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miércoles, 22 de enero de 2014

Tren de Medianoche - Capítulo 17


Tren de Medianoche
Capítulo 17

Rebecca Reed

—Claro... ¿Y eso sería?
— ¡Ay dios! Por supuesto, linda. El grupo de las porristas de la escuela. —contestó como si fuera lo más obvio del mundo.
—Está bien, mucho gusto, soy Rebecca Reed.—dije acercando mi mano, pero él me besó la mejilla de los dos lados.
—Ya lo sé, bonita. Para eso estoy acá.
— ¿Para... qué?
—Bueno, hoy te vi en el teatro, hace años que no pisaba ese lugar, pero... La música me llamó. —contestó, con su mirada perdida en la nada, hasta que de un momento a otro volvió a enfocar la vista en mí. —Así que, mi querida Britney Spears, ay por favor, eres una luz bailando, gracia, agilidad... Y eso es lo que necesito.
—A ver, espere. No lo sigo. ¿Qué necesita?
—Fran... mi subcapitana se fue de la escuela, al colegio de al lado, la competencia... El colegio Buena Vista, así que ahora, me falta ella. Era la que llevaba la parte "práctica" de los entranmientos, ya que era, como tu, bailarina. Sin contar que Jessica, se fue a vivir a... No se dónde, con su hermana Grece, así que perdí tres de mis chicas, y las que me quedaron, la mitad son... Medias torpecitas con los pies.
—Claro, y a eso...
—Ay linda, como tardas en atar cabos. —dijo reboleando los ojos. —Te estoy pidiendo, sin hacer pruebas ni nada, que seas parte, o mejor dicho, mi nueva subcapitana de las "Fire Vegas", ¿aceptas?
—Emm, no gracias. Estoy muy ocupada.
— ¿Qué? —preguntó shokeado. — ¿Es un chiste, verdad?
—No, en verdad lo lamento, pero tengo el colegio, y mis notas tienen que ser de ocho para arriba, también... Esta el trabajo de Relaciones Internacionales, donde si o si tengo que ganar, sin contar que estoy sola como un perro cantando en el club de comedia musical y no se como voy a hacer si quiera para presentarme.
—Espera... ¿Tú sola? No puede presentarse un club, con solo un miembro.
—Lo sé, ¿por qué cree que estoy tan mal?
—O sea, que tu problema es la falta de personas en el club.
—Así es. —contesté, sin comprender por qué tanta insistencia.
—Hagamos una cosa... Yo necesito una subcapitana que sepa moverse, que tenga agilidad, flexibilidad y que se mueva con la delicadez y la gracia que tu lo haces. —empezó a decir, y yo solo sonreí. —Y tu, necesitas gente para el club de comedia. Así que que tal, ¿un intercambio?
— ¿Cómo sería eso? —indagué, algo interesada.
—Tu te conviertes en mi nueva subcapitana, y yo, te concigo más de diez personas para tu club, ¿está bien?
—Pero esas personas tienen que saber cantar por lo menos, o bailar.
—Claro que si, gente capacitada, por supuesto. —respondió colocando una mano en su cintura. —Así que... ¿hacemos el trato? —preguntó, estirando la otra mano, dejándola en el aire para que yo la tomara. 
—Trato. —contesté aprentando esta. 
Se que de esto me voy a arrepentir, pero necesito personas para el club, necesito ganar las regionales, como mínimo, para tener aunque sea la posibilidad de mandar, mínimamente, la solicitud a Jouliard.
***
—Tengo grandes noticias. —dije, entrando al salón de comedia musical, dejando mi bolso sobre alguna butaca, con una carpeta en mano.
—Vaya, te veo muy emocionada, Becks. —dijo con una sonrisa, dejando entrever sus blanquecinos dientes. —Hola ¿no? —Dijo irónicamente.
—Si, perdón, hola. —musité, acercándome hasta él para besar su meijilla. Y otra vez, esa corriente eléctrica recorrió todo mi cuerpo. Pero, traté de ignorarla y enfocarme nuevamente a lo que le quería contar.
—Bueno, ¿qué era lo que te traía tan emocionada?
—Esto. —dije entregándole la carpeta llena de papeles.
— ¿Y esto es...?
—Solicitudes. —contesté antes de que terminara la pregunta. —Solcitudes de chicos y chicas que quieren entrar al club. —contesté de manera rápida y automática.
