ANTES QUE NADA!
Quiero contarles (? na, posta xD Que estoy haciendo la 2da temporada de Dramma Queen, pero no una historia a parte, si no que con los personajes de siempre Harry & Emma :3 voy escribiendo el cuarto capítulo, así que voy a tardar un poco en subirla, pero prometo que para cuando termine El precio de la elegancia, seguramente, subiré la segunda temporada. Y ahora si, el capítullo de hoy...
Dramma Queen
Capítulo 48
— ¿Cómo
te encuentras?
—Estoy
bien, tranquilo. No me maltratan ni nada por el estilo. —dice ella,
sentándose en su cama, luego de ser internada en el
hospital.
—Lo
sé, pero es raro que no estés en el castillo.
—Sé
que me extrañas, pero decimúlalo un poco. —comenta ella, con una
sonrisa, haciendo que el príncipe imitara su actuar.
— ¿De
verdad estás bien, aquí?
—Claro
que si. Además, voy a cada rato al piso de abajo, donde están todos
los niños, y me quedo horas jugando con Abby, Molly, Kendall,
Robert, y los demás chiquitos. Encima, voy siempre a la habitación
de Persia, y hasta puedo hacerlo dormir.
—Parece
que estás más feliz aquí que en el palacio. —comenta él, un
poco dolido por esa conclución.
—Puede
ser. Aquí me necesitan, en cambio en el palacio...
—Yo
te necesito. —le dice él, cortando su hablar, haciendo que ella
sonría con un poco de timidez.
—Pero Percy me necesita más. Está muy delicado y...
— ¿Y?
—Harry...
¿Qué pasa si yo hice algo muy, muy, muy malo? —pregunta ella,
mordiéndose el labio inferior.
— ¿Qué
has hecho, Emma? —le pregunta él, con un suspiro, haciendo que
ella, suelte el aire todo junto, para retomar oxígeno, juntando con
él valor, para decirle lo que sucedió la noche pasada. Ayer, cuando
estaba recostando a Persia como las otras noches, el niño le dijo algo
que la descolocó por completo:
—Ojalá
tu fueras mi mamá, Emma. —y al decir aquello, la sangre a la
castaña se le heló.
— ¿Te
tuve a los trece años? —pregunta ella, con una sonrisa.
—Tu
siempre nos cuentas la historia de Peter Pan, y dices que le pidamos
un deseo a la segunda estrella a la derecha, donde está Nunca Jamás.
Pero no todos los deseos se cumplen.
—Claro
que si. Todos los deseos pueden cumplirse.
—Yo
deseo que tu seas mi mamá.
—Persia...
—Ves.
Ese deseo no puede cumplirse. —dice el, con lágrimas en los ojos,
haciendo que a ella se le aprete el corazón en un puño.
—Es
verdad, no puede cumplirse... Porque estás en el hospital. —le
explica ella, sonriéndole abiertamente, y quitando las lágrimas de
las mejillas del pequeño. —Pero, cuando estés fuera del hospital,
y estés sanito, ese deseo puede cumplirse.
— ¿Si
yo me curo, vas a ser mi mamá? —le pregunta, con inocencia, el
infante.
—Si
tu te curas, te prometo que voy a ser tu mamá. —contesta ella, con
una sonrisa, abrazándolo fuertemente.
— ¡¿Estás
completamente loca, Emma?! —le grita Harry, luego de que ella le
relatara lo sucedido. — ¡¿Cómo has podido prometerle algo así
al niño?!
—Es
que, tu no estabas cuando me lo dijo... Estaba tan triste, Harry.
—No
importa cuán triste estaba. No importa si era el niño más triste
de este planeta... ¡No puedes decirle algo así! ¡No puedes
prometer algo que jamás va a ocurrir!
— ¿Por
qué no? Es legal adoptar a un niño huérfano.
—Oh
por dios, eso es peor que segundos atrás. —suelta él,
impresionado ante las palabras de ella. — ¿Estás pensando
seriamente en adoptarlo? ¿Has perdido todo juicio?
— ¿Por
qué no podría adoptarlo?
