Dramma Queen
Capítulo 38
Con
un vestido corto de mangas largas turquesa con tela de encaje, un
saco blanco, cartera a composé y zapatos de tacón crudo cerrados,
con el maquillaje un poco más marcado que lo habitual y el cabello
recojido con una coleta de costado, Emma entró en el salón
principal del castillo de Windsor, acompañada de Allison. {
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}
— Hola.
—dijo seco, Harry.
—Emm,
Hola. ¿Cómo amaneciste?
—Bien,
toma. —replicó, con el mismo tono. —Te ha llegado esto.
— ¿Qué
es esto?
—No
lo sé, ábrelo. —dijo el muchacho, con frialdad. Esta leyó el
sobre que decía Para Emma Ana Sicilia Isabel Habsburgo-Lorena,
Princesa Imperial de Austria, Princesa real de Hungría, Bohemia,
Croacia, Eslovenia, Dalmacia, Galicia y Lodomenia. Princesa consorte
de Harry Arthur David Alexander, Duquesa Consorte de Rothsay,
Baronesa consorte de Carrickfergus y condesa consorte de Belfast. Con
mi mayor respeto, de parte de Sebastian Harry Marie William Principe
de Luxemburgo, Nassau y Barón-Parma.
—
¿Principe
Sebastian? —preguntó Emma, tratando de abrir el sobre, y cuando lo
hizo por fin, dentro había una carta, doblada en tres, escrita de
puño y letra de aquel principe:
"Su
Majestad Real e Imperial, Princesa Emma de Austro-Hungría y Princesa
Consorte de Gran Bretaña, le escribo de las lejanías de Luxemburgo,
para brindarle mis respetos y mi alto compromiso con respecto a su
causa, ya que, mi persona, actualmente, está en la misma lucha en mi
reino. Me alegra saber, que otro espíritu joven como el mío,
defiende las causas estudiantiles, al otro lado del continente
europeo. Así que, espero y no lo tome a mal, su majestad real e
imperial, la ayuda de consolidación internacional que le envió, ya
que no es para ofenderla, ni mucho menos, si no, todo lo contrario,
para brindarle mi apoyo desde mi honrrado reino de Luxemburgo.
Espero, con la mayor fuerza de mi corazón, que me envie una
respuesta positiva con respecto a esta carta, y también aguardo con
ancias, que no lo haya tomado de mala manera y no se recienta para
con mi persona.
Atentamente
Sebastian Harry Marie William Príncipe de Luxemburgo, Nassau y
Barón-Parma.
Y
más abajo de aquella carta, había un cheque con la suma de 500.000
euros, a nombre de la princesa Emma. Esta, con una sonrisa en el
rostro, y con felicidad en su corazón, comenzó a gritar y saltar en
su lugar, para que, luego, ir a abrazar a Fémina y Eva, y después a
Allison, la cual, correspondió a su abrazo, sin entender la muestra
de afecto y júbilo de la princesa.
— ¿Se
puede saber por qué tan feliz?
— ¡Mira,
mira, mira! —gritó Emma, enseñándole la carta a Harry, y el
cheque que el príncipe Sebastian había enviado.
—
¿Luxemburgo?
¿El menor del principado de Luxemburgo te envió esto?
—Si,
¿acaso no lees? ¡Esto es maravilloso! Servirá para pagarle a los
docentes, comprar libros y tener la instalación terminada para
dentro de un año.
— ¿Un
año? ¿Cómo vas a hacer todo tan rápido?
—El
arquitecto consiguió un edificio gigantesco, que van a remodelar, y
allí va a ser la universidad, dijo que va a tardar un año, o menos.
Y cuando termine, tenemos que tener todo listo, pupitres, cafetería,
librería, laboratorio, salas de conferencia, y muchísimas cosas
más. Así que, esto, va a servir para todo eso.
— ¿Vas
a aceptar su dinero?
— ¡Claro
que si! Lo envió para una buena causa, es un divino ese príncipe.
— ¿No
te basta tener uno como esposo, y otro como amante, que ya buscas
otro más?
— ¿Sabes?
Voy a hacer como que no te escucho, ignorarte va a ser lo mejor.
—dijo, un poco dolida Emma, ya que todas las palabras con respecto
a Zayn, mal que mal, pesare a quien le pesare, eran verdad. Desde el
momento en que la besó, ella se convirtió en su amante, y eso,
hacía que el corazón de la princesa doliese.
— ¿Por
qué el príncipe te envia a ti una carta? Es un poco atrevido, al
encontrarte tu, como una mujer casada.
—No
seas mal pensado, príncipe cochino. —dijo ella, sentándose a su
lado, en el sillón principal. —Se ha solidarizado con mi causa,
nada más. Mira. —continuó entregándole la carta a su marido, el
cual, sin más ni menos, la leyó. Luego de un minuto tal vez, el
príncipe habló:
— ¿Vas
a usar esta ayuda financiera?
