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domingo, 29 de diciembre de 2013

Tren de Medianoche - Capítulo 9


Tren de Medianoche
Capítulo 9

Nick Holland

Terminamos las clases, y me dirigí al campo de entrenamiento, el señor Bentest, estaba con su ceño fruncido, sus ojos negros achinados & sus brazos cruzados en señal de molestia, como siempre.
—Llegas tarde, Holland. —dijo abruptamente el entrenador.
—Lo siento, yo...
—Se estaba encamando con la nueva. —dijo Urich, detrás de mi espalda.
Me levanté de las sillas dispuesto a pegarle, pero Milo me tomó de la cintura y me sentó nuevamente en mi lugar, me di vuelta para mirar, o mejor dicho, fusilar, al idiota de Urich por esto. En el campo, me las iba a pagar.
—Por favor, señoritas. —No quiero que vuelva a pasar, Holland. —musitó furtivo el entrenador, a lo que yo solo asentí y todos nos paramos.
El entrenamiento empezó, Urich al ser el subcapitan, cordinaba a los de el equipo adversario, en el entrenamiento. Lo tenía frente mío, con su sonrisa fanfarrona mirándome con desdén. 
Décima jugada, veinte el equipo de Brandom, veintiseis el nuestro, estábamos por empezar la última jugada, pero antes de que mis labios salga el nombre de la jugada para mi equipo, Urich dijo algo:
—Me imagino cómo será en la cama, se le ve ardiente... Sexy, inteligente... Solo tengo que corroborar esa faceta de ella. —al decir eso, me importó poco y nada lo que todos dijeran y me avalancé sobre él. Traté de quitar el casco que lo protegía y cuando lo logré comencé a pegarle en la cara una y otra vez, pero este hizo una jugarreta, lo que logró que yo quede debajo de él y este comenzó a golpearme. Yo continué haciendo lo mismo hasta que Bentest y el equipo nos lograron separar.
— ¿¡Qué les sucede a ustedes dos!? ¿¡Estan locos!?
—!Vuelve a hablar así, y te mato! —amenacé al chico, mientras me avalanzaba nuevamente hacia él.
— ¡Ya, ya! ¡La terminan!
—Yo hablo como quiero, Holland. Además, la nueva va a estar encima mío, gritando. Lo juro. —Al decir eso, me separé del agarre de Milo y Taylor y volví a lanzarme sobre él, pegándole nuevamente.
— ¡Váyanse! —gritó el entrenador y todos obedecimos. — Tu te quedas Holland, quiero hablar contigo.
Fruncí el ceño y maldije bajo, mientras que Brandom sonreí triunfal. 
—Me voy a comedia musical, la rubia está allí. —anunció victorioso, mientras mi mirada trataba de perforarlo. 
— ¿Se puede saber qué te sucede? —preguntó cuando estábamos nosotros dos solos. —Eres el capitán del equipo, debes juntar al equipo no dividirlo.
—Lo siento, entrenador. Pero... —me quedé callado, sin saber si continuar o no.—Urich me desespera, como habla, como ¡todo!, todo en el me desespera. —dije, con la voz entrecortada por la ira.
—Lo entindo, pero no puedo permitir que usen el campo de football, para hacer una batalla campal.
—Lo lamento, no va a volver a pasar.
—Qué así sea. —concordó el entrenador, apretándome el hombro derecho. Salí de allí y me dirigí a las duchas, me cambié y me puse el uniforme de la escuela. Hice todo lo más rápido posible, y como un desquiciado comencé a correr por los pasillos, chocandome con algún que otro estudiante. Llegué a la sala de comeda musical pero no había nadie, hasta que siento el sonido dulce, suave y penetrante del piano, el cual retumbaba en todo el salón creando un ambiente tranquilo y armonioso. 
Mi vista se dirigió arriba del escenario donde estaba Rebecca, rozando sus finos y largos dedos sobre las teclas de marfil, dejando entrever un sonido casi tan dulce como el de su voz. Ella estaba muy concentrada en la melodía que no se percató en cuanto avancé hasta ella.
— Lo siento. —dije, en cuanto, abruptamente, la melodía se detuvo y sus ojos verde esmeralda se posaron sobre mí.
—No, está bien.— contestó con una sonrisa.
— ¿Qué haces aquí? Tan sola... —comenté, subiendo por la escalera del lado izquierdo del escenario, hasta quedar justo al lado de ella.
—El profesor de comedia renunció y no encontraron otro reemplazo, además, nadie quiere estar en el club, según lo que me dijo el director.
— ¿Por qué?
—Todos quieren ser jugadores de football o porristas, así que parece que tengo todo el teatro solamente para mí. —dijo con una sonrisa, la cual desapareció en un instante. —El director no va a contratar a un docente solo para mi.
—Comprendo... ¿y si fueran más?
— ¿Cómo? —preguntó desconcertada.
—Claro, si fueran como veinte, más o menos, ¿contrataría a un docente?
—Si, pero no somos ni tres. Ya fue, déjalo. Voy a cantar aquí, solita.
—Yo voy a conceguir a esa gente, lo juro. 
Luego de eso, me senté a los pies del piano y Rebecca comenzó a acariciar las teclas del piano, y seguido de eso su voz, potente y dulce. Era una canción hermosa, la misma que me cantaba mi padre y madre antes de irme a dormir. Era tan linda.  
Sentía que era como cuando era pequeño y mis padres me cantaban, por supuesto, mi madre no cantaba tan bien, pero cuando eres pequeño ves a tu madre perfecta. La melodía terminó y su voz se calló, dejando el aula en silencio.
—Nunca en la vida creí que podría escuchar a alguien cantar tan bien. —dije, altamente anonadado. Ella se puso de todos colores lo que provocó que sonría ante su gesto.
—Gracias, pero tú exageras todo. —me dijo riendo, dejando que mis oídos escuchen su risa, pura y fresca.
—Claro que no, desde que te conozco, todo en ti es perfecto. — y al soltar aquello el que se avergonzó fui yo, y ambos nos pusimos colorados. 

1 comentario:

  1. solo malas palabra me viene a la cabeza con el comportamiento de brandom y puras hurras del de nick jajaja yo tambien le hubiera pateado el trasero, la verdad me encantaron todos los ultimos capitulos y he estado tan ocupada que no habia podido comentar, sorry dan! me da muchisima curiosidad toda las parte de farrah porque no se es tan incierta y tan intrigante para mi jaja y pues bueno nick es un macho alfa peleando por su chica, que todavia no es su chica pero igual jajaja me han encantado, tambien te deseo una feliz navidad y un excelente año nuevo ya que probablemente la proxima vez que hablemos ya sea 2014 xd y bueno mis mejores deseos para este nuevo año danna:) muchos besos

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