Dramma Queen
Capítulo 33
— ¿De
verdad princesa?
—Si,
Alli. Fue un momento tan incómodo...
— ¿Fue
largo?
— ¡Claro
que no! En cuanto Milfroyd entró, nos separamos.
—Con
razón, usted estaba tan rara desde ayer.
— ¡Obvio!
¡Tengo motivos!
— ¿Está
así por el beso?
— ¡Claro
que si, Alli! ¡Fue mi primer beso! —le dijo Emma, suspirando. —No
puedo creer que haya sido así. —comenta ella, con un suspiro.
—Entonces,
esta mal por como fue el beso. —dice Allison, haciendo que la
princesa asienta. —Pero no está mal, por con quien fue el beso.
—
¡Allison!
— ¿Está
enamorada del príncipe Harry, princesa Emma?
—Yo...
No, claro que no.
—
¿Segura?
¿No sintió nada cuando se besaron? —preguntó la rubia, haciendo
que la muchacha tragara saliva fuertemente.
—Allison...
— ¿Le
gusta?
—Tal
vez... Un poquito. —comentó Emma, sonriendo con las mejillas
coloradas, haciendo que la rubia, sonría abiertamente.
*
* *
Eran
las tres de la tarde del día miércoles, el sol casi ni calentaba
las pieles de los ciudadanos de Londres, el frío se colaba entre sus
ropas y la dura tarde, no daba pie al descanso. En una cafetería de
poca monta, en una callejuela de la ciudad inglesa, Chrystalle se
encontraba sentada, en una mesa ubicada contra un vidrio de cristal,
que daba a la calle, donde podía observar taciturna, el fluído de
las personas. Así quedó, bebiendo el segundo café, donde las
cuatro y cuarto se posaban tranquilas, sobre el reloj de aguja de
aquella vieja y pintoresca cafetería. Y fue en ese momento, vestido
de un traje azul marino, elegante, con esa gracia y sencilleza tan
atrapante que el tenía. Suave, varonil, su aroma embriagaba junto al
chocolate, el lugar, impregnandose en las fosas nasales de la rubia.
Ella, alzó la mirada, y lo observó con alegría, con consuelo, con
una profunda felicidad, mientras se paraba para encontrarse con el
real. Este, parado allí frente a ella, con su mirada fija en la
veinteañera, no soltó ni una palabra, como si estas fueran
preciadas monedas de oro.
—Haz
venido. Eso significa que...
—Eres
importante para mi. —la cortó Harry, mirándola a los ojos. —Pero
debes dejarme ir, como yo te dejé ir a ti.
—Nunca
voy a dejarte ir. —contestó ella, mientras veía como esa burbuja
de felicidad, se rompía drásticamente.
—Chrystalle.
—Te
amo, ayer, hoy, mañana, y se que así va a ser siempre.
—Esto,
no...
—Podría
ser como Miranda, y no me molestaría ocupar ese rol.
—Jamás
vuelvas a mencionar el nombre de esa mujer ante mi.
— ¿No
lo entiendes? Ella amaba a tu padre, pero él, se casó con tu madre,
y ella, a pesar de ello, siguió amándolo y estuvo con el hasta el
final. —le dijo ella, mirándolo un tanto desesperada. —Haría lo
mismo, haría más por ti.
—No
puedo hacerte esto a ti. Tampoco se lo puedo hacer a Emma. Al reino.
— ¿A
ella? Ella está con tu hermano, sería solamente devolverle con la
misma moneda.
—Ella
no está con Zayn.
—Tal
vez no fisicamente, pero... ¿Quién te garantiza que no piensa en el
cuando está contigo?
—No
lo ama.
—Aún.
Sabes lo obstinado y tenáz que es Zayn. —le recordó la rubia, con
una sonrisa burlona. —Si enamorarla es lo que quiere, de cualquier
manera, lo va a conceguir.
—Está
casada conmigo. —le recordó este.
—Déjalos.
Que ellos se amen, y que nosotros nos amemos. —le dijo esta, casi
rogándoselo. —Deja que tu hermano esté con Emma, y tu, conmigo.
Deja que volvamos a ser lo que éramos.
—Chrystalle,
escúchame.
—No,
no quiero quedarme para escuchar una negativa. —dijo esta, tomando
su bolso, y parándose de su asiento. —Me voy, pero antes, recuerda
que nos amábamos, recuerda lo felices que éramos juntos. Los
proyectos, planes de vida. —continuó, pasando por su lado, besando
la comisura de sus labios, casi, rosando estos. Luego de aquello,
ella salió de la destartalada cafetería, dejando a un anonadado
príncipe.
*
* *
— ¿Por
qué traes esa cara? —le preguntó Emma a Harry, el cual estaba
sentado en el borde de una de las fuentes del noroeste del castillo.
—Nada.
— ¿Te
ocurre algo? —indagó la castaña, viendo el semblante triste del
muchacho.
—Déjame
en paz, Emma. —le contestó bruscamente el muchacho, Emma se colocó
a su lado, pero no pudo ver su rostro, así que se paró y se colocó,
encuclillada frente a él.
— ¿Por
qué estás tan triste y enojado? —inquirió ella, con una sonrisa,
mirándolo fijamente a sus ojos verdosos.
— ¿Por
qué quieres saber?
—Porque
me importa lo que te pase.
— ¿Desde
cuando?
—Desde
siempre... Que me molestes y me irrites, no quiere decir que no me
importes. —conmentó con una sonrisa. —Ahora dime... ¿Qué pasa?
— ¿Te
acuerdas cuando me preguntaste sobre mis sueños? —indagó a lo que
ella asintió. —Te dije que siempre soñé con ser un buen
soberano, convertirme en un gran rey y no ser como mi padre. Pero, me
he dado cuenta que soy igual que el, que todo lo malo que él ha
hecho yo también lo hice, lo hago y estoy seguro que lo voy a hacer.
