Blinking Cute Box Panda

lunes, 7 de enero de 2013

Dramma Queen - Capítulo 6


Dramma Queen

Capitulo 6

—Buenos días... ¿En qué podría ayudarlo?
—Buenos días, estoy buscando a Zayn Windsor.
—Lo lamento, señor. Pero Su Majestad prohíbe que cualquiera que no sea del servicio lo moleste.
—Soy Harry Arthur David Alexander Príncipe de Gales, y quiero ver al Príncipe Zayn de Edimburgo, mi hermano.
—Su Majestad. —musitó el empleado del hotel, haciendo una reverencia. —Claro, ya lo comunico con el príncipe. Su alteza.
—Gracias.
Luego de aquello, el príncipe heredero subió a la Suite Royal, donde absolutamente nadie podía despertar al dormido príncipe de sus sueños, ni siquiera, el mismo Morris.
— ¡Zayn! —gritó el príncipe, levantando de un susto al mencionado, el cual, tenía el pelo revuelto y los ojos entre abiertos.
— ¡Harry! ¿Qué haces aquí?
—Son las seis de la tarde, y usted... ¿Está durmiendo?
—Es que... Ayer estudié hasta super tarde. Estoy cansado, Harry.
—Sea más respetuoso al dirigirse a mi persona, Príncipe.
—Por favor, Hermano. Déjame un descanso, digo... ¿Hace cuanto no me ves? ¿Dos meses? ¿Tres?
—Tres meses y medio, Zayn.
—De acuerdo, bastante. ¿Y me tratas así?
—Mientras yo, y todos los que estamos acá trabajamos por Reino Unido, usted, está de fiesta en Buenos Aires.
—En primera, deja de decirme "usted" porque me estas poniendo de mal humor. Y en segunda, yo estoy estudiando. Ayer estuve estudiando toda la noche. Tengo sueño ahora, así que, deja de gritarme.
— ¿Morris? ¿Podría dejar a Su Alteza y a mi a solas?
—Si, Su Señoría. —dijo el hombre, haciendo una reverencia, y con Milfroyd, salieron de la habitación del menor de los hermanos.
— ¿Dónde está la princesa de Austria?
— ¿Qué? ¿Para qué la quieres?
—Ese no es tu asunto, Zayn. Quiero hablar con ella, y decirle lo que está pasando.
— ¡¿Qué?! ¡No! ¡No! ¡Tu no puedes hacer eso! —gritó parándose de la cama y colocándose al lado del castaño.
—Obsérvame.
—Harry, escúchame... Si le dices todo, vas a arruinar su vida. Ella vive bien, tiene una vida tranquila, normal. Es feliz.
— ¿Qué tanto la conoces?
—Somos amigos, y ella me importa... No la vas a utilizar para tus beneficios.
—No son mis beneficios, son los beneficios del Reino Unido e Irlanda del norte. Son los beneficios de la Familia Real.
—Como sea, no vas a usar a una chica normal y buena, para un fin político.
—Ella no es una chica normal, Zayn. Es una princesa, la princesa de Austro-Hungría. Primera en linea de sucesión al trono.
— ¿Trono? ¿Qué trono? Si Austria todavía es una república. Y ella todavía es una chica normal, con sueños, esperanzas... Si le cuentas todo, todo por lo que está trabajando no valdrá la pena para nada. Se esfuerza mucho para ir a la universidad, para comprar los libros, para todo... No arruines su vida con esto.
— ¿Por qué te procupa tanto la vida de una plebeya?
— Es mi amiga, ya te lo dije.
— No me interesa, Zayn. El trono, la familia real, Reino Unido... Eso me importa, y a ti, como segundo en suceción al trono, debería importarte.
—Quítate de en medio, Harry. —dijo el chico, empujando al príncipe a un costado, y abriendo las puertas de su habitación.
—Morris, sácalos. —musitó Zayn, con enojo.
—Príncipe Zayn, yo no... —dudó el empleado.
—Me voy solo, Morris. Y tú, sé un poco más respetuoso con tus superiores.
— ¿Mi superior? ¡Cierra la maldita boca, Harry! ¡Vete de aquí!
—Me retiro, y... Me alegra que yo sea el príncipe heredero. Porque si fueras tu, Inglaterra iría a la perdición en un día de tu mandato.
— ¡Vete! ¡Ahora!
—Príncipe Heredero. —musitó el mayordomo real, al muchacho cuando salieron de la habitación y se encontraban de camino al hall del lujoso hotel.
— ¿Conceguiste el auto?
—Así es, príncipe, pero...
— Quiero que te encargues de que alguien le hable a la princesa austríaca, y le cuente absolutamente todo.
