Blinking Cute Box Panda

sábado, 8 de diciembre de 2012


Libro Abierto

Capítulo 46

— Dobla a la derecha, y sigue cinco cuadras.
— ¿Segura?
—Si, Harry, estuve demasiado tiempo en este lugar, lo conozco como la palma de mi mano.
—De acuerdo. —contestó no tan convencido, y siguió el recorrido, con la música de fondo.
—Acá, estaciona allí. —le señalé el costado del casino, donde se encontraba el estacionamiento.
Aparcó algo cerca para no caminar tanto, se bajó del auto y me abrió la puerta, para segundos después encontrarme con su boca, dulce y suave. Pasaron unos minutos y el no se separaba de mi boca, algo raro, ya que Harry cada vez que yo "trataba algo más", el me separaba al instante.
—Vamos. —musitó luego de que me acomodé un poco la ropa. Ya que eran las cinco de la tarde, seguramente se encontraban: la gente que utilizaba el casino como hotel, empleados y los apostadores enfermos, que no salían del casino ni de chiste. Así que Amy seguro se econtraba atendiendo las mesas del bar, junto con Alex, ya que ella me había reemplazado cuando me fui a vivir a Chicago.
—Harry Styles. —le contestó su nombre a la recempcionista, de unos veinte años.
—Por supuesto, señor. —contestó la muchacha, altamente deslumbrada por la presencia de mi novio. Esta se corrió el pelo de la cara en un movimiento altamente premeditado, entonces me acerqué a ellos, para que la muchacha vea, que no se encontraba solo.
— ¿Nos vamos, mi amor? —le pregunté, colocando mi mano sobre la suya.
—Ahora. —contestó el muchacho, colocando su brazo en mi cintura.
—Emm... tome señor. —le dijo a mi novio, entregándole una tarjeta.
—Muchas Gracias. —respondió como todo un caballero, mientras un botón nos seguía con nuestro equipaje. Subimos al ascensor, y con ayuda del muchacho de mi edad, mas o menos, llevó las cinco valijas hasta la recámara.
Para mi sorpresa la recámara quedaba en el piso treinta y dos, lo que quería decir... La Suite Imperial. Allí solamente iban los dueños del casino, o gente muy allegada a la familia. O en todo caso, gente de mucha adquisición económica. Y Harry era uno de esos últimos.
El botón estaba sorprendido de que dos muchachos de dieciseis años tengan la Suite Imperial para ellos solos, ya que era tan grande como todo el casino. Mi novio le dio una propina generosa, que el muchacho no se esperaba, y salió feliz de la habitación, olvidándose el hecho de que ambos éramos muy jóvenes.
— ¿Por qué tan ostentoso? —musité, sentándome en el sillón de la suit.
— ¿Tan malo es que quiera complancerte en cualquier cosa mínima? —contra atacó, sentándose a mi mado.
— Claro... Mínima sobre todo. —contesté, mostrando con mis manos el lugar.
—De acuerdo, no es mínimo, pero para ti, todo es algo mínimo. —me dijo el muchacho y antes de que pudiera contestar cualquier cosa, sus labios se encontraban sobre los míos besándolos de una manera pasional, hasta llegaba a ser desesperada.
Sus manos se posaron en mi cintura, acariciando esta de manera suave, pero agazapado estaba el placer y la lujuria. En cuento la cosa se volvió algo más "pasional", si es que se podía más, Harry se separó de mi, levantándose del sillón, ya que este se econtraba recostado sobre mí. Me tendió la mano, la cual acepté, y comencé a arreglarme el cabello y las prendas, colocándolas en su lugar.
—Vamos, ya que para esto tenemos tiempo, y tú debes hablar con tus amigos.
De este modo, salimos de la suite con destino al bar, o al casino central, donde seguramente se encontraban Amy y Alex. Llegamos al casino y ninguno de los dos estaba, solamente John, el padre de Alex, quien me vio crecer, y le dio una gran alegría verme. Me abrazó cariñosamente, y me dijo las típicas palabras que la gente grande te dice cuando no te ve por largo rato: estas enorme, has crecido mucho, estás más linda, y demás cumplidos que hace que me ponga colorada, a lo que mi novio reía disimuladamente, mientras yo lo fulminaba con la mirada.
—Alex y Amy se encuentran en el bar. —me contestó John, cuando le pregunté el paradero de su hijo y mi amiga. Así que mi novio se despidió de él como yo, y ambos nos dirigimos a donde seguramente, según el dato de el dueño del casino, se encontraban los muchachos.
Llegamos al bar, que era seguramente la mitad de la suite, aunque seguía siendo algo grande. La luz artificial era la que iluminaba el lugar, mientras las paredes de blanco contrastaban con toda la decoración en negro y rojo. Solamente se econtraban cuatro personas, una pareja de unos treinta años, y dos hombres de unos cuarenta, bebiendo en plena soledad, hasta que escuhé la voz de mi amiga.