—Eso
no es verdad, no digas esas cosas.
—Es
la verdad, soy una mala persona.
—No
eres malo, solo un poco latoso. —musitó ella, sonriendo.—Pero,
no eres malo.
—Si,
lo soy. No puedo ser bueno como esposo... ¿Cómo puedo ser bueno
como rey? Si no puedo hacer las cosas bien con una sola persona, con
millones, me va a ser imponsible.
—Mira,
lo nuestro es... Complicado. —dijo, buscando una palabra. —Pero,
eso no quiere decir que como rey vas a ser un desastre.
—Eres
la persona más amable, bondadosa y altruísta que conozco, Emma. Tu,
estás trabajando para otros, estás matándote día y noche para
salir bien en el proyecto de educación y para que te vaya bien en la
escuela. Pero sé sincera... ¿Por quién lo estás haciendo? Habla
en porcentajes, estoy seguro que es un cincuenta por ciento para la
gente, un veinte para la reina, otro veinte para mi, y el restante
diez, solo por ti.
—Quiero
hacer feliz a la gente que me rodea, y sé que al que más me va a
costar hacer feliz es a ti, porque eres más complicado que todos.
—dijo ella, sonriendo. —Pero da igual, lo voy a intentar.
—Es
porque tienes un corazón más grande que todo este castillo. Pero
yo... Cuando hablé de mis sueños, en ningún momento pensé en que
esas desiciones podía ayudar a alguien, solo pensé en ser bueno y
mejor para mi. Para no ser igual a mi padre, para que la gente viera
lo que hice con mi vida, y no me señalara como el hijo del príncipe
que causó la muerte de su mujer, la engañó y tuvo un hijo con
otra.
—No
todos los sueños son iguales. Algunos son más o menos egoístas,
pero... Son sueños, son nuestros, cada uno sueña lo que quiere,
pero eso no quiere decir que tus sueños estén mal, y los míos
bien. Son solo... Diferentes. —comentó ella, apretando su mano y
acariciando esta con suavidad. —Te prometí una cosa, y tu a mi,
¿recuerdas?
— ¿El
qué?
—Que
nosotros íbamos a vivir en el País de Nunca Jamás, sea en el
castillo, en Reino Unido, Austria, o donde sea. ¿Ya lo has olvidado?
—No,
claro que no, tonta. —dijo riendo el muchacho.
—
¿Entonces?
no te pongas mal, siempre juntos. A pesar de todo, estamos juntos en
el mismo barco, tenemos que seguir remando.
— Y
si me equivoco y hago algo horrible.
— ¿Qué
podrías hacer?
—Algo
que pueda lastimarte de verdad.
—No
lo harías. Sé que no me lastimarías. Se que si tienes la
oportunidad de hacerlo, lo vas a pensar dos veces, y vas a buscar la
manera de no dañarme. —dijo ella, sonriéndole. Mientras lo
abrazaba con suavidad, y este correspondía a su abrazo, un tanto
dudoso ante las palabras de la chica.
*
* *
— ¿Puedo
preguntarte algo, Milfroyd?
—Así
es, Su Alteza. Lo que desee. —contestó el hombre colorado
regordete, parado detrás de el.
— ¿Qué
harías en mi situación?
—Dígame
cual es, Señoría.
—Ayer,
he hablado con Chrystalle.
—
¿Sucedió
algo grave con la señorita Lawrence?
—Dice
que todavía me ama. —reconoció este, bajando la mirada. —Que
sería más sencillo dejar libre a Emma, para que esté con Zayn, y
que ella y yo, estemos juntos. Como lo habíamos planeado.
—Y
usted, ¿es eso lo que quiere?
— Yo...
No quiero ser igual a mi padre. —respondió Harry, frunciendo el
seño.
—Independientemente
de aquello, Alteza. ¿Usted lo desearía?
—No
lo sé.
—Recuerdo
los años anteriores, joven príncipe, como si fueran los de hoy, que
usted se perdía ante la joven Lawrence. Estaba enamorado de ella, lo
sabía, y ahora que ha vuelto lo embeleza con el pasado... ¿No
quisiera volver a compartir la vida con ella?
—Es
que... No puedo.
—Más
allá de los arreglos de la corona británica junto con la
Austro-Húngara.
— ¿Estás
preguntándome si voy a dejar a Emma por Chrystalle?
— ¿Lo
haría? ¿Dejaría a la princesa por la señorita Chrystalle?
—No,
no voy a divorciarme. —contestó el muchacho, cansado.
— Si
esta, quedara junto al príncipe Zayn, no habría tanto revuelo, ya
que la corona del imperio Austro-Húngaro seguiría con Gran Bretaña.
—No
voy a darle el divorcio a Emma. Aunque ella misma lo quisiera. —dijo
el chico, parándose de su asiento.
—Príncipe...
¿Puedo preguntarle algo? —indagó mientras este estaba al lado de
la puerta.
—Dígame,
Milfroyd.
— ¿Se
ha enamorado de la princesa Emma? —preguntó el hombre, dejando
callado a Harry, el cual, sin contestar, salió de la habitación,
sin un rumbo fijo.
Sin palabras, definitivamente, me encantto.... se lo pase za unas amigas y tambien le encantaron, siguela, escribes muy bien. Besos dann, me tengo poner a estudiar :( maldito cole, jejej BYE
ResponderEliminarkasdjkasdkjh Soffi, estamos en la misma, la facu me tiene loca! :p mucha suerte :3 & gracias por pasárselo mi blog a unas amigas tuyas, besito linda
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