— ¿Por
qué ese niño necesita un padre?
—Estamos
casados...
—Eres
increíble. —comenta él, cerrando los ojos, ante la frustración.—
Solo la familia real tiene permitido vivir en el palacio. ¿Dónde
piensas que va a vivir si lo adoptas?
—Él
sería parte de la familia real.
—Claro
que no, jamás va a ser un príncipe.
—Si
sería un príncipe, no podría acceder al trono de Rey, pero si
sería príncipe, porque no importa si es un hijo adoptivo, o
biológico, es un hijo al fin.
—Emma.
Escúchame bien, lo que te voy a decir. —le dice Harry, tomando
ambas manos de Emma, y mirándola fijamente. —No podemos adoptar un
niño. Ni ahora, ni después, ni nunca. Te prometo que en un futuro
vamos a tener hijos, por supuesto. Pero en el método convencional,
donde la realeza lleva a cabo su decendencia real.
—Eres
un idiota, Harry. —le dice ella, sontándose del agarre de él.
—Persia está muriendo, y él no pide grandes cosas, lo único que
pide es una mamá. Yo lo entiendo, porque yo no la tuve, y Sofía
ocupó ese lugar, y me hizo saber lo que es tener una madre. Pero tu,
que no tuviste a tu mamá, deberías entender más a Persia, y no ser
tan frío como siempre. —y luego de decir aquello, sale de la
habitación.
*
* *
Luego
de dos semanas en el hospital, siendo vista por psicólogos, médicos,
psiquiatras y nutricionistas, Emma fue dada de alta preventiva, solo
por el acontecimiento político que iba a realizarse. En esas dos
semanas, la princesa no volvió a hablar con su marido, luego de lo
sucedido en la clínica, su disputa por la adopción de Persia. Emma
no podía creer que él, que se había criado solamente con niñeras
e intitutríces, y con el poco amor de una abuela, no pudiera
comprender a Percy, y su deseo y necesidad de tener una mamá.
Pero
allí estaba ella, con un vestido largo hasta por arriba de la
rodilla color rosa viejo, una cartera de mano del mismo color al
igual que las sandalias de tacón y un blazer blanco, apareciendo en
la cena, del brazo del príncipe Harry. {
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—Tranquila,
todo va a estar bien. —comentó Harry, ya que la mano de Emma se
ceñía en el brazo de él.
— ¿Y
tu abuela?
—Ella
está en Austro-Hungría, quería tener una discución con el
príncipe Karl. Tal vez a ella, la tome mucho más encerio que a
nosotros. La reina da un poco de miedo. —comentó con una sonrisa
Harry, haciendo soltar otra a la castaña.
—Es
un gusto poder verla esta noche, Sra. Presidente. —dijo el príncipe
Harry, mientras la mujer, hacía una leve inclinación hacia el
muchacho, y luego, saludaba a Emma. —Por favor, siéntense. —pidió
el castaño, haciendo que la presidente, junto con el vice, el
presidente del congreso, y la canciller de Argentina en Londres,
tomaran aciento.
—Espero
que disfruten de la cena. —comentó el muchacho, en su típico tono
educado.
La
mayoría de las conversaciones las llevó a cabo Harry, para con la
presidente, con el vice, y la canciller, dejando de lado a Emma en
todo momento, la cual agradeció en silencio, el que la evite en toda
la charla. Pero, cuando terminaron de debatir un problema con el
Mercosur y la Unión Europea, la mirada de la presidente se posó en
Emma, la cual, como Allison le había enseñado, le sostuvo la
mirada.
— Me
enteré que la princesa originalmente es nacida en Argentina, aunque
claro, ahora posee dos nacionalidades más.
—Así
es, nací en Buenos Aires. —contesta ella, con una sonrisa.
—Entonces,
princesa, ¿usted qué respuesta me daría al complejo problema de la
soberanía? —preguntó la mujer, dándose cuenta de quién era el
"débil" en la pareja.
—Yo,
bueno... Yo creo que...
—Emma.
