Blinking Cute Box Panda

sábado, 18 de agosto de 2012


Libro Abierto

Capítulo 16

—A ver, a ver—dije, pidiéndome a mi misma que me calmara—. ¿Cuidarme de qué?
—No puedo decírtelo, pero tengo que protejerte.
—Dime Harry, porque comienzo a gritar y llamó a la policia—amenacé, y en vez de ver miedo en sus ojos, pude ver como me recorría con la mirada, de arriba a bajo.
—Sé que nunca harías eso, ¿me meterías preso?—preguntó, acercándose a mi, y mientras él se acercaba, yo retrocedía.
—Si, si no me dices de que me tienes que protejer.—contesté, con mis ojos llendo de los suyos, a su boca, y a sus manos, y repitiendo el mismo recorrido una y otra vez.
—De los humanos, ellos pueden ser realmente dañinos, lastimando a los de su misma especie, sin importarles nada, con tal de lograr su objetivo.
— ¿Humanos? Hablas como si fueras qué, ¿un extraterrestre? —dije, riéndome ante su manera de hablar.
—Claro que no, es un manera de decir, te protejo—trató de explicarse, y se volvió a acercar peligrosamente a mí, mientras mi corazón despegaba a 180—. No quiero que nada te pase, y además... Chicago es una de las ciudades más pobladas del mundo, llena de delicuentes y psicópatas...—lo interrumpí.
—Si, como tú.
—No soy un psicópata, solo me preocupo por tu bienestar, no quiero que absolutamente nada te suceda.—Murmuró, colocándo su mano en mi cintura.
— ¿Y... por qué te preocupa... mi seguridad? —¡Perfecto! además de ser media torpe, cosa que él ya se percató, y que me pone nerviosa a más no poder, tartamudeo.
—Porque me importas, y te lo he demostrado de mil maneras... Pero claro, a ti solo te importa el idiota de Payne.
—Otra vez con Liam, además no me toques ni me hables—dije quitando su mano de mi cintura, y sentándome en la cama—. Te comportaste muy feo hoy, y la verdad no quiero hablar contigo.
—Lo lamento mucho, Ro. Pero... él no es buena compañía—Masculló, arrodillándose frente mío y tomándome de la mano—. Y, o sea, no es por celos ni por el hecho que me es desagradable de sobremanera, si no, que él no es de fiar, no es confiable.
—Él no entra a mi cuarto, en un noveno piso, como un enfermo.—defendí a Liam, sacando mi mano, de debajo de la suya.
—De acuerdo, te concedo eso—aceptó, volviendo a tomar mi mano, y poder volver a sentir sus glaciares dedos hacer figuras abstactas sobre la mía—. Pero de verdad, si tu solamente, me harías caso, y no me harías las cosas tan complejas como me las haces, esto sería más fácil...
— ¿Hacerte caso? No eres mi padre. —mascullé, con un tono ácido.
—Gracias a dios, no lo soy—concordó, rozando su mano con la piel de mi brazo, y lo que provocaba era que mi piel se erizara ante tal contacto—. Pero si te quiero mucho, y tú no estas capacitada para ver los peligros que te rodean, peligros que se esconden detrás de una linda forma, el lobo se esconde en la piel del cordero.
— ¿Así eres tú? —indagué, mirándolo fijamente a los ojos.
—Debo admitir, que así es. —aceptó triste, y volvió a hacer el recorrido, de mi mejilla a mi clavicula, de allí, recorriendo mi cuello con sus gélidos dedos, para después encontrarse con la piel de mi hombro, mi brazo, mi ante brazo y por último, posar su mano en la mía.
—Lamentablemente, soy un lobo y tú un cordero indefenso, pero este lobo, es, de alguna manera, un lobo redimido.
— ¿Redimido? —inquirí, sin comprender.
—Si, redimido, él en algún momento fue un cordero, pero las circunstancias de la vida, lo transformaron en lobo, pero ahora, después de que conoció a una de las corderitas más hermosas del prado—dijo eso, y yo me pusé de un rojo carmesí, a lo que él sonrió y besó mi mano—. Quiere tratar de volver a ser un cordero, y dejar sus tiempos de lobo atrás.
—A ver, lobo,—al decir eso, me sonrió de costado—yo no creo que seas malo, pero necesito que seas un poco más liberal... ¿entiendes?
—Eso, traducido al español, sería: puedo venir a "acosarte"—hizo un gesto de comillas con sus dedos—, protejerte de cualquier daño y demás.
—Eso, traducido al español, sería: puedes venir siempre, pero con la condición de que te hagas avisar, y que yo no me muera de un infarto, porque alguien está en mi balcón. —expliqué, mientras el colocaba su mano derecha en mi cintura y su mano izquierda en mi mano—. Y también, puedes protejerme y demás, si quieres y te quieres hacer el spiderman, todo bien.
—No soy un superheroe.
—Déjame con la fantasiía que soy Mary Jane, y viene spiderman todo sexy, y me rescata.
—Tú eres mucho más hermosa que ella y Peter Parker no es sexy.—anunció, tocando mis mejillas, que estaban ardiendo ante su halago.
—Claro que lo es, pero ese no es el punto, el punto es que... —dije, para luego pensar algo que me había dado vueltas la cabeza desde qué lo vi.— ¿Cómo has llegado, sin escalera ni nada, al noveno piso?
Y su cara se transfiguró, solo hay una palabra para mi pregunta, una que definía su situación. ¡ATRAPADO!

2 comentarios:

  1. Debes seguirla!!
    estoy muriendo por saber que le dirá

    ResponderEliminar
  2. Síguela! Me encanta! Gracias por subir capítulos más seguido<3 :)

    ResponderEliminar