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miércoles, 8 de agosto de 2012

Libro Abierto - Capítulo 13


Libro Abierto
Capítulo 13


—Étudiants bonjour. —musitó una mujer de unos treinta y pico de años, cabello rubio y ojos cafés. Su estatura era media y su belleza, algo simple y común. Todos los alumnos contestaron a coro: "enseignant Maya bonjour"
Ella se sentó en el escritorio de los docentes, y comenzó a leer el registro de asistencia y llenar el casillero de su materia, con lo que habíamos, o mejor dicho, íbamos a hacer el día de hoy.
—Bueno, chicos, presten atención. —Pidió la docente en un tono menos formal. —Quiero que se pongan de pie los siguientes alumnos: Julieta Herrera y Romance Romero. 
Con un nudo en la garganta, y las piernas temblándome a más no poder, me dirigí desde el último asiento del aula, hasta el frente, para encontrarme con la profesora. 
—Por favor, quiero que cada una se presente frente a sus compañeros, yo a la señorita Herrera la conozco, la tuve el año pasado, pero a usted no. —dijo, refiriéndose a mi.
—Me llamo Julieta Herrera, tengo diecisiete años, y repetí, por eso estoy acá.
Luego, la docente me miró a mi, para que yo me presentara frente a mis compañeros.
—Hola... Emm... me llamo Romance... Ro... Romero, tengo dieciseis años y me mudé hace poco...—la docente me interrumpió.
— ¿De donde vienes?
—De Las Vegas, Nevada, me mudé porque a mi madre la transfirieron.
—Vaya, mi madre y mi hermana viven allá.
Yo solo le sonreí y con toda la vergüenza de mi alma, me dirigí hasta el último banco, que lo compartía con Harry. Este al verme con la cara colorada como un tomate, comenzó a reírse, sin disimulación alguna, mientras yo me ruborizaba cada vez más. 
— ¿Puedes cortarla? —le pregunté, mientras él me observaba y se mordía el labio inferior.
—Lo siento, es que te vez muy chistosa.
—Ja-ja, de acuerdo, pero ya no lo hagas más.
— ¿Quiere compartir algo con toda la clase, señor Styles? —preguntó Maya, en un tono ácido.
—No profesora, no es nada.
—Ya que tiene tantas ganas de hablar, cúenteme que hizo este verano. 
—Me fui de vacaciones... —la mujer lo interrumpió.
—Estamos en francés, señor Styles, quiero que me hablé en ese idioma.
—Bon, ce que j'ai fait c'est d'aller sur ce voyage de vacances dans ma ville natale, Varsalles, où, avec mes frères et mes parents sont allés visiter les lieux typiques et surtout, revenir à nos racines. Depuis traditions américaines sont très différentes du français.—dijo en un perfecto acento francés, para luego volver a hablar.
—Lo que acabo de decir, es: Lo que hice estas vacaciones fue irme de viaje a mi ciudad natal, Varsalles, donde, con mis hermanos y mis padres fuimos a recorrer los lugares típicos y más que nada, volver a nuestras raices. Ya que las tradiciones norteamericanas se difieren mucho de las francesas. —tradujo, repitiendo su extenso monólogo a la clase, que al igual que yo, estaban sorprendidos por su habla tan fluida.
—Así que, señor Styles, es francés... —empezó a decir la profesora, echando chispas.
—Así es, nací en Varsalles, por eso su clase me es tan irrelebante y sencilla, en aprender algo que ya se desde que tengo un año de edad. 
La docente se quedó callada, y lo miró desafiante para lugo ir a sentarse a su escritorio y proferír cuatro palabras solas: "muy bien, señor Styles"
Después de esa incómoda plática, la mujer nos dió ejercicios de linguística, y algunos apuntes de lo que significaban las palabras. Como la familia, partes de la casa, comida, vegetales, animales y demás. 
— ¿Cómo es eso de que hablas mejor el francés que la profesora?
—Nací en Francia, he hablado muchísimos años más que ella mi idioma, y el que le tendría que enseñar sería yo, pero bueno... La injusticia de la vida.
— ¿Cómo puedes caver en la silla? 