—Sabes, esto ya no se puede así, no hay nadie, todos toman en el casino. —se quejó mi amiga, sentándose en la barra, donde del otro lado se hallaba Alex.
— Tengo un nuevo chusmerío. —comentó la chica.
— ¿Cuál?
—Según lo que dijo, Rosmeri...
— ¿Rosmeri? ¿Quién?
— ¡Ay, Alex! ¡La recepcionista! —le explicó la muchacha a lo que el contestó con un: Ah. —bueno dijo que llegó a la suite un nuevo rico, un chico de nuestra edad, que por lo que se dice es multi multi multi millonario, pero más allá de eso, dijo que era hermoso. Era más bello que un dios, con su cabello de color castaño y sus ojos verdes... Su piel de un blanco nivea y su boca, un manjar. Además, sabes que el botón, Ayrton, dijo que se llamaba Harry,y que le dio una propina que le alcanzaba para comprarse un nuevo teléfono. Es perfecto...
— ¿Para tanto? —preguntó el muchacho.
—Así es, pero la peor parte, es...
— ¿Cuál?
—Que llegó del brazo de una castaña hermosa, según Rosmeri, y que ambos van a compartir la suite. Es una maldita esa, no la conozco y ya la odio.
—Valla, tu príncipe millonario, tiene dueña.
—Te das cuenta, cuando alguien joven y decente llegaba al lugar, tiene que estar de novio.
—La vida no es justa. —comentó riendo Alex.
—Tienes razón, además...
— ¿Romance? —inquirió mirando para mi dirección.
— ¿Romance? No, me llamo Amy, ¿qué te pasa, Alex?
— ¡No tonta! ¡Ya se como te llamas! ¡Romance! —musitó, haciendo que la chica se voltiara a verme. Si su boca no estubiera pegada a su rostro, seguramente se le hubiera caido al suelo.
De la mano de Harry me acerqué hasta ellos, donde me coloqué al lado de Amy, y segundos después, Alex se puso a mi costado.
— ¿Ro? —preguntó la muchacha, y segundos después bajó de la barra, para abrazarme efucibamente. — ¡Amiga! ¡Estas aquí! —comentó feliz, mientras me besaba y abrazaba más fuerte.
— ¡Amy, te extrañé tanto! —le dije, mientras yo la abrazaba por encima de la cintura.
— ¡Estoy enojada contigo! ¡¿Cómo pudiste olvidarte de mi cumpleaños?! ¡Eres la peor! —decía mientras me abrazaba más fuerte, eso quería decir que no estaba tan enfadada como Alex me había dicho.
—Lo siento, lo siento, se que soy la peor amiga de todo el mundo...
—Así es.
—Pero de verdad, no tienes idea de todo lo que me he pasado, y no estuve en esos momentos tan bien, pero de verdad, no hay excusa, lo siento. —dije, arrepentida realmente.
—No pasa nada, sabes que te amo. —me aseguró la muchacha, colgándose de mi cuello.
—Yo también, fea. —le contesté, mientras me besaba y pegaba de borma.
— ¿Y tú? ¿Me sigues odiando? —le pregunté, con algo de temor.
—Estoy enojado, pero claro que no, nunca podría odiarte. —comentó el muchacho, mientras me abrazaba y besaba de una manera efuciba.
—Te quiero Al, muchisimo.
—Yo más. —contestó este, tomándome de la cintura.  Cuando nos separamos me coloqué al lado de Harry, mientras recordaba las "maravillas" que había hablado Amy de mi novio.
—Chicos, les presento a Harry, mi novio. —les dije, y Amy se puso pálida, mientras Alex reía a más no poder. Ella no podía creer que a quien estuvo alabando minutos antes sea el mismo.
—Ho... Hola. —contestó la morena.
—Mucho gusto, Amy. —le respondió mi novio, tomando su mano y besando esta.
—Alexander Urich. —se presentó mi amigo.
—Harry Styles. —contestó, apretando su mano.
—Ro, Ro... —estaba altamente nerviosa, se le notaba a leguas.
—Espero que no pienses que soy una maldita y ya me odies. —le dije en un susurro, por lo que había dicho de "la novia" de Harry. Ella me tomó del brazo, alejándome de Harry y Alex, y hablando, en un tono más bajo habló:
—No puedo creerlo, eres tu. Tú sales con ese bombón, modelo de pasarela. ¡Es un caño!
—Ehh, ojito con lo que decis. Porque voy a olvidar que eres como mi hermana y me voy a enojar.
—No, no, pero de verdad... ¿Qué hiciste? No digo que no seas hermosa Ro, porque lo eres pero... Ese chico no pertenece a este mundo, es perfecto.
—Ni yo misma lo se, te confieso. —contesté, siendo completamente sincera. —pero de todos modos, no digas así, es mío que no se te olvide.
—A pesar de que es perfecto y está más bueno que faltar al colegio... —empezó a decir y se calló cuando le fruncí el ceño. —Los novios de las amigas no se tocan, ¡nena!, hay códigos.
Contestó para luego abrazarme.

2 comentarios:

  1. AJAJAJAJAJAJJAAJ me dio risa Amy :3 hfvwwhfv Harry es un bombon<3 oh si Seguila! jefdwjf :)))

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    1. jasldkjasd si amy es una divina, la tipica amiga loca :p ♥ gracias & besitos :]

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