—Claro
que si. Ya te lo dije.
— Emma...
¿No te das cuenta? Las cosas con la Reina no van bien, y ya
entablaste una relación con una casa imperial sin su concentimiento,
ahora lo haces con otra.
— ¿Qué
tiene de malo? Las princesas de Japón son super simpáticas, y
divinas. Y el príncipe de Luxemburgo, es otro divino, que me quiere
ayudar, porque compartimos la misma visión. Tu abuela no tiene por
qué enfadarse.
—Claro
que si tiene, ella es la soberana de este país, después de todo.
Estas intervenciones que tu haces, las debería estar haciendo ella.
—Y
entonces, que las haga... Yo solamente las hago, porque nadie más se
mete. Además, si por ella fuera, los chicos de la universidad,
seguirían sin escuela.
—Emma...
—empezó el muchacho, pero fue interrumpido por Milfroyd, quien
llegó agitado, y con el cabello colorado revuelto.
—Principe
Harry de Gales, lamento interrumpirlo. —dijo el hombre, colocándose
frente a el, haciendo una reverencia al principado de Gales.
— Habla,
Milfroyd. ¿Qué sucede?
—La
Reina, Su Majestad.
— ¿Qué
sucede con ella?
—Ella
ayer, habló con el Archiduque y Príncipe de Austro-Hungría.
— ¿Qué?
¿Hay un príncipe? —indagó Emma.
—Claro
que si, princesa. El hermano de su abuelo, el Archiduque Otón, que
en paz descanse, tuvo siete hijos, pero claro, al ser menor que su
abuelo, su abuelo es el principe heredero, y por lo tanto, su difunta
madre, pasó a ser la heredera en primera linea, y usted en tercera.
Como su abuelo rechazó sus privilegios imperiales, y su madre está
muerta, usted pasa a ser, la princesa heredera del reino e imperio
Austro-Húngaro.
—Entonces
él, iría después de mi.
—Exacto,
el Archiduque y Príncipe de Austro-Hungría, Karl Thomas Robert
Maria Franziskus Bahnam Georg von Habsburgo-Lorena. La reina habló
con el, y armó una cita, para que conozca a la futura emperatriz de
Austro-Hungría, y al futuro emperador.
— ¿Él
quiere vernos?
—Así
es, él iba a ser el sucesor de Austro-Hungría, cuando esta volviera
a la monarquía, pero ahora que apareció usted, que es la real
heredera, el quiere tener una reunión con su persona, Su Majestad.
— ¿Y
cuando viene?
—No,
Emma... El no va a venir, nosotros tenemos que ir allí. Al ser un
asunto del trono Austro-Húngaro, las cuestiones políticas deben
darse en la capital del imperio, o sea, en Viena.
— ¿Vamos
a Viena? —preguntó Emma, con una sonrisa. — ¡Genial! ¡Es tan
hermosa esa ciudad! ¡Sus olores, sus colores, sus paisajes! ¡Qué
alegría! —dijo está brincando, al lado de Harry. — ¡Allison,
Fémina, Eva! ¡Preparen las maletas! ¡Nos vamos a Viena! —luego
de esto, las muchachas con una sonrisa, partieron rumbo a la
habitación de la princesa.
Con
un vestido de color rosa claro con tela de encaje, corto hasta por
arriba del muslo, pero en la parte del muslo poseía una pollera
larga de encaje, sus pies, vestidos con unos zapatos de tacón el
mismo color que el atuendo, y un sobretodo rosa largo hasta por
arriba de la rodilla. Su cabello castaño, atado en una trenza al
costado, apareció, junto al príncipe Harry, en el palacio imperial
de Hofburg. { http://www.polyvore.com/pink/set?id=45650827
}
— ¿Se
puede saber para que este vestido tiene una pollera tan larga si
desde aquí puedo verte todo?
—No
seas tan pervertido, príncipe cochino. —dijo ella, tomada del
brazo de él, y caminando por la gran estancia. —Es moda, no me
digas que no es hermoso.
—En
Megan Fox, tal vez, en ti no. —contestó este, haciendo que Emma
frunciera el ceño, y Harry, riera por lo bajo.
Llegaron
a una gran salón, el principal, que era tan hermoso como el del
Palacio de Buckinham, o más. Decorado en un estilo barroco, con
techos altos, grandes lámparas de cristal y el amoeblado del siglo
XVI o más antiguo. Allí, sentados, se encontraban el Archiduque y
Príncipe de Austria, Karl, y los hijos de este, Leonor, la mayor,
Fernando y Gloria.
