Blinking Cute Box Panda

martes, 21 de agosto de 2012


Libro Abierto
Capítulo 18

—Buenos días, chico misterio. —saludé, besando su mejilla.
—Buenos días, chica feminista. —contestó, con el mismo sarcasmo, a lo que yo reí.
— ¿Cómo amaneciste? —preguntó, jugando con los dedos de mi mano izquierda.
—Excelente, y me dormí muy rápido.
—Un hechizo, solamente eso.
— ¿Hechizo? 
—Exacto, hechizo del sueño. En la mitología griega, había un dios que lo hacía: Morfeo.
—Lo sé, pero era un ¿hechizo? ¿No era un don divino, o algo?
—Emmm... No, un hechizo divino, pero hechizo al fin.
Antes de que yo pudiera contestar algo, el timbre sonó, llevándome así a la clase de geografía, y mi acompañante era Harry. Mientras caminábamos por los poblados pasillos del Truman Collage, las miradas se posaban en nosotros, y acto seguido, todos cuchicheando, sobre ambos obviamente. 
—Solamente ignóralos, Romance. —pidió Harry, mientras yo aniquilaba a una muchacha con la mirada.
—Es imposible, cuando sabes que estan hablando de ti, y lo hacen sin ninguna disimulación posible.
—Lo sé, pero no las tomes en cuenta, solo importa lo que pensamos y digamos tú y yo. —Al decir eso, mi corazón dió un vuelco, y la sangre se acumuló en mis mejillas.
Luego de eso, él abrió la puerta del salón, y me hizo pasar a mi primera, como todo un caballero. Nos sentamos en el último banco a la izquierda, el contra la pared y yo sobre el pasillo. Así, todos los alumnos que comenzaban a llegar, se instalaban cada uno en sus respectivos bancos. Pasaron al rededor de unos cinco minutos, cuando el profesor Moreira hizo acto de presencia en el salón, y todos los alumnos hicimos un completo silencio.
—Buenos días alumnos—y todos contestamos a su saludo—. Les quiero informar, antes que comience la clase, las dos fechas de evaluación.—en ese momento todos nos quejamos, el clásico: "uhhhhhhhhh"—. Por favor, chicos, el días dieciséis de septiembre va a haber una prueba oral, en la que tendrán que pasar al frente y ubicar en el mapa, latitud, longitud, hemisferio y donde se encuentra el país con respecto al meridiano de Greenwich, su huso orario, relieve, bioma, clima y la capital del país. 
»En total tienen que estudiar treinta y dos países, para ambas evaluaciones, ya que el veintitrés tienen la prueva escrita de estos países. Así que estudien ya que en estas dos evaluaciones va el ocehta por ciento de su calificación en el trimestre.
Lo que restó de las dos horas comenzamos a hacer un resumen de lo que teníamos que estudiar para el viernes que viene, y presentarle nuestras dudas al docente. Así, la hora se pasó volando, y en este momento el timbre sonó, dándo por finalizada la tediosa clase de geografía. 
—No entiendo absolutamente nada.—Dije rendida, arrogando el libro de geografía casi al otro lado de la mesa.
—Bueno, pero no te descargues con el pobre libro, él no tiene la culpa.
—Sí que la tiene—dije como una niña pequeña.
—A ver, ¿qué es lo que no entiendes? —preguntó, sentándose a mi lado, y tomando el libro con la mano derecha, y la izquierda la pasó por detrás de mi cuello y así tomar el libro.
—No... entiendo... emm—dije tartamudeando, ya que la cercanía entre ambos era demasiada.—No entiendo latitud y longitud, y me confundo en los biomas y relieves.
—Eso es sencillo, el mapa es un gran machete, ya que si te olvidas tienes los puntos cardinales, en el este y oeste... —Y así comenzó la larga explicación, en la que nos tomó todo este recreo y el receso. Pobre Harry, le saqué su tiempo de relajación por mi ignorancia geográfica. 
Después del agotador día clases, dejé mis cosas en el locker y me dirigí a la clase de arte, donde mis compañeros: Lucy, Rick, Paul, Jessica y Zac, con quines compartía algunas clases, ya se encontraban en la sala de arte. Esos eran los cinco chicos con los que había entablado conversación, ya que con el resto ni el nombre sabía. Supuestamente la profesora, lo que nos dijo la clase pasada, es que hay dos alumnos más, pero que por problemas familiares, no se pudieron integrar al club de arte, todavía. 
Así que entré al salón y me senté junto con Lucy, y a mi izquierda se hallaba Zac. La profesora Castañeda hizo acto de presencia y se colocó frente a todos los estudiantes.
—Buenas tardes chicos, hoy vamos a planear con que clase de estilos pictóricos vamos a trabajar por los próximos tres meses, hasta que el club de teatro necesite de nosotros para la escenografía y además... —No logró continuar, ya que la puerta se abrió de par en par y dejó ver a dos muchachos. 
—Disculpe profesora por la tardanza, es que estábamos hablando con el profesor de italiano.
—No te preocupes Harry, pasen, sientense. 
Mis ojos se salen de sus cuencas al verlo. Se sentó junto con su hermano, si no me equivoco Marlon, detrás de mi. Los nervios se apoderaron de mi, cuando la mirada del robusto chico de cabello castaño se posó sobre mi persona. Sus ojos me registrarón como si fuera un objeto, o como un apresiador del arte, observa a una pintura.
—Cómo decia—continuó la profesora, sacándome de mi mundo de ensueños—. Tenemos que elegir que estilos de arte vamos a hacer por los próximos tres meses, como máximo pueden ser cuatro.
—El realismo, sin duda es el mejor.—musitó su dulce y grave voz, sin que nadie en el recinto pueda dejar de captar la maravila de sus cuerdas vocales.
—De acuerdo.—Dijo la profesora, escribiendo lo que el muchacho había dicho en la pizarra. — ¿Qué más?
—El surrealismo, por supuesto, muestra el ingenio y la perspicacia del ser humano en todas las formas. —contesté a la docente, mientras ella escribía como segundo hítem lo que yo le había dicho.
—Creo que tocar dos estilos tan diversos entre ellos, es algo demasiado complejo para esta altura del año, ¿no le parece profesora Castañeda?
—En un punto tienes razón Harry, así que mejor entre estos dos, hagamos votación y el que gane, se elegiran estilos parecidos entre el ganador.—Comentó la docente—Levanten la mano, los que eligen el realismo.
Y sin duda, como se dice bulgarmente: perdí por goleada. Siete manos levantaron a favor del realismo, dejándome ver una sonrisa de satifacción en el rostro de Harry. Pero cuando voltié a verlo, vi que su hermano mayor, no había levantado la mano. Este me sonrió dulcemente, a lo que yo correspondí con una sonrisa tímida y ruborizandome por completo.



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