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domingo, 7 de abril de 2013

Dramma Queen - Capítulo 33


Dramma Queen
Capítulo 33

¿De verdad princesa?
Si, Alli. Fue un momento tan incómodo...
¿Fue largo?
¡Claro que no! En cuanto Milfroyd entró, nos separamos.
Con razón, usted estaba tan rara desde ayer.
¡Obvio! ¡Tengo motivos!
¿Está así por el beso?
¡Claro que si, Alli! ¡Fue mi primer beso! —le dijo Emma, suspirando. —No puedo creer que haya sido así. —comenta ella, con un suspiro.
Entonces, esta mal por como fue el beso. —dice Allison, haciendo que la princesa asienta. —Pero no está mal, por con quien fue el beso.
¡Allison!
¿Está enamorada del príncipe Harry, princesa Emma?
Yo... No, claro que no.
¿Segura? ¿No sintió nada cuando se besaron? —preguntó la rubia, haciendo que la muchacha tragara saliva fuertemente.
Allison...
¿Le gusta?
Tal vez... Un poquito. —comentó Emma, sonriendo con las mejillas coloradas, haciendo que la rubia, sonría abiertamente.


*        *         *


Eran las tres de la tarde del día miércoles, el sol casi ni calentaba las pieles de los ciudadanos de Londres, el frío se colaba entre sus ropas y la dura tarde, no daba pie al descanso. En una cafetería de poca monta, en una callejuela de la ciudad inglesa, Chrystalle se encontraba sentada, en una mesa ubicada contra un vidrio de cristal, que daba a la calle, donde podía observar taciturna, el fluído de las personas. Así quedó, bebiendo el segundo café, donde las cuatro y cuarto se posaban tranquilas, sobre el reloj de aguja de aquella vieja y pintoresca cafetería. Y fue en ese momento, vestido de un traje azul marino, elegante, con esa gracia y sencilleza tan atrapante que el tenía. Suave, varonil, su aroma embriagaba junto al chocolate, el lugar, impregnandose en las fosas nasales de la rubia. Ella, alzó la mirada, y lo observó con alegría, con consuelo, con una profunda felicidad, mientras se paraba para encontrarse con el real. Este, parado allí frente a ella, con su mirada fija en la veinteañera, no soltó ni una palabra, como si estas fueran preciadas monedas de oro.
Haz venido. Eso significa que...
Eres importante para mi. —la cortó Harry, mirándola a los ojos. —Pero debes dejarme ir, como yo te dejé ir a ti.
Nunca voy a dejarte ir. —contestó ella, mientras veía como esa burbuja de felicidad, se rompía drásticamente.
Chrystalle.
Te amo, ayer, hoy, mañana, y se que así va a ser siempre.
Esto, no...
Podría ser como Miranda, y no me molestaría ocupar ese rol.
Jamás vuelvas a mencionar el nombre de esa mujer ante mi.
¿No lo entiendes? Ella amaba a tu padre, pero él, se casó con tu madre, y ella, a pesar de ello, siguió amándolo y estuvo con el hasta el final. —le dijo ella, mirándolo un tanto desesperada. —Haría lo mismo, haría más por ti.
No puedo hacerte esto a ti. Tampoco se lo puedo hacer a Emma. Al reino.
¿A ella? Ella está con tu hermano, sería solamente devolverle con la misma moneda.
Ella no está con Zayn.
Tal vez no fisicamente, pero... ¿Quién te garantiza que no piensa en el cuando está contigo?
No lo ama.
Aún. Sabes lo obstinado y tenáz que es Zayn. —le recordó la rubia, con una sonrisa burlona. —Si enamorarla es lo que quiere, de cualquier manera, lo va a conceguir.
Está casada conmigo. —le recordó este.
Déjalos. Que ellos se amen, y que nosotros nos amemos. —le dijo esta, casi rogándoselo. —Deja que tu hermano esté con Emma, y tu, conmigo. Deja que volvamos a ser lo que éramos.
Chrystalle, escúchame.
No, no quiero quedarme para escuchar una negativa. —dijo esta, tomando su bolso, y parándose de su asiento. —Me voy, pero antes, recuerda que nos amábamos, recuerda lo felices que éramos juntos. Los proyectos, planes de vida. —continuó, pasando por su lado, besando la comisura de sus labios, casi, rosando estos. Luego de aquello, ella salió de la destartalada cafetería, dejando a un anonadado príncipe.


