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viernes, 11 de enero de 2013

Dramma Queen - Capítulo 8


Dramma Queen
Capitulo 8


—¿Cómo te fue en el exámen?
—No lo sé, pero espero que bien. Estudié muchísimo. —comentó la chica, sentándose en un asiento de la plaza.
—Estuviste encerrada en la biblioteca por dos semanas, creo que te fue bien. —dijo sonriéndo el chico, mientras le daba una lata de Coca-Cola.
—Gracias. Eso espero. ¿Y a tí?
—Bueno, yo soy un caso distinto... 
—Pero te ayudé a hacer los resúmenes.
—Lo sé, pero... No se trata de resúmenes solamente, también tengo que estudiar.
—Zayn... ¿Eres tonto?
—No... Soy vago, tu misma me lo dices. 
—Eso no importa, aunque seas el Rey de la Vagancia. Tienes que estudiar, para pasar.
—No te enojes, Emu.
—Cállate, Zayn.
— ¿Vas a ir a al cumpleaños de Carolina? —dijo, cambiando de tema.
— Si, tengo que ir. Aunque sea para darle un beso y un regalo. ¿Y tú?
—Claro... Me invitó, debo ir.
— ¿No será porque te gusta? 
— No, claro que no. Pero... ¿Estás celosa? —inquirió mirando a la castaña, la cual rodó sus castaños ojos.
—Cierra la boca, Zayn. —musitó la chica, pegándole en el hombro.
— ¿Entonces te espero esta noche, princesa? ¿Te paso a buscar? —indagó en tono burlesque, haciendo reír a Emma.
— ¿No sería mucha molestia, príncipe? —inquirió, en el mismo tono que él.
—Claro que no, no problem darling. My pleasure.(No hay problema, querida. Es un placer)
—De acuerdo, gracias. Y ahora... Vamos, las clases están por empezar.
Musitó la chica, mientras ambos se dirigían hacia sus respectivas clases. Al finalizar estas, Zayn fue hasta su suite en el Hotel Alvear Palace, en donde, en la Suite Royal, el señor Morris se encontraba, leyendo unos papeles y acomodándolos en carpetas de diferentes tamaños y colores.
—Su Majestad. Buenas Tardes. —dijo el hombre, parándose de su lugar, y haciendo una reverencia ante él.
—Hola Morris, ¿Cómo va?
—Muy bien, Su exelencia. Pero... Tengo que comunicarle algo.
—Decime, Morris.
—El príncipe Harry de Gales, está alojado hace una semana en el Hotel Hilton, cerca de su universidad.
— ¿Qué hace acá todavía? Si Emma no sabe nada... ¿Puedes averiguarlo, Morris?
—Por supuesto, Su Señoría. Pero... Además, quería preguntarle algo, fuera del protocolo, si usted me lo permite, Príncipe.
—Claro, Morris. Habla.
—Usted... ¿Tiene algún interés en la princesa heredera del trono de Austro-Hungría?
—Emma es una chica facinante, es mi amiga, Morris.
— ¿Y es apta para ser la futura esposa del príncipe heredero?
—No, no lo és. —comentó el chico. —Es demasiado buena para él. —dijo Zayn, para luego ir a su habitación, y echarse sin más sobre el mullido colchón y arroparse en las delicadas sábanas egipcias, mientras cerraba los ojos y a esas horas de la tarde, se disponía a dormir.
Muy lejos del barrio de Recoleta, en el barrio de Tigre presisamente, Emma se encontraba en la Cafetería sirviendo una mesa, y atendiendo a los comensales que estaban llegando, la mayoría de ellos, turistas que iban a visitar el Delta y el Puerto de Frutos.
—Emma... ¿Te puedes quedar a la noche?
—No, señora López, lo siento. Le comenté que era el cumpleaños de mi mejor amiga.
—Claro, linda. No te preocupes. —dijo la mujer, con una sonrisa. —Ya te puedes ir, y mira, ya llegó tu novio. —comentó al mujer, señalándo hacia la puerta de la cafetería, donde Zayn se encontraba vestido con una remera color pastel, un jean oscuro, unas zapatillas oscuras y un saco negro. Su cabello corto negro peinado con gel, y su porte fino y elegante presente, como siempre.
—Él no es mi novio, señora López. Somos solo amigos.
—Entonces eres una tonta Emma, hasta yo me pondría de novia con un chico así. —dijo la mujer, mientras hacía que la castaña se ponga de todos colores.
—Hola, Em.
—Hola, Zayn. ¿Vamos?