—Es
un pacer tenerlos acá, Su Alteza Real e Imperial, princesa Emma, y a
usted, Su Alteza Real, Harry de Gales.
—Muchísimas
gracias por recibirnos tan amablemente. —hizo una reverencia, ante
el Príncipe de Austro-Hungría, y, los príncipes.
—Pasen,
por favor, tomen asiento. —dijo el hombre, de cabellera corta,
rubia, y vestido de traje. Primero, se sentó Emma, y luego, a su
lado, Harry.
— ¿Cómo
ha sido el viaje desde Gran Bretaña a aquí?
—Fue
tranquilo. Es muy agradable volver a Viena.
—Y
a usted princesa, ¿le agrada?
— ¡Claro
que si! Es todo tan hermoso aquí. Es muy diferente a Argentina, y
también a Inglaterra.
—Es
una alegría que encuentre hermosa, la ciudad de Viena.
—Si,
me encanta Viena.
— ¿Y
ya ha pensado, junto a la Reina Elizabeth II, y el príncipe Harry de
Gales, cuando va a tomar poseción del trono? —indagó y Emma se
quedó callada, ya que a decir la verdad, ella jamás pensó en eso,
ni por un minuto.
—Es
algo que tenemos que ver, paulatinamente. —contestó Harry, por
ella. —Primero, desearía que la princesa termine su licenciatura
en la universidad, y luego, pasara a tomar poseción del trono.
— ¿Y
eso llevaría mucho tiempo?
—Unos
años, tal vez. Pero, el apuro va a depender de las necesidades del
Imperio.
— ¿Y
con respecto al Reino de Gran Bretaña?
—Nosotros
solamente somos parte del principado de mi reino, la monarca
soberana, es la Reina Elizabeth II, no nosotros.
—Pero
usted, príncipe Harry, es el heredero en primera linea al trono.
—Es
verdad, pero todavía, y espero que por muchísimos años más, la
Reina Elizabeth II ocupe el título de soberana. —contestó este,
de una forma educada. —Con respecto al Imperio Austro-Húngaro,
quédese tranquilo, Archiduque, que la princesa Emma, va a tomar
poseción del mismo, cuando arreglemos cuestiones políticas en
nuestra nación. Luego ella, tomará como prioridad, las tierras que
hoy pisamos.
—Si
me permite, la princesa Emma no puede hacer esperar tanto tiempo al
Imperio Austro-Húngaro, sería una deshonrra para nuestra monarquía.
— ¿Qué
quiere decir con esto?
—Digo,
que ella podría tomar la corona, y hasta que se solucionasen los
problemas en su nación, yo podría, si me permite, tomar las
cuestiones políticas del Imperio, hasta que la princesa Emma, esté
dispuesta a volver a su nación. —contestó Karl, con una sonrisa.
Harry, con su típica sonrisa política, respondió amablemente,
pero, rozando debilmente, el enojo.
—Cuando
la princesa esté lista, y lo decidamos en conjunto, con la Reina
Elizabeth II, ella podrá tomar cartas en el asunto del Imperio
Austríaco, hasta entonces, todo va a quedar congelado, ella, y solo
ella, va a ser la Soberana total de Austro-Hungría, tal cual, fue el
deseo del Emperador vigente del imperio, el abuelo de Emma.
—Lo
entiendo, alteza, yo solo decía ya que la princesa no está
capacitada, todavía, para liderar una nación, y no, una tan
poderosa como esta.
—Ella
todavía no está en preparación, pero yo si, Príncipe, y le
aseguro que cuando ella lo decida, yo voy a respaldarla y
aconsejarla, como buen esposo, lo necesario para cuidar del imperio.
No se preocupe, ella va a tomar partidario aquí, no va a dejar a la
buena de Dios, su tan amada nación, ni por Gran Bretaña, ni por
nadie. Solo, un poco de tiempo, que antes que termine este año,
ella, va a estar sentada en el trono Austro-Húngaro.
—Que
así sea. —dijo el hombre, finjiendo una sonrisa, y levantando su
copa, en forma de brindis.
mmmm no me gusta para nada ese karl... que se cree, no va a tomar el puesto de emma asi de la nada... ademas, harry no dejaria que se lleven el trono... jejejej....
ResponderEliminarsiguelaaaaa me encanta el rumbo de la nove... espero con ansias los proximos cap...
dann. los digo una y otra vez ERES BUENISIMA ESCRIBIENDO, TIENES TALENTO!!!!
jajaja besoosososososos nos vemos pronto ♥
Gracias soffi, siempre tan divina vos :3 & me alegra que te haya gustado, & no Karl no me gusta a mi tampoco (por si no lo sabes, Karl existe :p & en la vida real tampoco me cae bien xd pero we :p) espero & sigas pasando, & GRACIAS, adoro escribir & me pone super feliz que me digas eso <3
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