—Vaya, esto es increible, esto es maravilloso... —Dijo con alegría, mirando todas las hojas. —Esto es... Muy extraño. —dejó la sonrisa de lado, y miró con gesto pensativo las fichas de los chicos. — ¿Por qué ahora todo el mundo se quiere unir al club?
—Porque se dieron cuenta que el profesor más lindo, talentoso y sexy está acá. —dije con una sonrisa, a la que él correspndió, mirándome con sarcasmo,
—Eso ya lo sé, muchas gracias. Ahora, dime la verdad. —exigió, mirándome con sus ojos azul cielo.
—Esa es la verdad. —Contesté, tomando la carpeta y llendo al escenario, y con las rueditas qe tenía, arrastré el piano hasta el tablado.
—Rebecca, no evadas el tema. ¿Cómo has logrado esto?
—Yo no hice nada. —contesté, con nerviosismo, mordiéndome el labio inferior.
—Estas mintiendo, cada vez que te pones nerviosa y mientes, te muerdes el labio inferior o te comes las uñas... ¡Como ahora! —dijo, señalando precisamente lo que estaba haciendo.
—De acuerdo, de acuerdo... Tal vez si hice algo, pero algo chiquitito. —contesté sentándome en el escenario y él se acercó hasta mí.
— ¿Qué has hecho?
—Un trato.
— ¿Un trato? ¿Qué clase de trato?
—Un trato con Hugh Kilmer, el entrenador de las porristas de la escuela, el me dijo que si yo me convertía en su nueva subcapitana, el me conceguía gente para el club. ¡Y ah cumplido! ¡Mira todas estas solicitudes! —dije, mostrandole la carpeta.
— ¿Por qué has hecho eso? Me has dicho de todos los adjetivos calificativos negativos posibles, para hablar de lo huecas, insensibles, maleducadas, irrespetuosas, egocéntricas, malhabladas, y demás, que son las porristas. ¿Y ahora tú te haces una?
—No lo hago por gusto, y es verdad, no las quiero. Pero piensa, sin gente no nos podemos presentar, leíste las reglas, mínimo diez personas para que un club, "sea un club" y, si tu no cuentas, solo es... ¡Una persona!
—De acuerdo, de acuerdo, pero... ¿Cómo vas a hacer con todo? El club de comedia, la escuela, el trabajo de relaciones internacionales, ahora las porristas... Es mucho para una persona, ¿tu vida social dónde queda?
—Si, es mucho, pero... ¿Vida social? ¿De qué vida social hablas? Lo siento pero... Vida social, es algo que no tengo.
—Muy graciosa.
—Es la verdad, acá tengo cuatro personas con las que hablo. Fionna y Farrah, y tampoco somos uña y carne, con Nick la relación está rara... Va, en realidad, él es raro. Y contigo, y eres mi profesor. Esas son mis escasas relaciones.
—Eso no quita, que te ates a todo.
—Las porristas, además de traer gente al club, va a hacer que gane puntos extra, si gano con ellas y además el trabajo de RRII, tengo asegurada mi beca en Yale, o quisás en... 
— ¿En?
—Mira, te he dicho que me encantaría ser Ingenira Aeronáutica, pero lo que más amo en toda esta tierra, además del helado de chocolate, es cantar. Y Julliard es algo impensable para mi presupuesto, solo con un beca podría llegar. 
—Rebecca, te escuchan cantar, y te rugan que entres.
—Tú lo dices porque me quieres.
—Es verdad, te quiero. —contestó, mirándome a los ojos y yo creí desfallecer. —Pero además de eso, lo digo porque en verdad cantas increíble.
—Da igual... La decisión ya la tomé, Jeannot, voy a participar en ambos clubs, así que nada, elige de todas esas personas, con las fichas y sus cuentas en Twitter, que tienen videos bailando y cantando, y bueno... Selecciona a diez que valgan la pena.
—Está bien, ¿tú a donde vas?
—Tengo que ir a entrenar con las "Miss Estados Unidos".
El rió tocándose con dos dedos el entrecejo.
—De acuerdo, suerte.
—Gracias.
Contesté, y en menos de un segundo, lo tuve a mi lado, mientras él besaba mi mejilla y luego, cuando me giré, besó la barte de mi nuca, porvocando que una corriente de frio circulara por todo mi cuerpo. No dije nada, y seguí caminando hasta el gimnacio.

1 comentario:

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