—Déja que me vaya a cambiar a mi casa, ¿si? Está a unas cuadras.
—De acuerdo, te llevo. —musitó el chico, mientras se colocaba frente a un aunto deportivo color plateado.
—Tengo transporte. —contestó ella, tomando su bicicleta.
—Te sigo, entonces.—comentó el, mientras Emma empezaba a pedalear a su casa, seguida por un auto de lujo detrás de ella. Al llegar a la recidencia Di Vella, ambos subieron las escaleras hasta llegar allí, y se encontraron con la madre de la muchacha.
—Hola má. 
—Hola cariño. 
—Mamá, él es Zayn, Zayn, ella es Sofía, mi madre.
—Es un placer conocerla, Su Señoría. —dijo el muchacho, mientras se inclinaba ante la mujer, la cual lo observaba sorprendida. —Es un orgullo y un honor conocerla, Señora. 
—Ay, que chico tan educado. El gusto es mío, Zayn.
—Má, me voy a cambiar, sé buena con Zayn.
—Claro, Emmita. Ven querido, vamos a la cocina. —le dijo la mujer, mientras el joven y ella se iban a la cocina y la mujer le ofrecía algo de beber y una porción de pastel.
— ¿Van a la misma clase?
—No, yo voy a la Carrera de Ciencias Políticas.
—Un político, muy interesante. Tienes un nombre raro, y un acento muy particular. —dijo la mujer. —No es un insulto ni nada, lo siento. —se disculpó ya que el chico no dijo nada.
—No, no me ofende, Su Señoría. Eso es porque soy Británico.
— ¿Un inglés? Y pensé que Emma era tonta para elegir novios. —musitó la mujer, haciendo reír al pelinegro.
—Ya estoy. —dijo la chica, bajando con un vestido corto de color rosa viejo sin mangas, un sobretodo beige y zapatos de tacón a composé con un bolso colgado de su antebrazo. Su maquillaje era sobrio y su cabello caía en rulos irregulares por su espalda. { http://www.polyvore.com/its_not_about_brand_its/set?id=49983240 }
—Está perfecta, princesa. —comentó el chico, sonriendo.
—Gracias, Zayn. —dijo ella, sonriendo.
—Estás tan bonita, mi amor. Ahora vayan, pasenla lindo, no beban... O no beban mucho, y pórtense bien.
—No se preocupe, Su Señoría.
—Deja de llamarme así, solo Sofía. 
—Hasta luego, mamá.
—Chau, bonita. —contestó la madre, mientras saludaba con un beso a ambos jóvenes los cuales se dispusieron a ir al cumpleaños de Carolina, la cual, hacía una gran celebración en un salón de fiestas, ya que cumplía sus dieciocho años. 
El salón de fiestas se encontraba muy cerca de la casa de Emma, era un salón de estilo italiano, situado frente al río. Los invitados ya se encontraban allí, no eran tantos como se iba a esperar, por el hecho de que, el salón era de la familia de Carolina, y la fiesta no era tan pomposa como el lugar lo era.
— ¡Feliz Cumpleaños! —gritó Emma, abrazando a Carolina, la cual correspondió el abrazo.
—Gracias, Em. —contestó la chica, besando su mejilla. 
—Toma. —musitó la castaña, dándole a la pelinegra su obsequio.
— ¡Ay, que bonito! Me encanto.
—Me alegro mucho. —dijo la muchacha, mientras la otra estaba observando el peluche que la chica le había regalado, vestido como estaba Carolina en esos momentos.
—Uno más para la colección. —comentó la cumplañera. —Gracias, Em.
—Ahora, el mío. —dijo Zayn, besando la mejilla de la pelinegra y sonriéndo suavemente. —Feliz Cumpleaños, Carolina.
—Gracias, Zayn. —contestó ella, tomando la bolsa blanca que el muchacho le entregaba. En su interior, un bolso de color negro de cuero y una billetera a composé, se encontraban decorados con papel plateado. —Es hermoso.
—Me alegro que te gustara. Mira allí está Ian, voy a saludarlo. Con permiso, señoritas.
—Es precioso... Es ¿Prada? ¡Me regaló un bolso de Prada!
—Vaya, es precioso.
—Es lindo, simpático, rico, atento, y... ¿Para cuando la boda, Emma?
— ¿Qué?
—Es un británico sexy, por favor.
— Te gusta a ti, no a mi.
—Claro que me gusta, a cualquier persona del sexo femenino le gusta.
—Somos amigos.
—Él no te ve así. 
