He visto que ultimamente ha habído muchos problemas en el sector educacional, más que nada, con los estudiantes universitarios.
Si, es algo lamentable. Pero... ¿Qué tiene eso que ver con lo que me quiere pedir, Majestad?
Es que, quería saber si me podía ocupar de ese problema. —prosiguió Emma, mirando a la Reina, para luego bajar la mirada ante ella.
Bueno, princesa. Es un tema sumamente delicado y complicado para arrancar en una carrera política.
Lo sé, Su Majestad. Pero prometo hacer todo de mi para lograr solucionar ese conflicto.
Pero, Alteza. ¿Y la universidad? Recuerde que usted es estudiante.
Claro que si, Majestad. Y no voy a dejar mis deberes como universitaria. Pero se que con esfuerzo podría ocuparme de ambos.
¿Usted que opina, Su Majestad? —preguntó la reina, mirando al príncipe. El le dedicó una larga mirada a Emma, la cual, le rogaba en silencio porque diera una respuesta positiva. Este, tragó lo que estaba comiendo, se limpió con la servilleta y prosiguió a contestar.
Creo que... La princesa puede hacer cualquier cosa que se proponga, sea de poca o mucha dificultad. Y si ella dice que es capaz de llevar su vida estudiantil y este proyecto en conjunto y acabar ambos con prosperidad, confío en sus palabras, Su Majestad. —contestó el muchacho, mientras observaba a la Reina y después a la muchacha, la cual sonrió abiertamente dirigiéndole una mirada llena de gratitud a su marido.
Entonces, debe encontrarse con el ministro Nicholas Gibb. Él es el responsable principal de la educación del Reino Unido. Mucha suerte en su nuevo proyecto, Alteza.
Muchísimas gracias, Su Majestad. Gracias por su aprobación. —dijo sonriendo abiertamente la castaña, la cual, estaba feliz en todos los sentidos. Harry, sonrió para sus adentros, viendo lo feliz que estaba Emma por la aprobación de su abuela, y con unas pocas palabras de él, ella sonreía.

*              *            *
"—Estamos en vivo desde el Palacio de Westminster, donde el ministro de educación, Nicholas Gibb, está teniendo una reunión con la Princesa de Gales. El Departamento de educación de Reino Unido, fue llamado luego de esta junta a solas con el ministro y la princesa, donde se desidirá lo hablado con la monarca. No se sabe todavía el porqué de la visita de la Princesa de Gales al Parlamento Británico, ya que es la primera vez que aparece allí, pero, todos estamos muy espectantes de lo que puede llegar a ser. —"
¿Cómo lo está haciendo? —preguntó Harry, apagando la televisión luego del reportaje en el cual hablaban de la castaña.
Su Majestad, luego de la junta con el Ministro de Estado Nicholas Gibb, este se ha reunido con los demás miembros del departamento de educación, ante la intromisión de la familia real en este departamento.
¿Y? ¿Qué ha sucedido?
Todavía no hay una resolución, pero al saber que la reina es la que aprobó la participación de la princesa heredera, es cuestionable que respondan con una negativa.
¿Emma les ha dicho lo que planea hacer?
Hablé con su institutríz, la señorita Allison Hollycon, y me ha dicho que la princesa no ha presentado aún sus proyectos.
Sabe que en cuanto abra la boca, la van a mandar devuelta a Windsor.

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