—La Reina dijo que usted debía decírcelo personalmente, Alteza.
—Usted haga lo que le digo. —dijo Harry, mientras Milfroyd asentía con su cabeza. —Organiza una fiesta en el palacio de Bukingham, con toda la familia real presente, y con los políticos más destacados de Inglaterra. También si vienen monarcas o representantes de otros países estaría bien.
— ¿Para qué sería esto, Su Señoría?
—Para presentar a la futura princesa de Inglaterra.
— Príncipe, creo que...
—Haz lo que te digo, Milfroyd.
—Príncipe Harry, creo que está haciendo esto, con más incapié, solo para molestar a su hermano.
—Claro que no, es solo que...
—Yo voy a organizar absolutamente todo lo que el príncipe heredero quiera, pero... Piénselo antes de anunciar a la princesa ante la sociedad, y las familias reales.
— ¿Dónde está el auto?
—Allí, Majestad. —dijo el hombre, señalando un auto de lujo color negro, aparcado al otro lado de la calle. El muchacho, vestido de traje, elegante y fino, como si hubiera salido de un desfile de modas, caminó hasta el auto, y tomó las llaves que el empleado del hotel le entregaba. Así, el príncipe de Gales, salió de la calle del Hotel Avear Palace.
Condujo por más de una hora alrededor de la ciudad sin un lugar fijo a donde ir, y, cuando estaba bordeando el río, en Puerto Madeor, recibió una llamada.
— Buenos Días, Príncipe Harry.
—Reina, Buenos días.
—Hola, Harry... Necesito hablar contigo, no de Reina a príncipe, si no, de Abuela a Nieto.
—Continúe, por favor.
—Menos seriedad, Harry.
—Continúa, abuela. —dijo el muchacho, costándole un poco pronunciar aquellas palabras.
—Tu hermano me llamó hará una media hora, y... Necesito cumplir su petición.
— ¿Y cual es?
—Que te pida que pienses antes de tomar cualquier desición con respecto a la princesa de Austro-Hungría.
—Abuela, tu misma fuiste la que me pidió que pensara en el matrimonio con la heredera al trono.
—Lo sé, pero solo te pido que tomes las cosas con más calma. No seas brusco con la princesa, solo porque te enfadas con tu hermano.
—Entiendo, Reina lo que me está diciendo, y entiendo también, que solo trata de cumplir otro capricho sin sentido del joven príncipe, como es usual en usted pero... No se preocupe, la desición del casamiento va a ser solo mía.
—No se trata de eso, Harry.
—Siempre es así, Reina. Y ya se comprenderlo, me tomó tiempo, pero sé como funcionan las cosas en nuestra familia. Adiós, Su majestad.
—Adiós, Harry. —contestó la mujer, con la voz apagada. El muchacho, tomó su teléfono y lo arrojó con fuerza al asiento del acompañante, para luego, cuando el semáforo cambió a verde, arrancar con rapidez el vehículo, sin mirar ninguna señal de tránsito, y mientras estaba por la cuarta calle que bordeaba el río, el teléfono del castaño sonó, así que este, se agachó al suelo del piso a alcanzar su celular y cuando lo hubo agarrado, miró su vista al frente, y una persona se encontraba a menos de cuarenta metros de él. El prícipe hizo todo lo que puso para no arrollarla, frenó con todas sus fuerzas y corrió el volante hacia la izquiera para evitarla. La chica, se cayó en el suelo ante el golpe del auto de él.
Harry salió del vehículo para encontrarse con la chica, la cual se encontraba recostada en el suelo con los ojos cerrados y de su ceja salía unas gotas de sangre, cayendo lentamente hasta su mejilla.
— ¿Señorita? ¿Señorita? ¿Me escucha? —preguntó el chico, tratando de despertarla vanamente. —Por dios, no tengo idea del número de emergencias de este país.
— ¿Señorita? ¿Está bien? ¿Señorita? —volvió a preguntar sin respuestas, así que, tomó a la muchacha suavemente en sus hombros y en un movimiento delicado la colocó en el asiento delantero del vehículo, le puso el cinturón de seguridad, y arrancó hasta su la habitación de su hotel, donde el mayordomo Milfroyd lo podría ayudar.
