Blinking Cute Box Panda

lunes, 10 de diciembre de 2012


Libro Abierto
Capítulo 48


Todo el viaje, el insesante y aburrido viaje por el desierto, estaba con los nervios a flor de piel. Ya que lo que estaba sucediendo en el casino no era nada grato, todos los que se encontraban dentro del vehículo estaban en un silencio sepulcral. Y yo... con miedo. Miedo de descubrir que ese ángel que yo me había imaginado era un monstruo, un asesino que mata por gusto y placer. 
Pero también está la otra opción, de que al hombre que mató era un delicuente, un asesino o violador. Traté de pensar en esa posibilidad, que halla matado por "justicia" y no por gusto propio. Lo repetía y lo repetía cuantas veces sea necesario, para convencerme a mi misma, pero no lo hacía. El miedo, la angustia y la decepción se montaban a un barco que no tenía destino, y la histeria era la única que se encontraba allí conmigo. 
De un momento a otro, se escuchó un ruido en el techo del auto. Y lentamente el vehículo se detuvo y pude ver una sombra por el espejo retrovisor. Todos nos quedamos en silencio y tan quietos como estatuas. Lo único que se oía era el descompasado rítmo cardíaco de nuestros corazones y nuestros agitados pulmones desesperados por conceguir aire. 
La sombra se comenzó a acercar lentamente al coche, y mis nervios estaban a flor de piel. Tenía miedo que sea un worda, que sea alguno de los sendal... Tanta gente que me quería ver muerta, tan sola y desprotegida en el medio de la noche, con solamente dos humanos tan indefensos como yo, enfrentándonos a quien sabe qué. La puerta del lado del copiloto se abrió de sopetón y sentí como una mano fría como la escarcha se envonvía en mi cintura. 
— ¡Ey! ¿quién eres? —preguntó bruscamente Alex, y salió del vehículo tan rápido como su enorme cuerpo se lo permitió. Segundos después lo acompañó Amy.
El muchacho que me tenía envuelta en sus fríos y pétreos brazos, se giró sobre si mismo y al instante los dos muchachos se encontraban tirados en el piso, con los ojos cerrados sin mover un músculo.
— ¡¿Qué les has hecho Harry?!
Grite horrorizada al ver a Alex y a Amy tirados sobre el cemento.
—Deja de gritar, Romance. No les eh hecho nada. Solamente están dormidos. —me calmó el muchacho besando mi frente, para luego dirigirse a Amy, y tomarla en brazos. Así se dirigió a la camioneta y delicadamente la colocó en el  asiento tracero, acomodando su cabeza con una campera. Un pinchazo de celos atravezó mi pecho, pero luego llego la cordura a mi cabeza: Harry te ama, Amy es tu amiga. Romance deja de pensar estupideces.
Y allí era cuando yo le agradecía a mi cordura, no pensar, y mucho menos decir, cosas sin sentido. Luego mi novio tomó a Alex de los brazos y prácticamente lo arrastró hasta el asiento del conductor donde lo colocó sin más, y le recostó el asiento. 
— ¿Se puede saber qué haces aquí? —le pregunté, mientras segundos después sus labios se apoderaron de los míos, de una forma frénetica. Y aunque el desconcierto se estaba apoderando de todo mi ser, la pasión y la lujuria lo resmplazaron al instante, y así, sus manos se encontraban envolviendo mi cintura, mientras se movían de una forma rápida y precisa sobre mi espalda, acariciando cada parte de esta, dulce y reconfortantemente. 
Su lengua exploraba toda mi cavidad bucal, tratando de llegar más a fondo todavía, mientras mías manos envolvía su blanquecino cuello y se movían de forma involuntaria revolviendo su cabello castaño. Cuando mi cuerpo ya no podía más vivir sin aire, y no solamente esas pequeñas inspiraciones en que sus labios recorrían mi cuello, me separé de el lentamente.
—Eso fue... —y me callé, para que luego él me envonviera en cuerpo completo, y sus brazos se acomodaran de una forma dulce y protectora por mi cintura. — ¿Qué pasa?
— ¿Se puede saber por que son las siete y media de la tarde y no fuiste al casino? No tienes idea lo preocupado que estaba.
—Harry, me vine aquí, era obvio que iba a llegar tarde. Pero relájate.
—No tienes idea el miedo que tenía, sabía que el Worda nos iba a seguir, perro tramposo.
— ¿Qué? ¿Cómo que nos iba a seguir? 
—Si había uno en el hotel, y estoy seguro que no es el único que está aquí.
— ¿Tú mataste a ese hombre en el casino? —le pregunté de golpe, y el se quedó callado.
— ¿Cómo sabes eso? 
—Contéstame Harry.
—Si, pero... Tengo una explicación.
— ¡Eso espero! ¡Que me des una explicación! —le pedí ya gritando.
—Tranquila mi amor. —dijo dulcemente acunando mi rostro. —Era uno de ellos y... lo agarré desprevenido solamente, pero antes de ello intentó matarme en el aparcamiento. Lo escuché hablar por teléfono, y decía que "la chica no estaba". Es obvio que hablaban de ti, ¿cómo quieres que reaccione?
— ¿No te das cuenta que te estan buscando? La policía de Las Vegas encontró una huella digital tuya y la comparó con la base de datos estadounidense y no aparece.
— ¿Y lo malo? —me preguntó sin comprender.
—Lo malo es que si buscan a todos los huéspedes del hotel van a aparecer, el único que no va a aparecer vas a ser tú. Y ¡Loteria! ¡Vas preso!
—Romance, calma... Soy un hechicero, ¿lo recuerdas? —me preguntó mientras me tomaba de la mano y me hacía caminar al sentido contrario de donde estaba el auto de Alex. —Puedo aparecer y desaparecer en cuanto yo quiero, o borrar simplemente esas pruebas.
Dijo lentamente para tranquilizarme, mientras me tomaba de la cintura y me decía unas palabras dulces en mi oído: —duerme mi amor, en cuento despiertes todo va a pasar. —dijo paulativamente, y mis ojos se fueron cerrando. 
Mis ojos se encontraban cerrados pero podía escuchar un suave murmullo, que provenía de la voz de mi novio.
—Tranquilo señor, yo llevé a Romance ella se encuentra conmigo. —decía hablando por teléfono, supongo, ya que nadie contesto. —Así es, Alex y Amy se encontraban dormidos y yo me llevé a Romance, ella está perfectamente bien, ahora duerme. 
Volvió a decir, mientras lo único que yo podía persivir era el silencio de la habitación. 
—Yo le voy a decir a su madre, tranquilícese. —le pedía el, con voz dulce, igual que me lo hacía a mi, cuando me volvía loca por X motivo, pero sin ese tono dulzón y romántico, como a mi me lo decía. —Obviamente lo que ya le deposité del alojamiento y demás no voy a quitarlo del banco, esto fue una desición de último momento y la reservación yo la hice, sin dejar que alguien más ocupara la suite. Así que no se preocupe, no pido el reembolso de nada, pase una buena navidad y un próspero año nuevo. —se despidió gentilmente, mientras el papá de Alex, supongo que era con el qué hablaba, le contestaba.
—Deja de acerte la dormida, que te va mal. —me decía mientras se acomodaba a mi lado, y yo comencé a abrir los ojos lentamente y me encontré con algo mágico. 

2 comentarios:

  1. D: hazza que hace? es un hechicerin e.e jdjdnnd Ro tiene celos,tiene celos:B seguila!

    ResponderEliminar