No es momento para ponerse partidario de nadie. La soberanía es
plenamente del Reino de Gran Bretaña.
—Esa
es la opinió del príncipe, quisiera escuchar la de la princesa.
—volvió a insistir la mujer, haciendo que el nerviosismo en Emma
se incremente a cien.
—Es
que, yo... —dijo Emma, mirando de reojo a Harry, el cual, la miró
con una sonrisa apretada.
—Dígalo,
por favor, princesa. —le pidió el primer ministro, Cameron. El
cual estaba sentado al lado del canciller de Inglaterra, y, al lado
el vice ministro. Junto con los representantes del parlamento.
—Creo
que...
—Emma.
Piensa claramente lo que le vas a contestar a la presidente, por
favor. —le pidió Harry, con una mirada intensa.
—Lo
sé, pero... No puedo mentirle, y menos, a mi misma. Lo que yo creo,
es que la soberanía debería ser de la Argentina, y que Inglaterra tendría que devolver las tierras de las Islas Malvinas. —dijo Emma, mirando
hacia su plato, para luego posar la mirada en Harry, el cual,
suspiró, cerrando los ojos con frustración.
—Si
la propia princesa del país cree eso...
—Es
solo la opinión de un miembro de la realeza, no de todos. Y, la
realeza, es solo una parte del poder administrativo de Gran Bretaña,
el Parlamento tiene una opinión igualitaria, y es que las islas,
pertenecen a Gran Bretaña, al igual que la Soberana, y el príncipe
heredero.
—Pero
la princesa heredera, no opina igual. ¿Verdad, Su Alteza?
—preguntó nuevamente la presidente, enfocando la vista en Emma.
—No,
yo ya dije mi opinión. —dijo Emma, sin cambiar su postura.
—Creo
que esto deberíamos hablarlo más profundamente, con la Reina, y con
el primer ministro, además de con los príncipes herederos,
claramente.
—La
postura de Gran Bretaña, no ha cambiado.
—La
postura de Argentina, tampoco. Pero, al parecer, tenemos un aliado de
Gran Bretaña. —dijo la mujer, parándose, seguida de todos los
comensales argentinos, saludando con respeto a la realeza, y a los
miembros del parlamento, para luego, retirarse.
—Con
permiso. —dijo Harry, parándose de la mano con Emma, y saliendo de
la gran sala del palacio de Buckinham.
—Sé
que estas enojado... Lo siento. —dijo Emma, bajando la mirada.
—Eres
un tonta, Emma. Una tonta, bocaza de buen corazón que... ¿No puedes
mentir bien una vez? Eres tonta, muy tonta. —dice Harry, tomándola
de la mano, con una sonrisa.
—No
pareces muy enojado.
—Sabía
que esto iba a pasar.
— ¿Lo
sabías? ¿Y no lo evitastes? —indaga alarmada, la chica.
—Era
obvio que la presidente iba a darse cuenta, que la fragil entre los
miembros de Gran Bretaña, eras tu. Y que tu, obviamente, ibas a ser
tan tontita de decirle lo que en verdad pensabas.
— Y
lo dices así, tan liberal. ¿por qué no lo evitaste?
— ¿Ahora
es mi culpa?
—No,
es mía. Pero también es tuya por negligente.
—Mírala...
Trata de tirarme a mí, los problemas. —comentó él, con un
fruncimiento de ceño, para luego, ser remplazado por una sonrisa.
—Hace
frío. —comentó Emma, ya que estaban caminando hacia la salida.
—No
seas quejosa. Ya pareces una abuelita.
— ¡Ey!
—dijo ella, mientras salían del palacio, rumbo a los jardines
extensos del maravilloso lugar. Los pastos estaban recién cortados,
y las estrellas brillaban con fulgor en el firmamento.
—Toma.
—comentó él, colocándole su saco, en los hombros de ella, y
estrechándola a su vez. —No quiero que se enferme, abuela.
— ¡Tu
eres más viejo que yo!
— ¡Más
respeto a tus mayores, niña! —comentó él, mientras seguían
caminando, hasta llegar a uno de los bancos del camino de rosas del
palacio.
