Blinking Cute Box Panda

lunes, 3 de septiembre de 2012


Libro Abierto

Capítulo 23

Anatomía, que materia tan inutil para la vida, dios mío. Pero como a los dieciséis años no puedo decidir que hacer, fui a regañadientes al salón 112. Allí, me encontré con Christina quien besó mi mejilla y comenzó a relatarme todo lo que había hecho el fin de semana, yo como si nada, asentía y la escuchaba, y obviamente, hablaba cuando era el momento adecuado, diciendo: "que bueno", "super divertido" "¿en serio?" y así. Pero luego, me preguntó que había hecho yo, pero simplemente le contesté: estudiando. Gracias a dios, llegó el profesor, quien me sacó del martirio de contarle cosas a Christina, quien era muy amable, pero a la vez muy chusma.
Me senté en el anteúltimo asiento de la clase, y me puse a pensar en todo lo que había hecho este fin de semana.
El sábado, que fue cuando me pasé toda la tarde en la casa de Harry, mi madre conciguió mágicamente el teléfono de su morada, y llamó a Colette, quien le dijo que yo estaba perfectamente bien, y que su hijo estaba convaleciente, por lo que mi madre no pensó "cosas malas", sobre él y yo.
Como me volví a quedar dormida, Harry habló con mi madre y le pidió si me podía quedar a dormir allí, y por lo que sé, ella acepto.
—Buenos días.—dijo Marlon, sonriéndome dulcemente, para luego fijarme en la bandeja de desayuno que llevaba en las manos.
—Emm... Hola, ¿cómo estas? —le pregunté, mientras me sentaba en la cama y me restregaba los ojos.
—Bien, y ¿tú? —indagó, colocando la bandeja sobre los pies de la cama y para luego, sonreírme dulcemente.
—Bien, y em... ¿qué hago acá? —inquirí, sentándome por completo, para luego morder la tostada que se hallaba en el plato, y luego un sorbo del jugo de naranja.
—Te quedaste dormida en la silla del escritorio, junto a la cama de Harry, entonces yo te traje aquí, ya que las habitaciones de huéspedes no estaban preparadas.
— ¿Y tú donde dormiste?—pregunté con temor.
—Aquí.
— ¡Aquí! —grité horrorizada, a lo que él rió abiertamente.
—Tranquila, Ro. Dormí aquí, en el sillón—Dijo, señalando el sofá de color azul, que se encontraba contra la ventana—.
Luego de eso, me levanté, besé su mejilla y me encaminé por el pasillo, y en ese momento me encontré con Louis.
—Hola Lou, ¿cómo estas?
—Perfectamente bien. —dijo el, tomándome de la mano y dirigiéndome a un cuarto. Allí pude ver que era el cuarto de una mujer, ya que el color rosa predominaba en el lugar, el chico, me volvió a tironear de la mano, dejándome frente a dos puertas de su dormitorio, que al abrirlas, allí dentro se encontraba el armario.
El me ingresó al lugar, que era mucho más grande que mi propio cuarto, y empezó a buscar ropa. Agarró un vestido con tiritas de color rojo oscuro, unos zapatos negros de tacón, una camperita cortita que no llegaba ni a la mitad de la espalda, un bolso de color negro igual que todos los accesorios y después, me dijo: "ve allí", y volvió a empujarme hacia un... ¿provador? bueno, eso era lo que parecía.
Me coloqué la ropa, ya que el muchacho, cuando vio que traté de salir me dijo: "si no te pones lo que acabo de darte, vas a pasear desnuda por toda la casa". Así que, como me asustó su amenaza, me coloqué la ropa.
—Estas preciosa, Romance. —me halagó el castaño. —Si que tengo buen gusto... Y cuando mi hermano te vea, me va a deber unas cuantas. —comentó, más para si mismo que para mi. —mientras me colocaba en una silla, y agarraba un cepillo y comenzaba a peinar mi cabello, con una pinza de peinar, hacia bucles en mi cabello y cuando terminó de arreglar este, se dedicó a maquillarme. Probaba distintos tonos de sombra, para luego decidirse por el primero que había tomado.
— ¿Cómo sabes de moda? ¿Maquillaje? ¿Peluquería?
—Hice un curso en París, hará dos años. Y gané como mejor estilista. Lo sé, soy bueno en deportes, en estudio, moda... Soy perfecto. A que te estás arrepintiendo de haber elegido a Harry.
