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domingo, 21 de julio de 2013

El precio de la elegancia - Capítulo 21



El precio de la elegancia
 Capítulo 21


Me encantó la obra, ya la había visto como musical en Nueva York, pero... Fue diferente en francés. —comenta ella, mientras ambos comienzan a caminar calmadamente por el Puente Nuevo de París, el cual atravieza el río Sena, la noche cayó sobre la enamorada ciudad europea, al igual que el frío azotaba ligeramente a los habitanes de la misma.
¿Cuándo aprendiste a hablar francés?
Ya te dije que viví una temporada aquí, y por conciguiente aprendí a hablar francés, al igual que chino y japonés..
¿Chino y japones?
Vivimos un tiempo en Hong Kong, ya que papá quería expandir la empresa al mercado asiático, y bueno, vivimos dos años allí.
¿Y cómo fue?
Dificil. Tenía once años, y se me hizo muy complicado aprender el idioma, además, papá quería que nos sociabilizáramos con el país, para quedar bien frente a las cámaras, y me mandaba a un colegio donde la lengua primaria era el chino.
¿Y lo aprendiste bien?
En Hong Kong hablan el chino tradicional, no el simplificado como en toda China, lo que se me hizo mucho más difícil, pero, cuando ya hubo pasado un año, hablaba bastante bien, y cuando me fui de allí, mi chino era muy fluído.
¿Y Japonés?
Luego de irnos de China, volvimos a París, y estuvimos unos nueve meses, para luego irnos a Nueva York, ya que las tiendas Rockefeller no andaban del todo bien, cuando la crisis pasó, luego de un año y medio, papá hizo un negocio con una petrolera japonesa y fuimos allí a vivir, fue cuando me di cuenta lo sola que estaba y Holly vino a vivir conmigo.
¿Se fue a Japón?
Así es. Holly es huérfana, solo tiene a su abuelo y a su hermano, y como sabía su abuelo la relación que ambas tenemos la dejó venir con nosotros.
¿Y cuanto tiempo estuviste en Japón?
Tres años. —contesta ella, con una sonrisa. —Japón llegó a gustarme mucho, los centros comerciales, la cultura y por sobre todo la ciudad de Tokio. Pero, extrañaba Nueva York, y también París.
Veo que como yo también te mudaste mucho de niña.
Nueva York, París, Londres, Roma, Berlín, Seúl, Río de Janeiro, Tokio y Hong Kong.
Vaya, ¿también viviste en Seúl y Río?
Así es, también se hablar un poco de portugués y coreano, pero no se me da tan bien ya que no viví tanto tiempo allí.
Yo solamente recorrí todo Estados Unidos, creo que he vivido en todos los estados. Y obviamente en París.
¿Y naciste en...?
París. Pero, fui a vivir a Las Vegas en cuanto cumplí los tres meses.
¿El estado o ciudad que más te gustó?
Nueva York. —contesta el muchacho con una sonrisa. —Tenía quince cuando volví, ya que a los cuatro años uno no tiene muchas memorias, así que cuando volví me sentí como en casa. Fue raro, pero, me hice amigos rápido, me gustó mi escuela y mi casa. La pasé muy bien mi año allí.
¿Y luego dónde fuiste?
Wisconsin. Era una ciudad tranquila a la que fui, la capital, pero no dejaba de ser un pueblito pequeño. Todo el mundo se conocía con todo el mundo, así que, imaginate, a cualquier lado que iba yo era "el nuevo".
Debió ser duro.
Un poco, pero, mi mamá era feliz y si ella lo era, yo también.
¿Y cuándo venías a París?
En las vacaciones, de verano e invierno tenía que venir, o mi padre podía quitarle la tenencia a mi mamá, así que por eso, yo pasaba todas las vacaciones aquí.
¿Y te gustaba? Yo adoro París...
La ciudad si, era hermosa. Es hermosa, pero... Estaba todo el día solo. Mi padre trabajaba y me dejaba con mi tía y mi primo, o con los empleados de la casa. Así que, siempre preferí volver a Estados Unidos con mi madre.
La quieres mucho. —comenta ella, mirando como con suavidad el río se mecía contra las costas.
Es la persona más importante de mi vida.
Te envidio. —suelta ella, con una sonrisa en sus labios. —Poder decir eso de tu madre, debe ser... Fabuloso.
¿Cómo es la relación con tu madre?
¿Horrible? —pregunta ella, con una risa irónica. —El problema es ese, no hay relación. Ni buena, ni mala. Ella es tan fría y distante. Es más como una asesora de imagen y protocolo.
¿Imagen y protocolo? Creo que te has creído bastante eso de que eres una princesa.
No te estoy mintiendo. —le dice ella, con una risa seca. —Ahora no, pero hasta el último año de secundaria, fui a clases de etiqueta y protocolo. En Japón, tenía que ir a estudiar a la casa de té, y así en todo... Para mi madre la imagen ante todo.
Debe ser... Cansador.
Es estresante. —admite la muchacha, bajando las escaleritas del puente. —Pero, lo acepto, ya que, en el fondo, yo también quiero que todo el mundo me vea perfecta. Es por eso que la escucho y hago lo que me dice.
Creo que más importante que ser perfecta, es ser feliz. —le dice él, con una sonrisa. —Para las personas que te aman, siempre vas a ser perfecta.
Ese es el problema. —comenta ella, con una sonrisa. —Amarme... ¿Quién me ama? La única persona que puedo apostar que me ama es Holly, y Vladimir, mi empleado. ¿Triste, verdad? Que mi empleado me quiera más que mis padres.
Yo te quiero. —asegura él, haciendo que ella detenga su paso. Quedando estática en el suelo.
Tengo que ir a casa, estuve fuera todo el día. Vamos. —le dice ella, caminando hacia donde habían dejado aparcado el auto, él, con una sonrisa, la sigue, recordando la cara de desconcierto de ella momentos antes.

2 comentarios:

  1. awwww!!! "yo te quiero" ahhhh quiero un jason que me diga que me quiere.. ajajaja
    me encanto como beth se va ""liberando" (?) de las cosas que no le agradan mucho... jason no esta en esa lista. ajajaj
    espero el proximo cap. quiero sabes que va a hacer jason ahora para conquistarla.. ahhh!!
    jaja besososo ♥

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  2. gracias soffi por siempre comentar, sos una dulzura! y ahhhh me olvide de pasarme por tu blog :| ahora sin falta me paso, lo prometo. Besito, linda! danna :3

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