—Que
bonita noche. —susurra Emma, observando el cielo.
—Tu
estas bonita esta noche. —musita Harry, con una sonrisa, mientras
la abrazaba por la cintura.
— ¿Ahora
eres dulce?
—Siempre
lo fui.
—Oh,
claro... Fea, horrorosa, y demás cosas me has dicho.
—Dije
que esta noche estas bonita, cuando te habré dicho eso, tal vez no
lo estabas.
— ¡Harry!
—lo regaña ella, con el ceño fruncido, haciendo que él se riera.
—Es
broma, es broma.
—No
puedo creer que volví al palacio, ya lo hechaba de menos. —comenta
ella, con una sonrisa, mirando a su alrededor.
—Él
te habrá echado de menos a ti también. Es aburrido estar aquí.
Emma... Con respecto a lo de la otra vez...
—Harry.
—lo detiene, mirándolo fijamente. —No debí haberte puesto una
presión tan grande a ti, cuando la que ama a Persia soy yo. Y creí
que ibas a entenderlo, pero eso no quiere decir que fuera correcto lo
que hice.
—Ya
te lo dije hoy... Es ese enorme y tonto corazón que tienes.
—contesta con una sonrisa, acercándola más a él, haciendo que
ella, se girara para darle frente, y que sus rostros se encontraran a
una corta distancia, y sin más, sin esperar a que nadie aparezca, ni
a que ningún teléfono suene, posa sus labios sobre los de ella, de
forma calma, sumisa. Un ligero toque, un roce divino, que no
alcanzaba a ser nada más que un beso de niños, hasta que, los
labios de Harry se entreabrieron sobre los de ella, haciendo que Emma
imite su acto, y en unos segundos, la lengua de él, se introdujo con
pudor, en su cavidad bucal, mientras ella le daba paso completo a
esta.
Sus
brazos se enrroscaron en el cuello de él, mientras que este, posaba
sus manos en la cintura de Emma, atrayéndola más a su cuerpo, y,
cuando el aire les era más que necesario, ambos se separaron,
haciendo que este al finalizar el beso, abriera los ojos, y observara
los de Emma cerrados, logrando que una sonrisa se asomara en sus
labios, y los posara, en la mejilla de ella.
—
¿Quieres
volver a casa?
—Si,
estoy muriéndome de frío.
—Vamos,
princesa. —comenta él, parándose del banco, y entregándole su
mano, haciendo que esta sonriera suavemente, y le entregara su mano.
—Iba a tomar tu cartera. —musita el castaño, haciendo que Emma
se ponga de todos colores, y él, ría ante la vergüenza de Emma.
—Esto,
yo... —dice, mientras este, agarra la pequeña cartera de ella.
—Era
broma. —contesta, tomando su mano, y su cartera de la otra mano.
—Idiota.
—suelta Emma, tomando firmemente la mano de Harry.
WWWWWOHOOOOOOOOO! me ha encantado accidentalmente leer el tope antes del inicio del capitulo, ya yo lei dramma queen y la ame como te dije hace tiempo y bueno que me digas que va a haber proxima temporada me hace mucha ilusion! yeeeeeeey:) besos piggy boo
ResponderEliminarjaajja gracias katty boo c: si, todavía la ando escribiendo voy haciendo ya 31 paginas ... pero espero tenerla basttante armadita para fin de mes o así, así ya la voy subiendo! GRACIAS c: besito, Danna :3
Eliminarme encanto!!!! ahhh soy la madre de emma???!!!! AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH NO LO PUEDO CREER!!! JAJAJAJ en cerio... es lindo salir en tu novela... o creo que soy yo, (no porque yo soy una metida.. a lo mejor era una amiga tuya y yo aca con la cara de "ahhhh estoy en la nove" y no era)
ResponderEliminarjajaj
me encanto cuando se besaron... aunque harry es un poquito bipolar... jjaja en cerio... primero como que la insulta y luego se hace el tierno... mmm ahhh me encanto!! siguela... espero con tantas ansias saber lo que pasara... ♥
besososo