—Oh, cierra la boca. —le dije yo, mientras me reía de la mirada que el puso en el espejo.
Pasaron al rededor de dos horas, cuando dijo: "listo, estas sexy". Y se corrió, dejándome verme a mi misma en el espejo. Debo admitir que verdaderamente no me reconocí, la que se reflejaba en el espejo no era yo, era una versión mucho más, hermosa, modificada de mi misma.
—Vamos, Ro... están todos abajo.
—Louis, me gusta, pero yo no pienso salir así a la calle, así que quítame todo esto, por favor.
—Claro que no, me tomó mucho tiempo y dedicación, sumándole que estas hermosa. Juro que si Harry no fuera mi hermano, las cosas que te haría.—me dijo, frunciendo el ceño, y retándome con la mirada, mientras levantaba sus cejas, haciéndome poner roja como un tomate—. Así que mueve tu trasero, y baja la escalera, ¡Ahora!
Sin decir más, bajé la escalera para no aguantarlo, ya que se estaba poniendo un tanto pesado. Al llegar al último escalón, sentí el brazo de Louis, quien me arrastró, prácticamente al living, donde estaba toda la familia reunida, hasta el herido, quien se encontraba sentado en la silla, tratando de comer, pero el dolor de su cuerpo lo inmovilizaba un poco.
—Romance, vaya estas... Hermosa. —me  halagó Harry, quien se acercaba a mí, y cuando estuvo lo suficientemente cerca, me tomó de la mano y besó mi mejilla.
—Gracias. —dije, con la sangre acumulándose en mis mejillas.
—Es verdad, estas perfecta. —dijo, la resonante voz de Marlon, lo que provocó que mi rostro se vuelva combinable con mi vestido.
—Hola, señores Styles. —dije, saludando a Colette y al padre de Harry: Travis.
—Hola, Romance, es verdad, te encuentras muy bonita. —concordó el padre de familia, a lo que yo sonreí tímidamente.
—Hola, soy Romance, ¿ustedes son...? —me presenté frente a dos niñas de seis o siete años, que eran prácticamente iguales. Ellas me sonrieron y hablaron.
—Yo soy Anette, tengo seis años, y soy mucho más grande que ella.
—Yo soy Lisette, y solamente tenemos nueve minutos de diferencia Anette, no te hagas la grande.—le dijo la pequeña, vestida con un vestidito rosa pastel y zapatos de charol.
—Sea como sea, soy más grande que tú.—le dijo la otra niña, vestida con un vestidito de color rojo claro, los mismos zapatos que Lisette. Ella estaba peinada con dos trenzas, mientras que su hermana con dos colitas.
—Un gusto Anette—dije, besando su mejilla—. Un placer Lisette. —también besando la mejilla de la niñita.
—Un placer señorita Romance—. anunciaron las dos educadamente y a coro.
—Diganme Romance o Ro, como gusten.
—De acuerdo Ro, eres linda...—musitó Lisette.—Se nota que Harry tiene buen gusto.
Después de decir aquello, Anette corrió a la pequeña por toda la casa, dejándome a mi con la cabeza dando vueltas como una calesita.
—Señorita Romero, ¿me puede contestar lo que le acabo de preguntar? —musitó de mala gana el profesor, a lo que yo volví al planeta tierra, dejando mi hermoso día atrás.
—Emm... disculpe profesor, no lo escuché. —le respondí con las mejillas encendidas.
—Un 1, señorita Romance Romero, salga de la clase por favor.
Con un humor de perros, junté mis cosas y salí dando un portazo. No volvería a asistir a esa clase, aunque la tendría que rendir en el verano.
Como todavía quedaba más o menos, una hora de clase, me fui hacia el jardín y me senté en una de las mesas. Saqué mi cuaderno de dibujo, y comencé a dibujar algo sin mucho sentido, una luna alumbrando un libro, y, ya que la luz no le daba, oscureciendo el bosque en el que se encontraba.

2 comentarios:

  1. El capitulo es hermoso >.<
    creo que me eh dado cuenta que subes cap cada 2 dias cierto?
    Jojojo subelos diario Okno :/
    Muchas gracias :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. si trato que sea lo mas rapido posible! asi no las hago esperar tanto, pero a veces se me complica xD gracias por leer & me alegro mucho que te haya gustado! ♥

      Eliminar