— ¿A qué viene la pregunta? —preguntó sin comprender.
—Claro, como entran tú y tu enorme ego, en un espacio tan reducido.
Él comenzó a reirse con su melodiosa voz, y mi corazón volvío a latir desenfrenadamente. Tendría que dejar de hacer eso, o voy a terminar en el hospital más cercano.
—No es que sea ególatra, si no, que es algo que ya sé hace muchos años— explicó con una sonrisa, a la que yo creí que desfallecía—. Es como si viniera una persona, y te enseñara a caminar, eso tu ya lo sabes... Aunque, —se interrumpió a si mismo— eres muy perspicaz a los accidentes y te caes seguido, así que mejor no tomes ese ejemplo, porque en verdad, necesitarías a alguien que te enseñe de nuevo.
—Ja-ja, que chistoso, Harry.—musité envenenada—. ¿Y quién podría enseñarme a caminar? ¿tú? A no... —comencé, tratando de sonar lo más natural posible. —Mejor que sea Liam, el es más humilde, y no se reiría de mis desgracias... Apuesto, a que sería mejor instructor.
—En primera. —dijo, con el ceño fruncido. A lo que yo reí. —No me río de tus desgracias, te aseguro que no quiero que ni el más mínimo percanse se presente en tu vida. — susurró de una manera tan profunda, que en verdad se lo creí.— Y te digo más, es un golpe bajo, mencionar a Payne en la conversación.
— ¿Por qué el primer amigo qué me hago, te cae tan mal?
—Porque el no es de fiar... —lo interrumpí.
— ¿Y tú si? Digo, porque hace muy poco tiempo que te conozco, y me das más desconfianza tú que él.
—Eres demasiado repetitiva, Romance. —dijo con desgana, pero a la vez una sonrisa se asomó en sus comisuras. —Pero en verdad me importa tu bienestar, más de lo que eres capaz de comprender.
El timbre sonó, finalizando así las clases de francés para que todo el alumnado se retire de las aulas a un descanso merecido. Salí del salón y me encontré con el sonriente de Liam, pero a los segundos, sentí una mano fría posarse en mi cintura, y la sonrisa de Liam se disfuminó. Mis ojos se encontraron con el dueño de esa mano, pero no los necesitaba, sabía perfectamente quien era el que me estaba tomando y supe perfectamente el porqué de su accionar.
—Emm.. Hola Ro, pasaba para saludarte pero, emmm.... —decía, muy nervioso, pero la mirada asesina que le dirigía a Harry, no se iba.— pero veo que estas ocupada con... él, así que me voy, adiós. 
Luego de decir eso, salió caminando rápidamente por el pasillo, y yo me quedé mirando como su figura desaparecía. 
— ¿Por qué hiciste eso? —pregunté molesta, soltándome de su agarre, y cruzándome de brazos.
— ¿Hacer qué? —indagó, haciéndose el desentendido.
—Eres muy inteligente para unas cosas y muy torpe para otras, así que no te hagas el desentendido.
—Ya te lo he dicho, no lo quiero cerca de ti, y esta fue la forma más sutil de demostrarselo.
—En primera, —dije con la sangre hirbiendo debajo de mi piel.— no soy un trofeo o una cosa, y mucho menos, tienes derecho a decidir mis amistades, con quién debo juntarme y con quién no. —en ese momento, sentí la presencia de alguién observandonos, y de soslayo pude ver a tres personas mirándonos detenidamente.
—Y en segundo lugar, —continué sin importarme la presencia de Louis, Lander y Marlon.— no te metas en mi vida. 
Luego de pelearme tan fuertemente con él, me di media vuelta y salí hechando chispas del lugar, sintiendo la mirada fija de Harry en mi espalda.


4 comentarios:

  1. No! me dejaste con la duda! porfavor síguela, me encanta, lejos la mejor novela que he leído <3

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    1. aww muchisimas gracias linda! & si, aunque tarde un poquito, no te preocupes que siempre la voy a seguir"! :3 besito ♥

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  2. dios amo tu novela, que va las amo todos eres una gran escritora

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