— ¿Milfroyd? ¿Estás en el Hotel?
—Si, su Señoría. ¿Por qué?
—Necesito que llames un médico y que vaya urgente a la Suite.
— ¿Un médico? ¿Está herido, Majestad? —preguntó con un tono de alarma el empleado.
—Yo, no... Solo, has lo que te pido, Milfroyd.
—Si, Alteza.
Al llegar al Hotel Hilton, el príncipe tomó en brazos a la desmayada chica, y la llevó así, hasta el interior del hotel, con las miradas de todos los huéspedes y empleados del hotel clavadas en ambos. El príncipe subió hasta el último piso, donde la Suite King se encontraba y donde se alojaba el muchacho. Allí, el mayordomo Milfroyd se sorprendió al ver al príncipe con la joven en brazos pero sin preguntar, siguió al Majistral hasta la habitación de él, donde colocó a la muchacha de cabellera castaña, la cual seguía inconciente.
— ¿El médico?
—Debe estar por llegar, Majestad.
—Dile que es una emergencia.
—Si, príncipe. —contestó el hombre, llamando por teléfono nuevamente al doctor.
El príncipe se acercó a la muchacha, y le quitó los zapatos, y el bolso que tenía cruzado en su cuerpo. Le corrió el pelo de la cara y se lo enrrolló sobre si mismo.
—Aquí está el médico, alteza.
—Es un placer servirle, Príncipe Harry.
—Buenos días, doctor.
— ¿Es ella? —preguntó el médico, mientras se acercaba a la muchacha.
—Estaba manejando y la golpee. —explicó el chico de cabellera ondulada, mientras el doctor examinaba a la joven, y le levantaba la remera.
— ¿Qué está haciendo?
—Tengo que verificar si ella está bien, su alteza. —contestó el médico, el cual, prosiguió haciendo su examinación. Tomó su portafolio, y limpió las heridas de la chica para después ponerle vendajes en los lugares donde se lastimó. La muñeca la tenía muy raspada, así que se la vendó, luego le puso un vendaje en la parte de la ceja.
—Está inconciente por el golpe, tiene heridas superficiales. Nada grave.
— ¿Por qué no recupera el conocimiento?
—Está shokeada por el golpe y el susto. No se preocupe, majestad. Ella va a estar absolutamente bien. Solo debe descansar, comer bien y limpiar las heridas una vez al día.
—De acuerdo, muchas gracias, doctor.
—De nada, Alteza. —contestó el treintañero, mientras salía de la suite imperial, en compañía del mayordomo. Harry se le acercó lentamente a la muchacha, la cual, mantenía sus ojos cerrados. Fue a buscar una bata, un bol con agua fría y dos toallas. Y con lentitud y suavidad, quitó lentamente la ropa de la muchacha, pasándole la toalla húmeda por su piel descubierta, con los ojos cerrados, tratando de no ver absolutamente nada, le colocó la bata y la arropó en la cama con la máxima suavidad que pudo.
Luego de ello, se quedó allí, sentado al lado de la joven, apoyado contra la mesita de luz, a la espera que la joven abriera los ojos. Y lentamente, el príncipe mismo, comenzó a cerrar lentamente los ojos, mientras caía en un sueño profundo.

2 comentarios:

  1. mmmmmmmmm no puede ser emma porque ya harry la habria reconocido creo pero quizas sea no seeeeee.... jajaaj su proximo flechazo argentino? jajaja ni idea, quiero que se levante y que le diga sus cuatro cosas a harry por no estar pendiente de la carretera y por irresponsable y creido jajaja
    me encantooo el capi piggy de verdad muuuy bueno
    gracias por complacerme y subir jaja
    esto se pone bueno con lo del triangulo no tan amoroso jaja
    no se como harry puede ser tan tosco con eso de su abuela y zayn, no puede hablar normal for once in his life? or whaaaat?
    bueeeeeeno espero que la sigas pronto por que de verdad me encanta danna, me gusta mucho la nove y ahora si que se pone BUENA jaja
    besos linda piggy

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. jalkdjalkdj gracias katty boo! me haces reir, si harry es tan tosco como una piedra, pobre emma! si no te proecupes pronto voy a subir besito (:

      Eliminar