—Claro que si.
—Como digas, Emmi. —dijo Carolina, mientras iban a la mesa y tomaban una copa para entregársela a Emma, y agarraga el bolso que le habían regalado, y lo examinaba de todos lados. —Él mejor regalo.
—Sé que el mío es humilde, pero, no seas mala.
—Es que Emma, jamás en mi vida tuve algo tan caro como esto. —dijo la pelinegra, examinando el producto, y quitándole los papeles.
— ¿Zayn Charles Jonh Richard Nicholas Windsor? ¿Dónde escuché ese nombre antes? —pensó la chica, y en un momento un recuerdo de la pasada noche vino a su mente. "—Si me hubiéras dejado hablar en la habitación de hotel me hubiera presentado. Soy Harry Windsor, el príncipe de Gales. Un placer.
— ¿Gales? 
—Reino Unido Británico."
— ¡Dios mío! 
— ¿Emma? ¿Qué pasó?
— ¿Dónde está Zayn?
— ¿Él? ¿Está por allí? —dijo Carolina, señalando donde el chico se encontraba hablando cómodamente con su compañero de clase.
—Gracias.
—Emma, ¿que a dónde vas? —preguntó la pelinegra, la cual, fue ignorada olímpicamente por la castaña. Esta, a paso rápido, se acercó a los dos jóvenes.
—Disculpa, ¿me lo puedo llevar un segundo?
—Claro. —contestó el chico, mientras Emma tomaba del brazo a Zayn y lo arrastraba a las afueras del salón de fiesta.
—Emma... ¿Qué sucede? —inquirió, cuando ambos se encontraban contra la varanda del río.
— ¿Zayn Windsor?
— ¿Si?
— ¿Hermano del Harry Windsor, príncipe de Gales?
— ¿Qué? ¿De qué hablas Emma?
—Tú... ¡Mentiroso!
— Escúchame, ¿si? Te lo puedo explicar. —dijo el chico de mirada olivacea.
— Me has mentido una vez, lo podrías hacer dos.
—Emma, escúchame. Por favor.
—Tienes un minuto para que me digas exactamente toda la verdad.
—Es verdad, soy el hermano de Harry. Zayn Charles John Richard Nicholas Windsor, príncipe de Edimburgo, y segundo en linea de suceción al trono de Reino Unido y el Norte de Irlanda, así como también, los territorios de Ultramar y los países coronados. —contestó como si de una grabación automática se tratase.
— ¿Por qué me has mentido?
—Porque le mentí a todo el mundo... Nadie sabe quien soy, solo Morris, porque es un empleado de la Casa Real. ¿Te acuerdas lo que te conté? ¿Del por qué dejé Cambridge?
—Así es.
—Bueno, con el que me comparaban todo el tiempo, era con el perfecto Príncipe Harry. El futuro Rey de Inglaterra. Él, mi abuela y mi abuelo, me iban a volver loco. Además, mi abuelo, el príncipe Felipe de Edimburgo, es el rector de la Universidad. ¿Sabes lo irritante que podía llegar a ser?
— ¿Tu abuelo?
—Si, el cual, me detesta desde el día que nací. Pero... más allá de eso. Te mentí porque al principio no confiaba en ti.
— ¿Y ahora? ¿Sigues sin confiar?
—No, claro que si. Confío en ti, Emi. Tu... ¿Cómo te enteraste?
—Tu hermano me atropeyó con el auto.
— ¡¿Qué?! ¡¿Cómo que te atropeyó?!
—Si, fue un accidente...
— ¿Un accidente? ¡¿Es idiota ese chico?! ¡¿Qué le pasa?!
—No te preocupes, él llamó al médico para mi, y dijo que no tenía nada, solo debía cambiar mis vendas una vez al día por dos semanas o tal vez menos.
— ¿El fue el culpable de que te esguinzaras la muñeca?
—Si, pero, fue un accidente. Además, él también me salvó.
—Del daño que el cometió. —contraatacó el chico.
—Pero me ayudó, y punto.—contestó Emma, evitando la parte de los delicuentes que trataron de propasarse con ella. 
—Emma...
—Quiero volver a la fiesta, es el cumpleaños de Carolina, después de todo. Hablamos más tarde de esto.
—Está bien. Y... Lamento no haber sido sincero desde el principio.
—Vamos. —contestó Emma, sin más.



1 comentario:

  1. Hola, soy nueva en tu blog, ya lo sigo porque me gusta mucho, ta trama de la novela me encanta me atrapo y no dejo de leerla, ademas, ahi libros que describiste y me han dado ganas de leerlos, erez muy buena, siguela... besos.

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