*        *      *


¿Por qué traes esa cara? —le preguntó Emma a Harry, el cual estaba sentado en el borde de una de las fuentes del noroeste del castillo.
Nada.
¿Te ocurre algo? —indagó la castaña, viendo el semblante triste del muchacho.
Déjame en paz, Emma. —le contestó bruscamente el muchacho, Emma se colocó a su lado, pero no pudo ver su rostro, así que se paró y se colocó, encuclillada frente a él.
¿Por qué estás tan triste y enojado? —inquirió ella, con una sonrisa, mirándolo fijamente a sus ojos verdosos.
¿Por qué quieres saber?
Porque me importa lo que te pase.
¿Desde cuando?
Desde siempre... Que me molestes y me irrites, no quiere decir que no me importes. —conmentó con una sonrisa. —Ahora dime... ¿Qué pasa?
¿Te acuerdas cuando me preguntaste sobre mis sueños? —indagó a lo que ella asintió. —Te dije que siempre soñé con ser un buen soberano, convertirme en un gran rey y no ser como mi padre. Pero, me he dado cuenta que soy igual que el, que todo lo malo que él ha hecho yo también lo hice, lo hago y estoy seguro que lo voy a hacer.
Eso no es verdad, no digas esas cosas.
Es la verdad, soy una mala persona.
No eres malo, solo un poco latoso. —musitó ella, sonriendo.—Pero, no eres malo.
Si, lo soy. No puedo ser bueno como esposo... ¿Cómo puedo ser bueno como rey? Si no puedo hacer las cosas bien con una sola persona, con millones, me va a ser imponsible.
Mira, lo nuestro es... Complicado. —dijo, buscando una palabra. —Pero, eso no quiere decir que como rey vas a ser un desastre.
Eres la persona más amable, bondadosa y altruísta que conozco, Emma. Tu, estás trabajando para otros, estás matándote día y noche para salir bien en el proyecto de educación y para que te vaya bien en la escuela. Pero sé sincera... ¿Por quién lo estás haciendo? Habla en porcentajes, estoy seguro que es un cincuenta por ciento para la gente, un veinte para la reina, otro veinte para mi, y el restante diez, solo por ti.
Quiero hacer feliz a la gente que me rodea, y sé que al que más me va a costar hacer feliz es a ti, porque eres más complicado que todos. —dijo ella, sonriendo. —Pero da igual, lo voy a intentar.
Es porque tienes un corazón más grande que todo este castillo. Pero yo... Cuando hablé de mis sueños, en ningún momento pensé en que esas desiciones podía ayudar a alguien, solo pensé en ser bueno y mejor para mi. Para no ser igual a mi padre, para que la gente viera lo que hice con mi vida, y no me señalara como el hijo del príncipe que causó la muerte de su mujer, la engañó y tuvo un hijo con otra.
No todos los sueños son iguales. Algunos son más o menos egoístas, pero... Son sueños, son nuestros, cada uno sueña lo que quiere, pero eso no quiere decir que tus sueños estén mal, y los míos bien. Son solo... Diferentes. —comentó ella, apretando su mano y acariciando esta con suavidad. —Te prometí una cosa, y tu a mi, ¿recuerdas?
¿El qué?
Que nosotros íbamos a vivir en el País de Nunca Jamás, sea en el castillo, en Reino Unido, Austria, o donde sea. ¿Ya lo has olvidado?
No, claro que no, tonta. —dijo riendo el muchacho.
¿Entonces? no te pongas mal, siempre juntos. A pesar de todo, estamos juntos en el mismo barco, tenemos que seguir remando.
Y si me equivoco y hago algo horrible.
¿Qué podrías hacer?
Algo que pueda lastimarte de verdad.
No lo harías. Sé que no me lastimarías. Se que si tienes la oportunidad de hacerlo, lo vas a pensar dos veces, y vas a buscar la manera de no dañarme. —dijo ella, sonriéndole. Mientras lo abrazaba con suavidad, y este correspondía a su abrazo, un tanto dudoso ante las palabras de la chica.


*         *      *


¿Puedo preguntarte algo, Milfroyd?
Así es, Su Alteza. Lo que desee. —contestó el hombre colorado regordete, parado detrás de el.
¿Qué harías en mi situación?
Dígame cual es, Señoría.
Ayer, he hablado con Chrystalle.
¿Sucedió algo grave con la señorita Lawrence?
Dice que todavía me ama. —reconoció este, bajando la mirada. —Que sería más sencillo dejar libre a Emma, para que esté con Zayn, y que ella y yo, estemos juntos. Como lo habíamos planeado.
Y usted, ¿es eso lo que quiere?
Yo... No quiero ser igual a mi padre. —respondió Harry, frunciendo el seño.
Independientemente de aquello, Alteza. ¿Usted lo desearía?
No lo sé.
Recuerdo los años anteriores, joven príncipe, como si fueran los de hoy, que usted se perdía ante la joven Lawrence. Estaba enamorado de ella, lo sabía, y ahora que ha vuelto lo embeleza con el pasado... ¿No quisiera volver a compartir la vida con ella?
Es que... No puedo.
Más allá de los arreglos de la corona británica junto con la Austro-Húngara.
¿Estás preguntándome si voy a dejar a Emma por Chrystalle?
¿Lo haría? ¿Dejaría a la princesa por la señorita Chrystalle?
No, no voy a divorciarme. —contestó el muchacho, cansado.
Si esta, quedara junto al príncipe Zayn, no habría tanto revuelo, ya que la corona del imperio Austro-Húngaro seguiría con Gran Bretaña.
No voy a darle el divorcio a Emma. Aunque ella misma lo quisiera. —dijo el chico, parándose de su asiento.
Príncipe... ¿Puedo preguntarle algo? —indagó mientras este estaba al lado de la puerta.
Dígame, Milfroyd.
¿Se ha enamorado de la princesa Emma? —preguntó el hombre, dejando callado a Harry, el cual, sin contestar, salió de la habitación, sin un rumbo fijo.

2 comentarios:

  1. Sin palabras, definitivamente, me encantto.... se lo pase za unas amigas y tambien le encantaron, siguela, escribes muy bien. Besos dann, me tengo poner a estudiar :( maldito cole, jejej BYE

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    1. kasdjkasdkjh Soffi, estamos en la misma, la facu me tiene loca! :p mucha suerte :3 & gracias por pasárselo mi blog a unas amigas tuyas, besito linda

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